David Wagner toma las riendas
La ceja de más de un aficionado se arqueó cuando los altos cargos del Huddersfield decidieron prescindir de Chris Powell, que hasta entonces llevaba más de un año al frente de los Terriers, y apostaron por el germano-estadounidense David Wagner en noviembre de 2015. Dean Hoyle, un tipo que se hizo millonario fabricante tarjetas de regalo, tomó una decisión arriesgada pero que resultó ser la más acertada de la historia moderna del club. Wagner, que provenía de entrenar al filial del Borussia Dortmund en la época en que Jürgen Klopp dirigía al primer equipo, consiguió transformar a un equipo que solía moverse por la zona baja de la clasificación (desde su ascenso de League One en 2012, el club fue 19º, 17º, 16º y 19º en las cuatro temporadas anteriores a esta última) en un equipo capaz de soñar con un ascenso a la máxima división inglesa.
En su primera temporada, Wagner logró la permanencia con comodidad, a pesar de terminar perdiendo 4-0 y 5-1 contra Bristol City y Brentford respectivamente. No obstante, la campaña actual ha sido bien distinta. Desde el primer momento los Terriers han ocupado las primeras posiciones del campeonato, situándose en play-off durante casi todo el curso. Wagner ha sido el ideólogo de un estilo de juego sólido y efectivo que ha conseguido devolver a un equipo histórico al olimpo del fútbol inglés cuarenta y cinco años después.
“Vacaciones” en Suecia
Para algunos, la estancia que realizó el Huddersfield en una isla abandonada de las costas de Suecia no parecía la más reconfortante y relajante de sus vidas ni tampoco la más idónea para preparar una temporada. No obstante, para los jugadores Terriers marcó un antes y un después. David Wagner llevó al equipo de West Yorkshire a un territorio sin electricidad ni agua potable para que los integrantes de la plantilla unieran fuerzas. Esta experiencia extrema hizo fortalecer la unidad y el compromiso del grupo y, para muchos, fue la primera piedra de un proyecto glorioso que apenas acababa de empezar. Durante los cuatro días y tres noches que la plantilla pasó en la isla, en ningún momento se tocó un balón ni se impartieron clases tácticas. Simplemete se limitaron a realizar tareas puramente vitales e imprescindibles, desde recolectar alimentos hasta hacer fuego para cocinar o calentarse. El técnico germano-estadounidense lo resumía de la siguiente manera en The Guardian: «Fue la experiencia de toda una vida. Los muchachos salieron de su zona de confort y se mezclaron entre ellos». «Pusimos nuestro vínculo común en marcha», sentenciaba.
Bajas expectativas
Ya quedó claro el año pasado con el triunfo del Leicester City que intentar predecir cualquier desenlace de una competición futbolística puede resultar complicado. A pesar de tener un referente tan cercano, nadie podía imaginar a inicio de campaña este memorable final. El Huddersfield venía de realizar una temporada donde había conseguido mantener la categoría, pero su juego pasó sin pena ni gloria. El nombramiento del nuevo entrenador, aparentemente inexperto, no llamaba el optimismo de la afición. Tampoco lo hacía la llegada de caras nuevas en la plantilla, jugadores jóvenes pero en ningún caso consagrados. Sin embargo, estas condiciones aparentemente perjudiciales resultaron ser una ventaja determinante. El papel de actor secundario que interpretaron los Terriers hizo que pasaran más desapercibidos y que, a primera instancia, nadie los contemplara como candidatos a ascender. Esto los liberó de la presión que habitualmente reciben los favoritos. El resto ya es historia.

Acierto con los fichajes
El acierto con las incorporaciones que se llevaron a cabo durante el pasado mercado estival de fichajes ha sido clave en el desarrollo de la temporada Terrier. La junta directiva, encabezada por Hoyle, se propuso conformar una plantilla competitiva y de garantías pero sin estirar más el brazo que la manga (solo cuatro equipos pagaron menos en sueldos que el Huddersfield en 2015-16). Y así fue. Danny Ward llegó cedido del Liverpool para ocupar la portería y ha sido decisivo en las tandas de penaltis de semifinales contra el Sheffield Wednesday y de la final contra el Reading. En cuanto a la defensa, llegaron, entre otros, Michael Hefele, Christopher Schindler y Chris Löwe, los tres provenientes de Alemania. Junto con el lateral Tom Smith, conformaron la línea defensiva titular. El holandés Rajiv Van La Parra y la joven promesa Kasey Palmer, cedida por el Chelsea, fueron los dos fichajes de más renombre para ocupar posiciones del centro del campo. Finalmente, los refuerzos encargados de lidiar con las defensas rivales fueron Elias Kachunga, proveniente del Ingolstadt 04, e Izzy Brown, también cedido por el Chelsea.
Sin embargo, la incorporación más importante fue la del centrocampista australiano Aaron Mooy. El ex jugador de Bolton Wanderers y St. Mirren FC llegó al equipo de West Yorkshire tras un acuerdo con el Manchester City, ya que el jugador pertenecia al Melbourne City, la franquicia australiana de los Citizens. Las habilidades de Mooy para mover el balón bajo presión y filtrar pases al espacio para romper líneas defensivas han sido esenciales para el juego practicado.
Victorias en el derbi contra el Leeds
El Huddersfield Town no ha sido el único equipo de West Yorkshire que ha realizado una buena campaña en Championship. El Leeds, pese a desinflarse en las últimas jornadas y no conseguir clasificarse para el play-off, también ha practicado un buen fútbol.
La primera vez que ambos equipos se vieron las caras fue en Elland Road con motivo de la celebración de la sexta jornada liguera. Los Terriers salieron victoriosos de aquel primer duelo con un gol de Aaron Mooy tras una asistencia de Jack Payne en el minuto 55 de partido. Este resultado fortaleció al Huddersfield como líder destacado de la categoría.
Bien diferente pintaba la cosa para el enfrentamiento de la segunda vuelta en el John Smith’s Stadium. Ambos equipos estaban situados en la zona alta de la tabla clasificatoria, con el Leeds dos puntos por encima. A pesar de ello, los Terriers salieron a por el partido desde el primer momento. Tuvieron el balón y en el minuto 27 se adelantaron mediante Izzy Brown. Posteriormente, Chris Wood puso las tablas en el marcador (35), pero de poco sirvió después de que Michael Hefele deshiciera el empate en las postrimerías del partido (89). No hay duda que dichos resultados contra un rival directo fueron trascendentales por lo que hace las matemáticas. Y para dar un golpe sobre la mesa en momentos clave de la temporada.