Nacho González

Premier League 2017-18: el partido del año

Los grandes partidos definen una temporada. Rememoramos los cuatro mejores encuentros del curso como parte de nuestros especiales del año.

A pesar de que no ha sido la Premier League más emocionante de la historia, la temporada 2017-2018 nos ha dejado varios partidos grabados en la retina. Como parte de los especiales del año, repasamos los cuatro encuentros que nos mantuvieron pegados a la televisión durante noventa minutos de infarto: desde milagros hasta peleas entre gigantes. 

4. Newcastle United 1-0 Manchester United


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Ritchie celebra el gol de la victoria contra el Manchester United. Foto: Catherine Ivill (Getty Images)


«Podríamos haber estado aquí diez horas y no habríamos marcado». Así explicó José Mourinho en rueda de prensa la debacle de su Manchester United en St James’ Park, estadio maldito para el luso en Premier League —tres empates y cuatro derrotas en siete partidos—. Era febrero y el Newcastle necesitaba tres puntos como el comer para alejarse del descenso, mientras los Red Devils veían cada vez más lejos a sus vecinos del City. Todo un clásico del fútbol inglés que acabó inexplicablemente con el contador de los visitantes a cero a pesar de sus múltiples ocasiones.

El debut de Martin Dúbravka en la portería de los Magpies dejó una actuación memorable: paró cualquier objeto esférico que osara atravesar la línea de su portería. Al terminar el partido, Rafa Benítez dijo sobre su guardameta que «si compra hoy la lotería, la gana». Cuando el eslovaco no pudo alcanzar los disparos rivales, hasta el delantero centro del Newcastle se implicó para repeler los ataques: Dwight Gayle sacó dos veces seguidas el balón sobre la línea a Anthony Martial. Alexis Sánchez tuvo otra a puerta vacía, pero entre su breve cortocircuito mental y la velocidad de Florian Lejeune para cruzarse en la trayectoria de la bola truncaron la enésima ocasión de gol. El tanto de Matt Ritchie en el minuto 65 dio los tres puntos más improbables de la temporada a los blanquinegros. 

3. Chelsea 2-3 Burnley


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Batshuayi espera al saque de centro después de uno de los goles del Burnley. Foto: Dan Mullan (Getty Images)


Que el vigente campeón pierda en casa en la jornada inaugural es extraño. Que lo haga contra un equipo del que se espera que luche por no descender, aún más. Y si en el minuto 43 el resultado es 0-3 con un expulsado en el bando local, el partido es todo un acontecimiento. Curiosamente, aquella tarde fúnebre en Stamford Bridge fue un adelanto perfecto de lo que serían las temporadas de Chelsea y Burnley: un desastre y un hito histórico, respectivamente.

Con Sam Vokes disfrazado de Alan Shearer y Stephen Ward marcando el gol de su vida, los Blues no supieron responder al planteamiento de los Clarets desde que Gary Cahill vio la roja en el minuto 14 por tratar de seccionar una tibia rival en finas lonchas. Al sorprendente resultado añadió emoción un intento de remontada desesperada —y suicida— del Chelsea, que marcó en el 69, perdió a Cesc Fàbregas por expulsión en el 81 y anotó el 2-3 en el 88 con nueve jugadores. La imagen del final de ese duelo de locos se repetiría todo el curso: Antonio Conte marchándose cabizbajo y Sean Dyche celebrando triunfos con el ceño fruncido.

2. Manchester City 2-3 Manchester United


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El momento cumbre del partido que pudo haber proclamado campeón al Manchester City: Smalling completa una remontada impensable. Foto: Michael Regan (Getty Images)


El Manchester City tuvo ante sí el escenario ideal para proclamarse campeón de liga en la mejor temporada de su historia: en casa y contra el eterno enemigo, el Manchester United. Ni en el mejor de los guiones habrían escrito un desenlace tan perfecto tras meses arrollando rivales en la competición nacional. Pero si algo tienen el fútbol y los derbis mancunianos es que nada se puede dar por hecho antes de tiempo. Ni siquiera con 2-0 en el marcador.

Y es que en el minuto 31 los Citizens ya contaban con dos goles de ventaja, obra de Vincent Kompany e Ilkay Gündogan. Cuando el árbitro pitó el descanso, la sensación era que sólo la falta de puntería del City había evitado una masacre. Sin embargo, en la reanudación fueron los Red Devils quienes dejaron atrás 45 minutos de apatía para levantarse y pelear por su orgullo. Dos goles de Paul Pogba en dos minutos empataron el duelo y fue Chris Smalling en el 69 quien materializó la gran remontada de la temporada, tanto por la desventaja recuperada como por el escenario. Aunque la guerra llevaba jornadas perdida, esa batalla fue para el bando rojo.

1. Liverpool 4-3 Manchester City


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El Liverpool acabó con la racha del Manchester City en el mejor partido del año. Foto: Oli Scarff (AFP / Getty Images)


Jürgen Klopp definió el gran partido de la temporada 2017-2018 como «histórico» y uno del que «podremos hablar dentro de veinte años cuando recordemos la liga del Manchester City». No fue para menos. El alemán y Pep Guardiola se lanzaron a por la yugular de su rival en una exhibición de fútbol valiente y espectacular. Y el resultado final mostró al mundo algo de lo que hasta entonces nadie estaba del todo seguro: el Manchester City era vulnerable.

Con una presión osada acompañada de la verticalidad que hace al Liverpool único en Europa, los Reds descompusieron a los Citizens como nunca antes se había conseguido en las anteriores 22 jornadas de Premier League. Sólo un vendaval ofensivo como el de Klopp logró que los celestes se olvidaran de completar la liga invictos: en nueve minutos mágicos, Roberto Firmino, Sadio Mané y Mohamed Salah marcaron tres goles para romper el 1-1 y sorprender al país con un 4-1 en el 68. El City, que ya había sumado puntos en los tramos finales de varios partidos, no hincó la rodilla hasta el pitido final y en el descuento llegó a subir el 4-3 en el marcador. Era demasiado tarde: la condición de invencibles seguía perteneciendo un año más al Arsenal del 2004 en exclusividad. Más tarde, el cruce de ambos en cuartos de final de la Champions League confirmaría al Liverpool como el antídoto contra los de Mánchester. Sólo quien se atreviera a ser tan valiente podría neutralizar a semejante maquinaria futbolística. 

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Nacho González