Alberto Ardila

Las pruebas que dejan en mal lugar a Mateo Kovacic

Las estadísticas no mienten: indiscutible para Maurizio Sarri, el croata no justifica sobre el campo la inquebrantable confianza y respaldo de su entrenador.

Algo pasa con Mateo Kovacic. Para aquellos espectadores asiduos del Chelsea hay algo que ha llamado mucho la atención: la intrascendencia del balcánico en el juego. Basta con echar un vistazo a sus guarismos individuales para darse cuenta de que está pasando absolutamente desapercibido durante esta temporada. En Europa League ni tan siquiera ha debutado (fruto de la política de Maurizio Sarri de apostar por un equipo suplente) pero en Premier League su pobre bagaje se reduce a 2 asistencias en 17 partidos (1004 minutos) de Premier League.

Llama especialmente la atención que el croata no haya visto puerta en ningún encuentro de la actual campaña. Es cierto que nunca ha sido un futbolista especialmente prolífico en la faceta goleadora, pero es que tampoco genera demasiadas ocasiones claras. De hecho, una de sus características siempre ha sido la llegada de segunda línea. Con el Inter de Milán logró 5 tantos y 10 asistencias en 80 apariciones. Ahora con los Blues promedia 1,1 disparos por encuentro.

Da la sensación de que se está viendo a un Kovacic en modo ahorro de energía y Stamford Bridge no ha sido testigo aún de esos cambios de ritmo vertiginosos que rompían líneas de presión rivales y que sí mostró durante su periplo en el Santiago Bernabéu. Lugar en el que, por cierto, no volverá a jugar más, al menos con la elástica de un Real Madrid que tiene entre sus planes traspasarlo al Chelsea. Una operación que en Londres también quieren ya que es un futbolista en el que se tienen puestas muchas esperanzas y que goza con el respaldo de la afición. Sin embargo, desde la capital española todavía sigue escociendo su polémica (y rebelde) salida el pasado mercado de fichajes.

La pobre aportación del mediocentro al juego de su equipo choca de bruces con la sólida confianza que tiene por parte de su entrenador. Kovacic es innegociable para Sarri, siendo el 10º jugador de campo más utilizado, y no renuncia a utilizarlo junto a N’Golo Kanté y Jorginho Frello, su mano derecha sobre el verde. El exjugador del Madrid se ha adaptado bien al juego alegre que propone el italiano, pero sin la relevancia que se espera de un jugador como él.

Si hay una parcela en la que Kovacic sí que destaca notablemente es el pase y así lo atestigua su 92,6 % de acierto en el desplazamiento de balón. Durante su carrera siempre ha logrado mantener esta ratio por encima del 90%, algo que demuestra que es un hombre que mima y distribuye el balón con criterio. Cierto es que en muchas ocasiones son pases horizontales y sin demasiado riesgo, pero las estadísticas no mienten, ya lo decíamos en la entradilla.


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Los números de Mateo Kovacic en la temporada 2018/2019. (Estadísticas actualizadas a 27/12/2018)


Las víctimas de Kovacic

La fe ciega de Sarri en Kovacic deja dos grandes afectados que sufren los daños colaterales: Cesc Fàbregas y Ruben Loftus-Cheek. El primero ha perdido su posición de privilegio y rol de motor del equipo con la llegada del extécnico del Nápoles. El papel del catalán ahora mismo es residual y tan solo ha disputado 5 encuentros de Premier League (solo 1 de titular), distribuidos en 154 escasos minutos. En Europa League los datos se invierten y ha disputado idénticos choques, pero siendo parte del once inicial en 4, por tan solo 1 desde el banquillo.

El otro perjudicado indirectamente es Loftus-Cheek. El internacional inglés ha tirado la puerta abajo esta temporada y ha firmado 6 goles con sus apariciones fulgurantes: 3 dianas en Premier (donde es suplente habitual) y otros tantos en Europa League (titular indiscutible). Si juzgásemos solo a tenor de los números, el británico sería merecedor de ese puesto en el once mucho antes que Kovacic. Pero como no donde hay patrón no manda marinero, la papeleta se la dejamos a Sarri. Da la impresión de que el habilidoso jugador croata puede (y debe) dar mucho más a este Chelsea que todavía aspira a levantar todos los trofeos. Pero los datos son irrefutables y no engañan. Puede que al 2019 le pida un papel más protagonista y decisivo.

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Alberto Ardila