1. Pep Guardiola
En julio de 2016, el técnico de Santpedor aterrizó en el Etihad con el objetivo de convertir al Manchester City en un equipo dominante y ganador, tanto en Inglaterra como a nivel continental. Diez meses después, uno se queda con la sensación de que la Premier League ha vencido rotundamente al entrenador catalán, que no ha logrado aplicar exitosamente su idea futbolística en el campeonato británico. Es cierto que los Sky Blues han tenido dinámicas de juego brillante, pero la obstinada insistencia de Guardiola en utilizar un esquema suicida durante buena parte de la temporada (el 1-3-2-4-1), junto a su incapacidad para articular una estructura defensiva medianamente sólida, ha sido un lastre demasiado grande. Huelga decir que los resultados (tercero en Premier y eliminación en octavos de Liga de Campeones) han estado muy lejos de cumplir las elevadísimas expectativas estivales.
2. José Mourinho
A pesar de no contar con el beneplácito de Alex Ferguson, José Mourinho fue el elegido para ocupar el banquillo del Manchester United en la cuarta temporada sin el insigne técnico escocés. Quizás el estilo promulgado por el de Setúbal no es coincidente con la esencia histórica de los Red Devils, pero sí llegaba con la vitola de ser garantía de resultados. Sin embargo, el United de Mourinho no ha diferido excesivamente del de Louis van Gaal, pues ha heredado algunos de los vicios que ya tenía el conjunto mancuniano: falta de clarividencia en la última zona del campo y dificultades para cerrar partidos que se ponen de cara. La cantidad de puntos que se han escapado de Old Trafford es, sin duda, el gran problema que debe resolver el técnico portugués de cara a la próxima temporada, en la que se le exigirá luchar por la Premier League.
3. Riyad Mahrez
Tras una temporada excelsa del Leicester City, era totalmente lógico que en la 2016-17 su rendimiento experimentase un descenso. Ninguno de los futbolistas de los Foxes consiguió estar al nivel del año pasado, pero el caso de Riyad Mahrez, que había sido elegido mejor jugador del campeonato, ha resultado especialmente decepcionante. El argelino, que además se había erigido, junto a N’Golo Kanté, como el futbolista más prometedor de la plantilla que se alzó con el título, ha sido extremadamente irregular a lo largo de esta campaña. Si el año pasado fabricó un total de veintisiete tantos (17+10), la cifra se ha precipitado hasta los diez de esta campaña (6+4). Es indudable que Mahrez atesora muchísima calidad, pero solo la ha mostrado a cuentagotas. El éxito de su carrera futbolística —todavía tiene veintiséis años— dependerá de su continuidad.
4. Granit Xhaka
El enésimo intento del Arsenal por encontrar a un futbolista que pueda convertirse en un bastión en el centro del campo gunner ha salido rana, a pesar de los cuarenta y cinco millones de euros desembolsados por Granit Xhaka el pasado verano. Debido a la lesión de larga duración de Cazorla, además de las evidentes carencias de Coquelin y Elneny, la responsabilidad de encargarse de la distribución ha recaído exclusivamente en el suizo, que ha alternado partidos decentes con otros en los que se ha visto plenamente desbordado desde el punto de vista táctico. Xhaka, además, ha sido expulsado en dos ocasiones a lo largo de la temporada, ambas por dos entradas desproporcionadamente peligrosas e innecesarias, impropias de un futbolista llamado a erigirse como el faro de un grande de Inglaterra.
5. Los outsiders
Las diferencias existentes entre los siete primeros clasificados y el resto han sido más notables que nunca. Buena parte de la culpa ha recaído en equipos como Southampton, West Ham, Stoke City o Crystal Palace, que teóricamente ocupan ese escalón y que han realizado una campaña bastante pobre. Los Saints, a pesar de finalizar octavos, han sumado diecisiete puntos menos que en la anterior temporada, mostrándose sumamente irregulares a pesar de contar con una plantilla bastante estimulante. Por su parte, los Hammers se han visto perjudicados por elementos exógenos (el descontento de parte de la afición por el traslado al Olímpico de Londres o los problemas entre el club y Dimitri Payet) que han afectado al rendimiento deportivo. Los Potters han realizado su peor campaña, en términos numéricos, desde su regreso a la Premier League hace nueve años. Y el Crystal Palace ha llegado a coquetear con el descenso a Championship. Así, el bajo rendimiento de los outsiders nos ha impedido disfrutar de una mayor competitividad en la lucha por entrar en competiciones europeas.