Los lunes son el inicio, los jueves tienen su gracia porque ya huele a fin de semana, los viernes son el inicio de lo bueno, y, por último, sábado y domingo son los días en los que hay fútbol. ¿Pero los martes y los miércoles qué tienen? La Champions League, sí. Esta competición va y viene, así que no está todas las semanas. Por lo demás, son días que restan más que aportan. Además, el hueco que deja la competición europea cuando se ausencia a estas alturas de año, lo ocupan partidos intrascendentes y sin gracia de Copa. En Inglaterra no iban a ser menos, e incluso se puede decir que ellos están peor, ya que estos días están reservados a la infame Carabao Cup (creo que esta semana se llama así la Copa de la Liga). Con este panorama se me presentaba la semana: antes de la llegada del maratón de fútbol inglés que traen la Navidad, tocaba pasar por los cuartos de final de Copa. Quizás sea por una mezcla entre bajas expectativas y el aburrimiento, pero he de decir que me gustó. Bien jugado, Carabao.
Me ha dolido escribir eso, para que lo voy a negar. Tragarse el orgullo no es un plato de buen gusto, vaya. Pero es que esta jornada estuvo bastante bien. Para empezar, nos dejó una de las sorpresas de esta temporada, ya que el Burton Albion de Nigel Clough eliminó al Middlesbrough y jugará las semifinales. Sí, habéis leído bien: el equipo de League One que dirige el hijo del mítico Brian Clough está a un peldaño de llegar a la final. Posiblemente no pasen de ahí, debido a que les toca medirse contra el poderoso Manchester City. Pero bueno, soñar es gratis y los muchachos de Clough ya nadie les va a quitar el mérito y reconocimiento por haber llegado hasta ahí.
Volviendo con el equipo que dirige Pep Guardiola, les volvimos a ver ganar, que eso no es nada que se salga del guion. Lo que sí es noticia es que el Leicester les consiguió llevar a los penaltis, donde Raheem Sterling mandó a las nubes un dantesco intento de Panenka. Danny Ward, arquero del Leicester y fiel representación de mi reacción, no pudo evitar reírse con incredulidad. Menos risueño se le vio al guardameta galés cuando Kevin De Bruyne dejó su sello en el partido con un gol marca de la casa. Conducción, recorte y golpeo seco. Qué bueno que volviste, Kevin.
Los duelos del miércoles tenían mejor cartel que los del martes: por un lado, habría un derbi del Norte de Londres, y por el otro un interesante Chelsea-Bournemouth. Nada mal para cerrar el día, vaya. Y al igual que los otros dos partidos de cuartos de final, ninguno de los dos defraudó. No solo por el fútbol, sino por todo lo dantesco que envuelve a una competición con un nombre tan ridículo. A decir verdad, cuando uno ve estas competiciones, más que fútbol, espera ver situaciones surrealistas. Y para eso, amigos, la Carabao Cup es el mejor torneo posible.
El partido de Stamford Bridge nos dejó más bien poco, a decir verdad. Poco se podía esperar de un enfrentamiento entre las segundas unidades de uno y otro equipo. Así que vamos a lo importante, a lo jugoso. El Arsenal-Tottenham no prometía ser la reedición del espectacular encuentro que jugaron ambos equipos hace unas jornadas, pero no defraudó. Dele Alli, ese hombre que depende de si eres o no del Tottenham le amas o le odias, se quiso vengar de la dolorosa derrota ante el eterno rival la última vez que se vieron las caras. Asistencia en el primer gol, vaselina perfecta para anotar el segundo e imagen para el recuerdo al recordarle a un aficionado Gunner el resultado. Este muchacho es tan bueno con el balón en los pies como creando imágenes icónicas.
Fútbol, quizás hubo poco. Realmente, no creo que recuerde alguno de estos partidos en unas semanas. Pero el entretenimiento en estos dos días no está pagado. Y quien diga que no, miente, porque en dos días hemos visto a un equipo de League One plantarse en semifinales ante el City, a Ward riéndose de sus rivales para caer eliminado poco después y al Arsenal de Unai Emery cosechando su segunda derrota en cuatro días mientras Alli hacia más amigos en el norte de Londres. Realmente, poco más le puedo pedir a una competición que se llama Carabao Cup.