Ilie Oleart

Leicester, el verano equivocado

Tras el fracaso de los fichajes del Leicester en el pasado mercado estival de 2016, el club afronta dos meses cruciales.

El del pasado verano fue el periodo de transferencias más decisivo de la historia del Leicester City. Tras proclamarse campeón de la Premier League en mayo por primera vez en su historia, los Foxes afrontaban un doble reto en el mercado estival: aprovechar el título para atraer a jugadores de primer nivel y reforzar al equipo para competir en la Champions League. El fracaso en ambos frentes fue inapelable.

El jugador de mayor renombre entre los seis fichajes del club fue Islam Slimani, un delantero argelino que llegó procedente del Sporting de Portugal por unos 25 millones de libras. A él se unieron Ahmed Musa (CSKA de Moscú, 16 millones de libras), Papy Mendy (Niza, 13), Bartosz Kapustka (Cracovia, 4), Ron-Robert Zieler (Hannover 96, 3) y Luis Hernández (Sporting de Gijón, libre). En total, más de 60 millones de libras en seis jugadores que no fueron titulares ni en la ida ni en la vuelta del partido de cuartos de final de la Champions League ante el Atlético de Madrid.

Slimani fue con diferencia el mejor fichaje de todos con sus 7 goles y 4 asistencias en liga. Su asociación con su compatriota Riyad Mahrez fue de lo poco rescatable del equipo en la faceta ofensiva el curso pasado. Sus cifras contrastan con la catástrofe de Ahmed Musa, que ofreció destellos durante la pretemporada pero del que no volvimos a tener señales de vida en ocho meses. Apenas un año después de su llegada, su futuro apunta hacia la salida.

Papy Mendy llegó con la complicada misión de suplir el gigantesco vacío dejado por la marcha de N’Golo Kanté al Chelsea. Las comparaciones son odiosas y, en este caso, suficientemente perjudiciales como para dilapidar la carrera de un jugador. Mendy fue incapaz de imitar a su predecesor y acabó condenado al ostracismo mientras Claudio Ranieri rebuscaba en el fondo de armario hasta dar con Daniel Amartey como solución de emergencia. Eso fue hasta que apareció Wilfried Ndidi en enero, la única contratación positiva del curso pasado en el King Power.

Kapustka llegó a Leicester tras llamar la atención de media Europa con su participación con la selección polaca en la Euro de 2016. Con 19 años, le costó adaptarse al fútbol británico y no llegó a debutar en liga. Algo más participaron el portero alemán Ron-Robert Zieler (8 partidos de liga como titular) y el central español Luis Hernández (3) aunque insuficiente como para hacerse hueco en el equipo. Zieler solo participó cuando Kasper Schmeichel estuvo lesionado mientras que Hernández hizo las maletas en enero tras haber dejado una efímera huella como lanzador de saques de banda.

Buena parte del fracaso del club el verano pasado recae en la súbita marcha de Steve Walsh al Everton. El inglés es la mente que se esconde detrás de los fichajes de Jamie Vardy, N’Golo Kanté o Riyad Mahrez. Su marcha a Goodison Park provocó un vacío en el Leicester y, en última instancia, una ruptura de la comunicación entre Ranieri y el resto de su cuerpo técnico que acabó desembocando en el despido del italiano. El talento de Walsh está quedando al descubierto una vez más en los fichajes del Everton en este periodo estival.


Este mercado es casi tan importante para el club como el anterior. El Leicester debe aprovechar que todavía no se han apagado del todo los ecos de su improbable triunfo de 2016 para hacer este verano los deberes que no hizo el pasado.


La llegada de Ndidi en enero al Leicester permitió reforzar al equipo en una parcela que estaba coja y representó el primer fichaje de calidad desde la incorporación de Demarai Gray un año antes. A tenor de los fichajes cerrados por el club este verano, Ndidi podría ser el punto de inflexión hacia una política de fichajes comedida pero ambiciosa con la mirada puesta en Europa.

El Leicester ha gastado ya casi 25 millones de libras en el central Harry Maguire y el medio centro español Vicente Iborra. La posición de central sigue coja desde que la apuesta por Hernández se truncó y en la recta final de la temporada pasada fue Yohan Benalouane quien tuvo que erigirse en el pilar defensivo del equipo. Con los envejecidos Wes Morgan (33) y Robert Huth (32), era imprescindible incorporar un central joven como Maguire, de 24 años, quizás el mejor jugador del descendido Hull City la temporada pasada, hasta el punto de que llegó a ser mencionado como posible internacional inglés.

Reforzar la posición de medio centro también era urgente, toda vez que el experimento de Mendy se reveló un fracaso. Con Iborra, las opciones de Craig Shakespeare se multiplican. Si recupera la versión más llegadora del español que se destapó con Unai Emery, el técnico inglés podría alinear al exjugador del Sevilla junto al omnipresente Wilfried Ndidi. Por el contrario, podría compaginarlo con Danny Drinkwater si espera del español una labor más disciplinada. Otra opción para alinear a los tres sería retrasar a Ndidi a su posición natural de defensa central junto a Maguire.

A pesar de este buen inicio del mercado estival, el Leicester tiene todavía deberes por hacer este verano. Encontrar un jugador que mejore a Danny Simpson no debería ser difícil pero sí es urgente. Renovar la delantera con las salidas de los infrautilizados Ahmed Musa y Leo Ulloa para reemplazarlos con un goleador (ahí entra Troy Deeney, el capitán del Watford, por el que el Leicester ya pujó el verano pasado) es otra de las prioridades de la dirección deportiva. Finalmente, la más que probable salida de Riyad Mahrez debería obligar al club a incorporar otro extremo desequilibrante. Incluso en una temporada mediocre, el argelino participó en seis goles y tres asistencias en liga.

Este mercado es casi tan importante para el club como el anterior. El Leicester debe aprovechar que todavía no se han apagado del todo los ecos de su improbable triunfo de 2016 para hacer este verano los deberes que no hizo el pasado. Este verano se definirá dónde desea estar el club en el próximo lustro: de nuevo compitiendo por Europa o luchando por escapar del anonimato de la zona media. Los primeros pasos hacia el éxito se han dado pero todavía hay mucho trabajo por hacer.

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Ilie Oleart