Ilie Oleart

Morata afronta la hora de la verdad en Stamford Bridge

El Chelsea ha hecho oficial el fichaje del delantero español Álvaro Morata procedente del Real Madrid por una cantidad cercana a los 65 millones de euros. El madrileño afronta su mayor reto en el mejor momento de su carrera.

Debuté muy joven con José Mourinho pero, si esperas dos años más, ya no eres tan joven. Han pasado siete años desde entonces y es el momento de despegar”, confesaba Álvaro Morata a Sid Lowe en una entrevista en The Guardian a final de la temporada pasada. Resulta llamativo que un jugador que ha disputado tres de las últimas cuatro finales de la Champions League, que ha jugado en grandes europeos como Real Madrid y Juventus, y que es internacional con España hable de “despegar”. Pero lo cierto es que, a pesar de tener solo 24 años, Morata todavía no ha dado el paso definitivo en su carrera. O al menos esa es la impresión que deja.

Es como si el jugador madrileño hubiera conducido su carrera con el freno de mano puesto. Gianluigi Buffon, su excompañero en la Juventus, afirmó en una ocasión que Morata era mejor jugador que lo que él mismo creía. Una inseguridad que posiblemente hunda sus razones en la falta de oportunidades que ha vivido en los últimos años. “Necesito partidos como titular, continuidad, y durante los últimos tres años no la he tenido. En la Juventus por motivos diferentes y en el Madrid porque la competencia es feroz”, confiesa el propio Morata. “Si juego más partidos como titular, creo que puedo alcanzar un nivel mucho más alto. Es difícil jugar diez minutos un día, veinte otro, luego jugar otra vez dos semanas más tarde”, afirma.

Es ahí donde entra Antonio Conte. “Es el entrenador que más ha apostado por mí, sin llegar a tenerme nunca en su equipo. Apostó por mí en la Juventus pero se fue antes de que yo llegara. Luego me quiso en el Chelsea el verano pasado. Me conoce mejor de lo que yo mismo pueda imaginar”, decía Morata hace un par de meses. No fue el único entrenador de la Premier League que le llamó directamente para trabajar en la Premier League pero sí fue el que le causó una impresión más honda. “Me acuerdo que hablé con mi padre y él me dijo: ‘Este tipo va a ganar la liga en Inglaterra’”. Dicho y hecho.

Morata afronta en Londres la prueba definitiva. Por primera vez en su carrera, llega a un club para asumir el rol de delantero centro titular. Desde que se hizo un hueco en el primer equipo del Real Madrid en 2013-14, la temporada en la que más partidos de liga como titular ha disputado fue la segunda en la Juventus, 2015-16, cuando arrancó 16 partidos desde el pitido inicial.

Y sin embargo, aquella debía ser su temporada de confirmación. Tras un curso de debut espectacular en la Juventus, en que conquistó el doblete doméstico y marcó tanto en la ida y vuelta de las semifinales como en la final de la Champions League ante el Barcelona, Morata estaba llamado a dar el paso definitivo. Pero todo se torció repentinamente. El delantero español solo marcó un gol en liga hasta el 31 de enero. La confianza le abandonó y recurrió a todo lo que se le ocurrió para cambiar su fortuna, desde cortarse el pelo a cambiar de coche.

Estaba un poco perdido. No solo por la falta de goles. Discutía con gente que es importante para mí”, dice Morata. “Fue un poco todo: dejé mi hogar muy joven, luché por jugar en la Juventus pero estaba condicionado por la cláusula de recompra del Real Madrid que no dependía de mí. No conocía mi futuro y todo eso me afectó”. En esa situación, la figura casi paterna de Gigi Buffon fue determinante. “Acababa de finalizar uno de los peores entrenamientos de mi vida, ni siquiera era capaz de controlar un balón. El fisio me preguntó qué me pasaba y le dije que estaba triste. Me puse a llorar. Estaba en la mesa de masaje y Buffon estaba a mi lado. Luego me llamó aparte y me dijo que si quería llorar, lo hiciera en casa. Me dijo que la gente que me deseaba mal estaría feliz de verme así y que la gente que me deseaba bien se entristecería al verme en esas circunstancias”.


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Álvaro Morata corta la red tras derrotar a la Juventus en la final de la Champions League 2016-17 en Cardiff (Shaun Botterill/Getty Images).


Al final, sin embargo, no fueron los cortes de pelo, los coches o Gigi Buffon los que alejaron el mal fario. “Tuve suerte, conocí a Alice y mi vida cambió. Gracias a ella y a mis propios esfuerzos, me volví a sentir importante, a marcar goles”.

Recién casado, Morata parece haber hallado la tranquilidad y la confianza de las que carecía. Y ahora trabajará a las órdenes de alguien que confía ciegamente en él. Desde el punto de vista deportivo, Conte no tiene dudas acerca de Morata. Le quiso para su modelo de juego en la Juventus y ha dedicado un año a perseguirle hasta poder reunirse con él en Londres. Es sencillo comprender cuáles son los motivos.

Morata es un rematador, un animal de área. Y eso es justo lo que necesita el Chelsea. Con los carrileros Marcos Alonso y Victor Moses generando amplitud y suministrando centros desde la banda, más Eden Hazard, Pedro o Willian enviando pases al espacio, Conte necesita un delantero que atraiga a los centrales, haga desmarques al espacio y sea capaz de rematar los envíos que sus compañeros le enviarán.

Sin embargo, Morata deberá demostrar que es capaz de soportar la exigencia e intensidad del fútbol inglés. Para un jugador que ha disputado un máximo de 16 partidos de liga como titular en una temporada, encontrarse sumido en cuatro competiciones sin parón en Navidad puede ser una tortura física. Conte deberá dosificar su participación y hallar un delantero fiable que comparta la carga de trabajo con el español (no, Michy Batshuayi no parece ese jugador todavía).

Por otro lado, el madrileño descubrirá que no es lo mismo marcar 15 goles con el Real Madrid en liga como suplente que hacerlo como titular en la Premier League. La temporada pasada, los goles de Morata ante Alavés, Leganés, Real Sociedad, Espanyol, Deportivo o Granada solo sirvieron para aumentar la cuenta de la goleada de su equipo. En su primera temporada en la Juventus, solo sus goles ante Cesena (empate), Palermo (victoria) e Inter (victoria) decantaron la balanza. En la segunda, solo su gol ante la Fiorentina marcó la diferencia en el partido. En Londres, la exigencia será mayor. Aquí no se trata de redondear goleadas o sentenciar partidos. Se trata de decantar la balanza en Stoke-on-Trent en Boxing Day o de derribar la obstinada resistencia del West Brom un lluvioso miércoles de febrero. Es un tópico pero no por ello es menos cierto. Prueba de ello son exjugadores del club como Radamel Falcao, Andriy Shevchenko, Hernán Crespo o incluso los jóvenes Daniel Sturridge y Romelu Lukaku. 

El Chelsea ha pagado 65 millones de euros por Morata. Es una cifra que le sitúa como el jugador español más caro de todos los tiempos, superando a otro delantero español que fichó por el Chelsea, Fernando Torres. La etapa del actual jugador del Atlético de Madrid en Stamford Bridge fue aciaga. Morata deberá soportar la presión que conlleva ese traspaso millonario, el fatídico antecedente de Torres y, sobre todo, las expectativas. Morata está destinado a ser uno de los mejores delanteros del mundo desde que debutó en 2010. Pero apenas ahora, siete años más tarde, está en situación de ser titular en su equipo. Todo está en orden en su vida. Ahora le toca a él.

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Ilie Oleart