Con el 2017 agonizando, el Liverpool se propuso darle una última alegría a su afición en forma de fichaje. Virgil Van Dijk aterrizaría en Anfield pagando una millonada al Southampton e intentando solucionar así los graves problemas en defensa. Y pese a que más de uno arqueó la ceja al ver el dinero desembolsado, el holandés tuvo un rendimiento inmediato, convirtiéndose en uno de los grandes culpables de ese Liverpool finalista de la Champions League. El estado de forma con el que acabó la pasada campaña se ha visto perpetuado en estos primeros meses de competición, volviendo a erigirse como líder de la defensa en el Liverpool y la Selección Holandesa y en partidos ante jugadores de talla mundial como Neymar Jr o Kylian Mbappé. Con lo explicado en este primer párrafo debería bastar para confirmar a Van Dijk como uno de los mejores centrales del mundo, pero nunca aparece en las listas como tal. Por ello, hemos sacado el bisturí para analizar si realmente el holandés ya forma parte de la élite mundial de centrales o, por el contrario, las sensaciones han pesado más que los hechos.
Para el análisis se han examinado las estadísticas de los centrales del los seis primeros equipos de la Premier League y algunos de los mejores centrales del mundo como Sergio Ramos o Giorgio Chiellini. Esto es, básicamente, porque los equipos de menor nivel reciben más ataques, provocando que sus centrales inflen sus estadísticas. Además, no tendría sentido comparar a Van Dijk con centrales que no están en la élite del fútbol mundial, ya que el objetivo de la propia comparación es saber si el holandés, por su rendimiento, se cuela entre los mejores del mundo.
Un central sirve, principalmente, para defender (a mí no me mires, Guardiola). Por ello, los primeros parámetros a observar estarán relacionados con la defensa. Respecto a las entradas por partido, Van Dijk promedia poco más de una exitosa por partido. Este es un dato bastante deficiente, ya que la media de sus rivales oscila entre 1.7 y 2.1, superando solamente a David Luiz (0.7 entradas por partido). En cambio, si se miran los balones interceptados, el espigado central del Liverpool promedia 1.5 por partido, ubicándose en la media de centrales del los analizados. Estadística que, por cierto, lideran Jan Vertonghen y Nicolás Otamendi, que promedian cerca de dos intercepciones por encuentro.
En este apartado defensivo hay dos parámetros donde Van Dijk es superior a sus competidores: despejes y bloqueos. En dichos parámetros, el holandés promedia, respectivamente, 5.7 y 0.8 por partido. Si se tienen en cuenta los números de sus rivales y se hace una comparativa, prácticamente despeja un balón más por encuentro que los demás. Solamente Shokdran Mustafi consigue hacerle sombra, despejando una media de 6.7 balones por partido. Mientras tanto, en los bloqueos, Van Dijk es el líder de esta estadística entre la lista de centrales analizados. Además, en el ámbito disciplinario también cuenta con números excelentes, promediando menos de una falta por partido y forzando más de un fuera de juego por partido.

Seguramente, más de uno ha arqueado la ceja al ver que no aparecía en el anterior párrafo el juego aéreo como una de las virtudes del central Red. Y está hecho más que a propósito, ya que el desempeño de este jugador en este apartado es colosal. Su gran altura (1.93 metros) y su gran capacidad de salto le permiten ser una auténtica amenaza aérea en ataque y un seguro en defensa, consiguiendo ganar 3.6 duelos aéreos por partido. Prácticamente gana un duelo aéreo más por partido que los demás centrales analizados a excepción de Mustafi, siendo el único que le supera por una ligera diferencia. Por ubicar este gran dato, solo os voy a decir que Ramos, central que destaca como uno de los mejores (o el mejor) en el juego aéreo, gana 0.6 duelos menos que Van Dijk.
Otra de las facetas básicas en un central es la salida de balón (ahora sí, Pep). Van Dijk, además de ser un gran defensor, se muestra seguro con el balón en los pies. En estas primeras jornadas ha promediado 70 pases por partido con un acierto que roza el 90%. Además, de los centrales analizados, es uno de los que más pases largos completa por partido (5.6 pases largos acertados por partido). Solamente centrales de la categoría como el ya mencionado Ramos o Gerard Piqué completan más desplazamientos en largo por partido. Pese a ello, estas estadísticas relacionadas con el pase no son fiables al completo, ya que parámetros como el número de pases pueden inflarse según el estilo de juego del equipo.

Ahora, tras pasar por las dos facetas básicas que hacen bueno a un central en el fútbol de hoy en día, llega la hora de la verdad: ver la valoración media por partido. Vale que las valoraciones están puestas de manera subjetiva, pero dan un reflejo de cuál es el rendimiento real de un jugador. Y según Whoscored.com, reputada página de las estadísticas en el fútbol, Van Dijk promedia una valoración de 7.18 entre todas las competiciones, media notable que no le vale para ser considerado como el mejor central de la Premier League en esta temporada. Ese es Mustafi, con un 7.22 de media, que supera por poco al holandés. Pese a ello, esa media que no le sirve para ser el mejor entre los mejores de su liga, si le sirve para colocarse por delante de muchos centrales considerados como los mejores del mundo. Ramos (6.99), Chiellini (7.11), los campeones del mundo Raphael Varane (6.86) y Samuel Umtiti (6.68), Leonardo Bonucci (7.03) y un largo etcétera.
Van Dijk ya es uno de los mejores centrales del mundo. No el mejor como alguna vez me he aventurado a decir mientras celebraba un tackle suyo, pero sí uno que merece la consideración del mundo del fútbol. Los datos, y no solo las sensaciones que desprende el hecho de verle jugar, le muestran como un jugador notable en defensa y en la distribución de balón, así como un auténtico peligro en las jugadas a balón parado debido a su envergadura. Además, no olvidemos que desde su llegada ha transformado lo que era una de las peores defensas de la Premier League en la mejor de este curso junto a la del Manchester City. En resumen, dudo que aún quede alguien quejándose del precio pagado por el holandés. Básicamente porque no se pagó por un cualquiera, sino por un tipo que a día de hoy está en entre los tres mejores de su posición.