Pablo M. Dorado

La resurrección de Shaqiri

Hay futbolistas que parecen nacidos para jugar en un equipo y con un estilo de juego determinados. Que están tocados por una varita mágica para estar en el momento exacto en el lugar adecuado aunque ya tengan cientos de batallas a sus espaldas. Algo así podríamos utilizar para describir la situación actual de Xherdan Shaqiri, que, de la mano de Jurgen Klöpp, ha revivido futbolísticamente hablando. O quizás nunca se hubiera ido. Da lo mismo.

Lo importante con Xherdan Shaqiri es que su equipo, el Liverpool, tras diecinueve jornadas continúa invicto en los más alto de la tabla, y aquel niño de Kosovo que soñaba con emular algún día a su ídolo Ronaldo Nazário, se ha convertido en pieza clave de la escuadra Red. Muestra de ello fue el partido ante el Manchester United, en el que tan sólo 20 minutos le bastaron para anotar un doblete y certificar la victoria de los muchachos de Jürgen Klopp en Old Trafford. Un logro que ya no sorprende en las orillas del bano rojo del Mersey, donde saben que tienen a un suplente de lujo que ya ha anotado seis goles y está a sólo dos de superar los ocho que marcó la campaña pasada.

Una de las claves de este éxito es la buena relación que mantiene con Klopp, uno de los motivos principales por el que decidió empaquetar sus maletas y abandonar el Stoke City el verano pasado para unirse al Liverpool. El estilo ofensivo del técnico alemán encaja perfectamente con la manera de ver el fútbol del talentoso atacante formado en una de las mejores canteras del fútbol suizo, la del Basilea. Un equipo en el que, por cierto, ya coincidió con su actual compañero Mohamed Salah en 2012. Dios los cria y ellos se juntan, vaya.

A pesar de no ser titular, Xherdan Shaqiri ha entendido perfectamente su rol en un equipo con el que ha participado en 13 de los 19 partidos disputados. Es el comodín de Klöpp, el jugador número doce del equipo y el primero en calentar por la banda cuando las cosas no van bien. Atrás han quedado las tres campañas irregulares que pasó en el Stoke City, con el que acabó descendiendo al Championship la temporada pasada. Como atrás también quedó su periplo por dos grandes de Europa como el Inter de Milán o el FC Bayern Múnich, con el que consiguió levantar una Champions League en 2013 pese a su residual participación, provocada por su intermitente rendimiento. 

Y es que, con 27 años, quizás se encuentre en la cúspide de su carrera deportiva en un equipo del que de momento, se desconoce su techo tras haber sumado 51 puntos en la Premier League, más que ningún otro equipo de Europa en sus respectivos campeonatos. No sé sabe si llegarán hasta donde llegaron los Invencibles de Arsene Wenger, pero en camino de ello están gracias a la notable aportación de Shaqiri. Está en el momento y el lugar idóneos para hacer historia y limpiar su imagen de futbolista irregular que le lastraba en años anteriores. Ya lleva media temporada demostrando que ha resucitado, aunque aún queda certificar su vuelta al mundo de los «vivos futbolísticos» en la segunda parte de campaña.

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Pablo M. Dorado