“Sé que en Inglaterra el espectáculo debe continuar pero esto no es normal. Los jefes deberían reflexionar. Vamos a matar a los jugadores. Las federaciones no piensan en los jugadores pero deberían hacerlo. Juegan once meses seguidos. Tienen que protegerlos y apostar por la calidad, no la cantidad. Tenemos que pensar en los artistas pero sé que no pasará”. Estas fueron las palabras de Pep Guardiola tras la victoria por 3-1 ante el Watford el pasado 2 de enero. Durante los últimos años, en especial desde que comenzó el declive de los equipos ingleses en la Champions League, varios han sido los entrenadores de la Premier League que se han quejado de la acumulación de partidos durante el periodo navideño y han propuesto que se implemente un parón invernal como sucede en la mayoría de las grandes ligas europeas.
Desde el 1 de diciembre hasta el 31 de enero, el Manchester City disputará 16 partidos, nueve en diciembre y otros siete en enero (17 en caso de ganar al Burnley en la tercera ronda de FA Cup). Además de la Premier League, en diciembre se disputó la última jornada de la Champions League y en enero arranca la FA Cup y se disputarán las semifinales de la Copa de la Liga a doble partido. A efectos comparativos, los dos equipos anteriores de Pep Guardiola, Barcelona y Bayern de Múnich, disputarán bastantes menos. El Barça jugará once entre diciembre y enero (cinco y seis, respectivamente), mientras que el Bayern jugará solo nueve (seis en diciembre y solo tres en enero). El Barça gozará de una pausa de doce días entre su último compromiso del año y el primero del siguiente, mientras que el Bayern disfrutará de un parón de 23 días.
Está fuera de toda discusión que esta acumulación de partidos representa un esfuerzo físico para los jugadores. Guardiola afirmó incluso que este era el motivo del aumento de las lesiones musculares. Esta última afirmación, sin embargo, no es tan evidente. El City ha sufrido dos lesiones en este periodo invernal. La de Gabriel Jesus fue una lesión de ligamentos de la rodilla y la otra fue la de Vincent Kompany, un jugador que encadena lesiones musculares sin importar la estación del año. En realidad, las estadísticas demuestran que en estas fechas no se produce un aumento significativo de las lesiones musculares, posiblemente porque los entrenadores optan por rotar a sus jugadores precisamente para protegerles de eventuales lesiones de este tipo.
Es por las lesiones por lo que la Premier League permite a los equipos inscribir hasta 25 jugadores (más los futbolistas de la cantera). En el caso del Manchester City, el club destina más de 200 millones de libras en salarios, lo cual le sitúa entre los cinco clubes del mundo que más pagan a sus futbolistas. A priori, parece una cantidad suficiente como para poder jugar 16 partidos en dos meses. Máxime considerando que el partido de Champions contra el Shakhtar ya no valía para nada y Guardiola pudo jugar con los suplentes, y que otros dos de ellos serán contra el Bristol City de segunda división en las semifinales de la Copa de la Liga. A eso hay que sumar el partido de FA Cup en casa contra el sorprendente pero modesto Burnley.
Quizás donde más se note la acumulación de partidos navideños sea en la Champions League. Cuando regrese la máxima competición continental en febrero, los equipos ingleses vendrán de una maratón de partidos mientras que sus rivales europeos llegarán en unas mejores condiciones físicas. Desde Boxing Day hasta su enfrentamiento de Champions, el Manchester City habrá disputado once o doce partidos, el Manchester United nueve o diez, el Liverpool nueve o diez, el Tottenham nueve o diez y el Chelsea once o doce. A efectos comparativos, sus rivales respectivos habrán disputado en ese mismo periodo: el Basilea dos partidos, el Sevilla nueve, el Oporto diez, la Juventus ocho y el Barcelona nueve. Es decir, con la excepción del Liverpool en caso de que quedara eliminado de la FA Cup en tercera ronda, todos los equipos ingleses llegarán a la Champions sin haber parado en Navidad y con más partidos en las piernas.
Es comprensible que entrenadores como Guardiola deseen un descanso en fin de año para competir en igualdad de condiciones en las competiciones europeas. Y también lo es que quieran proteger a sus jugadores y que deseen que pasen las fiestas con sus familias en lugar de bajo la lluvia en cualquier estadio del país. Pero los partidos de estas fechas no están destinados a los jugadores o los entrenadores. Estas fechas son para los aficionados. En Navidad, muchos de ellos gozan de vacaciones o tiempo libre para acudir a los estadios o viajar con sus equipos, algo que les resulta complicado el resto del año. La popularidad del fútbol se disparó cuando, a finales del siglo XIX, los obreros comenzaron a gozar de la tarde de los sábados libres para poder ir al fútbol. No es casualidad que los partidos se jueguen en fin de semana. La razón es simplemente porque es cuando los aficionados tienen descanso en el trabajo.
Eliminar los partidos de estas fechas no solo sería una afrenta a una tradición que se prolonga durante más de un siglo (en la primera liga, 1888-89, ya se jugó en Boxing Day) sino que supondría dar la espalda a los aficionados, no solo los ingleses sino los de todo el mundo. Las audiencias de la Premier League se disparan en estas fechas, primero como consecuencia de la falta de competencia futbolística en la parrilla de televisión y, segundo, porque estos partidos tienen un sabor especial que la liga ha sabido preservar organizando partidos entre equipos cercanos para garantizar que los aficionados visitantes pueden viajar en masa como el resto del año. Hasta tal punto son importantes estas fechas para la Premier League que está estudiando demandar a la FIFA por colocar el Mundial de Qatar 2022 en invierno, algo que podría provocar la cancelación de estas fechas navideñas.
Guardiola, un tipo inteligente que habla inglés de forma fluida y seguro se ha familiarizado con la cultura británica, debería saber esto y no pedir imposibles. Sobre todo, imposibles que atentan contra la piedra angular del deporte al que ha dedicado su vida: los aficionados.