El descenso no respeta ni nombres ni equipos. Una mala temporada te puede enviar directamente a Championship. Es una lucha agobiante y estresante, tanto para el pequeño de diez años que va en compañía de sus padres al estadio, hasta para el presidente que ve cómo un proyecto puede caer en una hecatombe por las malas decisiones administrativas. Wilfried Zaha y Darren Moore son dos héroes, y al mismo tiempo víctimas de este fenómeno. Uno logró salir victorioso luchando durante toda una temporada; el otro se jugó la vida pero no logró consumar la salvación a pesar de haber dejado una gran huella que debe servir como el paso a seguir si la pretensión es volver a la división dorada del fútbol inglés.
El atacante marfileño tuvo un inicio de temporada bastante turbulento, viendo cómo su equipo caía estrepitosamente en casa ante el Huddersfield Town y topándose con una lesión ese mismo doce de agosto del 2016. Desde su ausencia, cesaron a Frank de Boer de su función de entrenador después de cuatro derrotas y cero goles a favor. El equipo se rompía a pedazos y presagiaba una caída libre hasta que recurrieron de emergencia a Roy Hodgson para ocupar el cargo. Volvió el catorce de octubre y consiguió ganar el derbi londinense ante el Chelsea y empezar, así, la larga puja por mantenerse en la permanencia.
Abril fue un mes vital para las águilas y para el propio Zaha, ya que gracias a su incidencia directa, el Crystal Palace logró 8 puntos que valieron oro. El Palace sacó dos empates de visita, 2-2 vs Bournemouth y 0-0 vs Watford, y en casa doblegó 3-2 al Brighton y vapuleó 5-0 al Leicester City. Zaha se reportó con la mínima ante Bournemouth y Leicester, y con doblete en el clásico ante Brighton. Cuatro goles en cuatro partidos que le llevan a tener ocho en la actual Premier. El último jugador del Crystal Palace en ganar una distinción de esta magnitud fue el delantero Andrew Johnson en el año 2004, jugador al que justamente igualó con 21 goles en la lista de los mayores artilleros del Palace en la Premier League, estando a solo tres goles de superar a Chris Armstrong, quien anotó 23 tantos entre 1992 y 1995. A todo esto se le suma que las águilas lograron asegurar su permanencia en la Premier League, premio por todo el suplicio que han sufrido fecha tras fecha.
Si la historia del Crystal Palace ha tenido angustia, la del West Bromwich es, por lo menos, la crónica de una muerte anunciada. Dos victorias en agosto daban buenas sensaciones, pero los Baggies empezaron a desinflarse, sumándole la desazón de la hinchada con Tony Pulis, quien se vio cesado de sus funciones el veinte de noviembre del año pasado. Pasando por el interino Gary Megson, ese mismo mes arribó un clásico de los banquillos ingleses, el especial Alan Pardew, pero ni siquiera la excentricidad única de ‘Pards’ logró sacar a los Baggies del agujero en el que estaban sumidos.

Es en este preciso instante cuando Darren Moore, un central cuya vida futbolística estuvo en las divisiones inferiores y algo de las principales del fútbol inglés, se hizo cargo del equipo como entrenador interino. Casualmente fue jugador del West Brom entre los años 2001 y 2006, por lo que ya era un hombre conocedor de la casa. El efecto de Moore fue inmediato, fundamentándolo con sus empates en casa ante Swansea y Liverpool, y con sus visitas victoriosas por la mínima ante nada más y nada menos que Manchester United y Tottenham. Todos daban por muerto al Albion, pero habiendo encajado estos ocho puntos, el panorama cambió, negándose a la sumisión y deseando luchar hasta el final.
Pero como si se tratara de una tragicomedia griega, la historia de Darren Moore tendría un sinsabor indescriptible. El mismo día que le otorgan el galardón, el Southampton ganaba al Swansea en el Liberty Stadium por 1-0. Ese gol en la segunda mitad de Manolo Gabbiadini condenaba al West Brom a la Championship. Un galardón y un descenso en el mismo día, algo que con creces supera el infortunio de Roberto Martínez como técnico del Wigan Athletic en la temporada 2012-13, que ganó la FA Cup al Manchester City pero tres días después fue condenado al descenso por el Arsenal, cayendo 4-1 en Emirates.
Precisamente, el próximo trece de mayo, Palace y West Brom se enfrentan para cerrar la campaña. Un Palace que de la mano de su máxima estrella, Wilfried Zaha, podrá disfrutar de las mieles del fútbol una vez más al asegurarse otra temporada en la Premier League; por el otro lado, un West Brom que con Darren Moore mostró espíritu y gallardía para obtener resultados que le ayudaran a alcanzar el milagro, siendo improcedente en este caso.
El Albion deberá poner su atención desde ya en la Championship para emprender un pronto salto a la Premier League, y la nueva energía y esperanza que ha traído Moore les será muy útil si quieren volver a la división dorada. Pagaron bastante caro sus impases administrativos y sus polémicas, pero con un técnico emergente y con confianza, quizás no sea tan tarde para enmendar los errores desde la segunda división.