Nacho González

No habléis de él

En la liga con el mejor nivel medio de porteros y en un club donde las leyendas suelen ser delanteros, Martin Dúbravka llegó como un desconocido y ahora cierra 2018 poniendo a toda la crítica de acuerdo sobre sus logros y aptitudes. Sin embargo, hay un paso más en el reconocimiento a su extraordinario rendimiento que casi nadie ha dado.

El Newcastle United es un club al que se suele atribuir un nexo especial con sus delanteros. Una vuelta de reconocimiento alrededor de St James’ Park basta para comprobar esa importancia del matador: dos de las tres estatuas que se erigen en los aledaños inmortalizan a Alan Shearer y Jackie Milburn, sin cuyos goles la historia blanquinegra tendría poco que contar. Por eso, por una afición poco impresionable que parece en una eterna espera por el siguiente ariete al que adorar, ser portero en Tyneside es un trabajo con un plus de dificultad. Hay que ser excelente para brillar en una posición en la que pocos se fijan en la ciudad. Hay que ser extraordinario para, además, hacerlo cuando nadie espera nada especial tras tu llegada. Así que la lógica es muy simple: Martin Dúbravka es extraordinario.

Rafa Benítez tenía en el invierno de 2018 una misión imposible como encontrar un portero decente a un precio ridículo para salvar a un equipo lamentable. Si era improbable conseguirlo, más aún toparse con el idóneo en la República Checa: Dúbravka jugaba en el Sparta de Praga y su condición de arquero perdido por Europa facilitó que su coste fuera de seis millones —dos por su cesión en enero y cuatro por su traspaso definitivo—. Llegó como una cara desconocida y tras aterrizar ya estaba debutando en casa contra el Manchester United. Después una actuación digna de fundar una nueva religión en Newcastle, demostró que el tiempo que tardó en bajar las escaleras del avión fue todo lo que necesitaba para adaptarse. Desde entonces, se ha mantenido regular en lo sobresaliente.

«Hablo mucho en el campo, siempre hablo con mis defensas. Si no lo hago, me miran pensando que hay algún problema». La frase, parte de una entrevista con The Telegraph, no tiene mucho trasfondo en apariencia, pero explica el éxito repentino de Dúbravka: a pesar de ser una cara nueva en un club en permanente estado de guerra, nunca ha dado un paso atrás para que sean otros los que se adelanten. Muestra la misma determinación para salir de su portería a por un balón aéreo que para exigirle a gritos a su capitán que marque bien al delantero rival. Es, por cierto, la misma entrevista en la que también contó que de pequeño casi se queda sin pierna por clavarse un machete por accidente. Dos pájaros de un tiro, pues salvó la extremidad y cumplió el cupo de desequilibrios mentales recomendable para jugar en el Newcastle.

Repasemos: fue barato, cubrió una necesidad urgente del club y encajó en un contexto tan especial como el de St James’ Park. Hasta aquí, nadie duda de sus méritos para convertirse en un icono de Tyneside. No en vano, su perfil de Wikipedia fue modificado tras una de sus brillantes actuaciones para añadir a su biografía que es «el padre del Muro de Adriano y la Gran Muralla China». Pero hay algo que va más allá de su condición de salvador habitual del Newcastle. Es un paso más en el reconocimiento del año de Dúbravka que pocos han dado: hablar de él como el mejor portero de la Premier League en 2018.


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Me permito una breve patada al manual del buen periodista para hablar en primera persona y aclarar que, como muchos saben, soy aficionado del Newcastle y eso me convierte en sospechoso de hacer valoraciones que de tan subjetivas puedan ser forofas. Y aquí tengo que decir que todo hincha de los Magpies está acostumbrado a la nada. Sabemos que nuestro equipo es mediocre entre la élite y nuestros jugadores jamás ocuparán portadas mientras vistan nuestra camiseta. Nunca diríamos a la ligera que uno de los nuestros es el mejor en su puesto porque desde Shearer no hemos tenido ni un argumento para ello. Precisamente por saber de sobra lo lejos que estamos de la excelencia de los grandes sé reconocer a uno especial entre un millón. Miro la Premier y veo a la liga con el mejor nivel medio de porteros del mundo, pero no he visto a nadie tan determinante y con un ratio de fallos tan asombrosamente bajo como el de Dúbravka desde que debutó.

David de Gea lleva años siendo la referencia bajo palos de Inglaterra. Alisson Becker ha convertido al Liverpool en un muro al que da vértigo mirar desde lejos. Ederson Moraes tiene el toque de un centrocampista y aún no recibe todos los elogios que merece por sus paradas. Podría seguir por toda la tabla y no encontraría ni un solo arquero de baja categoría. Y a ninguno, sin embargo, le he visto reducir el número de errores graves a cero ni ganar tantos puntos como Dúbravka desde una posición en la que los goles se evitan, no se marcan. No es el mejor en su puesto, y si lo dijera mi opinión faltaría a la honestidad. Pero no me tiro ningún farol al afirmar que ha sido el número uno de este año natural: el más regular, el más correcto, el más completo y el más importante en su contexto.

Cuando un portero se ha pasado con impecable regularidad todo el 2018 aguantando bombardeos cada jornada por jugar en un equipo ultradefensivo, dominando el juego aéreo, exhibiéndose bajo palos, apareciendo en cada momento providencial e incluso cumpliendo en el ahora tan importante manejo de los pies, es extraño que los elogios que recibe de todas las aficiones no se traduzcan en un reconocimiento mayor. El debate entre De Gea, Alisson y Ederson es legítimo, pero siempre tiene a los mismos protagonistas y si de algo estoy seguro es que ninguno ha hecho un año mejor que el del eslovaco.

Aunque, pensándolo bien, no habléis de él. O al menos seguid sin hacerlo en exceso. Ya sabemos lo que es que un jugador brille en St James’ Park y acabe decantándose por proyectos mejores. No miréis a Dúbravka o nos lo quitarán en cuanto alguien se dé cuenta de lo extraordinario que es. ¿Sabéis qué? Olvidad todos los párrafos anteriores. Sacadlo del debate. Prefiero quejarme de la infravaloración que sufre en el Newcastle a ver cómo se reconoce su rendimiento en otro club más grande. Hacedme un favor y guardadme el secreto de todo lo que os acabo de contar. Así que no lo digáis muy alto, pero recordad: Martin Dúbravka ha sido el mejor portero de la Premier League en 2018.

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Nacho González