En mayo de 2014, la federación inglesa publicó un exhaustivo informe analizando las causas del imparable declive de la presencia de jugadores ingleses en la Premier League y su evidente efecto sobre las prestaciones de la selección inglesa. La comisión encargada del estudio detectó cuatro causas del problema, la primera de las cuales era la existencia de “oportunidades inadecuadas e insuficientes para jugar fútbol competitivo entre los 18 y los 21 años para los mejores jugadores de los clubes más importantes del país”. En el informe, la comisión bautiza ese periodo de la formación de los futbolistas ingleses como «el triángulo de las Bermudas»: lo que parecían jóvenes destinados al estrellato acaban desapareciendo por arte de magia.
En la temporada previa a la realización del estudio (2012-13), solo un 32% de las titularidades en la Premier League fueron ocupadas por jugadores que podían competir con los Three Lions. Una cifra que contrastaba con el 69% de veinte años antes, cuando la sentencia Bosman todavía no había liberalizado el mercado comunitario y la Premier League aún no se había convertido en la versión futbolística de la NBA.
Han transcurrido más de tres años desde la publicación del informe y la situación sigue siendo la misma que entonces. La temporada pasada, el campeón Chelsea concedió a futbolistas ingleses 4004 minutos en liga, en torno al 10% del total disponibles. Bournemouth (63,5%) y Burnley (52,3%) fueron los únicos equipos de toda la Premier League que concedieron más del 50% de los minutos a futbolistas ingleses.
Inglaterra, Italia, Alemania y España disputarán este martes las semifinales de la Euro sub-21. Los ingleses entrarán al campo con un bagaje en el fútbol de primer nivel mucho más pobre que el de los demás equipos. Los onces titulares con los que se presentaron en la competición las selecciones de España (565), Italia (544) y Alemania (520) sumaban más de 500 partidos disputados en alguna de las cinco grandes ligas europeas. En comparación, el once inglés sumaba tan solo 295. Entre Nathaniel Chalobah, Jacob Murphy, Lewis Baker y Tammy Abraham, titulares en el debut inglés, suman la friolera de un partido en Premier League. Solo un jugador de los 33 que arrancaron el torneo para las selecciones española, italiana y alemana no ha debutado en la élite (el portero alemán Jannik Pollersbeck).
El estudio de la federación proponía cuatro soluciones: la introducción de filiales de equipos de la Premier League en el fútbol profesional inglés; el desarrollo de acuerdos de cesión entre clubes; aumentar el número de jugadores formados en el país (homegrown players) que deben formar parte de la plantilla de un equipo Premier (actualmente, 8 de 25); y endurecer la concesión de permisos de trabajo a jugadores no comunitarios. A día de hoy, ninguna de las cuatro medidas se ha comenzado a aplicar. Ni lo hará.
La introducción de filiales fue rechazada de plano por los equipos de la Football League, como era de prever. El plan de la federación de crear una quinta división entre League Two (4ª) y National League (5ª) para dar entrada a los filiales ha sido ridiculizada por los clubes situados por debajo de la Premier League. En cuanto al cupo de jugadores formados en el país, la Premier League se resiste a aumentar esa cifra, temerosa de que eso pudiera perjudicar al interés mediático de una liga que es ya la segunda competición deportiva que más dinero genera en derechos de televisión en el mundo, solo por detrás de la NFL. En tercer lugar, para endurecer las condiciones para conceder el permiso de trabajo es necesario una reforma legislativa que ni siquiera se encuentra en la orden del día de los parlamentarios británicos.
Finalmente está el tema de las cesiones. La federación tampoco ha sido capaz de vender a los clubes el interés de cerrar acuerdos estratégicos de cesión entre ellos. Los clubes de la Football League (divisiones segunda, tercera y cuarta del fútbol inglés) están acostumbrados a recurrir a la cesión como quien va al supermercado. Para los clubes de divisiones inferiores, la cesión tiene principalmente dos objetivos: enrolar a jugadores de la Premier League que den un salto de calidad a sus plantillas o bien en forma de parche para cubrir un hueco sobrevenido a lo largo de la temporada. Cada año se producen decenas de cesiones de este segundo tipo, con una duración entre uno y tres meses. Es una solución cómoda para el club de destino, que solventa su urgencia inmediata, pero es un tipo de cesión que hace poco por el desarrollo del futbolista joven. El mejor ejemplo es Nathaniel Chalobah, el centrocampista del Chelsea, titular indiscutible con los Young Lions en Polonia. Chalobah, de 22 años, ha jugado cedido en Watford, Nottingham Forest, Middlesbrough, Burnley, Reading y Nápoles. En Burnley disputó cuatro partidos. En Nápoles, cinco.
A menudo se achaca la falta de oportunidades de los jóvenes ingleses en la Premier League al dinero. Es cierto que la lluvia de millones provocada por los últimos dos contratos televisivos (2013-16, 2016-19) provoca que para los clubes de la élite resulte más sencillo contratar un joven holandés, belga, francés o español, que ya ha completado su formación en su país de origen, que completar el desarrollo de un futbolista de su propia cantera. El español Saúl Ñíguez ha disputado casi 150 partidos con el Atlético de Madrid, más otros 37 en su cesión al Rayo Vallecano. Para el Arsenal, el Chelsea o el Manchester United resulta más sencillo ficharle pagando 40 o 50 millones de libras que darle 150 partidos a un futbolista joven de su fútbol base.
Este un problema estructural que escapa a las competencias de la federación como ha quedado demostrado. El único camino pasa por entrenadores valientes que confíen en la juventud y dueños que estén dispuestos a darles el tiempo de nutrir ese talento en desarrollo. El caso de Mauricio Pochettino en Southampton y Tottenham es el mejor ejemplo. El técnico argentino ha hecho más por la selección inglesa que los últimos cinco seleccionadores. Ahí están Adam Lallana, Rickie Lambert, Luke Shaw, Calum Chambers, Harry Kane, Dele Alli o Eric Dier para atestiguarlo. ¿Cuántos de ellos habrían sido internacionales absolutos si no hubiera sido porque el argentino se cruzó en su camino?
Clubes como el Southampton también demuestran que puede ser rentable apostar por la cantera, sea para desarrollar futbolistas de una calidad tal que, de otro modo, no podrían atraer al club, sea para venderlos posteriormente a cambio de pingües beneficios. Mientras el ejemplo de Pochettino y el Southampton no se extienda al resto de la Premier League, la selección inglesa seguirá compitiendo en inferioridad de condiciones en el ámbito internacional. Y por eso no ganará esta Euro sub-21.