Víctor Diéguez

Premier League 2017-18: las decepciones del año

La Premier League cierra una temporada en la que la poca competitividad ha sido la mayor decepción pero, después de las 38 jornadas que marca el calendario, no se puede decir ni mucho menos que ha sido la única.

La competitividad

La Premier League nos tiene acostumbrados a que hasta el final esté absolutamente todo en juego. Pese a ello, en la última jornada de esta temporada solo estaba en juego una plaza de Champions League y evitar la última plaza de descenso, aunque Chelsea y Swansea habrían necesitado un milagro para lograr ese último billete europeo y mantener la categoría respectivamente. El dominio apabullante del Manchester City de Pep Guardiola hizo que el título tuviese dueño desde diciembre, mientras que la apatía de Chelsea y Arsenal han cerrado la lucha por la Champions demasiado pronto. A su vez, en la zona baja, la lucha por la permanencia apenas ha tenido giros de guion que mantuviesen a los espectadores en vilo hasta el final. Lo bueno de tan poca competitividad es que la cosa solo puede mejorar de cara a la próxima temporada, ya que esta campaña no ha podido ser más aburrida.

El Chelsea y sus fichajes

Es difícil explicar todos los errores que ha cometido el Chelsea esta temporada, pero el título de este apartado es bastante revelador. Los refuerzos han ofrecido un nivel pésimo y han empeorado notablemente al equipo que el año pasado gobernó el fútbol inglés con puño de hierro. Los malos resultados hicieron que la ya maltrecha relación entre Antonio Conte y Roman Abramovich empeorase, hasta trazar la crónica de un despido anunciado desde prácticamente el inicio de la temporada. A su vez, el carácter del entrenador transalpino hizo que se pelease con toda persona relacionada con el club, dejando de lado a jugadores importantes como David Luiz y tomando alguna que otra decisión cuestionable que, en definitiva, ha acabado por costarle el trono de la Premier League y dejarle fuera de los puestos que dan acceso a la Champions League a un equipo con jugadores de la talla de Thibaut Courtois, Eden Hazard o N´Golo Kanté.

La media tabla

Los equipos de media tabla han tenido un año malo en líneas generales. La temporada de Stoke City y Southampton, dos equipos teóricamente destinados a no sufrir mucho y, si hay suerte, darse un paseo por Europa, ha acabado con los primeros en Championship a ritmo de reguetón y con los segundos rozando el mismo destino. Además, al observar la tabla y ver que el equipo que más se acerca a los seis grandes es el Burnley con nueve puntos menos que el Arsenal es preocupante. Todos los equipos de media tabla han bajado el nivel respecto a ediciones pasadas, acentuando así la poca competitividad que ha reinado en la liga. Por tanto, si se quiere evitar que se repita de nuevo el primer punto de esta lista, es básico que los equipos de media tabla mejoren su nivel.

Frank de Boer

El técnico holandés tuvo el peor inicio de la historia de la Premier League. Su trepidante etapa al cargo del Crystal Palace duró 77 días en los que consiguió la friolera de cero puntos en cuatro partidos. Pese a ello, ya había síntomas de un posible fracaso antes de pisar Selhurst Park debido a su anterior experiencia en el Inter de Milán, que no fue demasiado esperanzadora. Además, su apuesta por el juego de toque era totalmente opuesta al fútbol que venía practicando el Palace con Sam Allardyce, nuestro autobusero favorito, por lo que su fracaso en Inglaterra fue estrepitoso. Tras el despido del holandés tocaba volver a formas más clásicas de salvar los muebles, por lo que la directiva contrató a Roy Hodgson, que consiguió mantener a los londinenses en primera pese a la enorme desventaja con la que partían gracias al experimento hecho en los primeros meses de la temporada.

Everton

Los Toffees han tenido una de las temporadas más decepcionantes de su historia reciente. Tras un verano en el que el equipo fichó bien (al menos sobre el papel), el inicio fue terrible sobre el terreno de juego. Prácticamente todas las incorporaciones fueron decepcionantes, provocando el despido de Ronald Koeman, el hombre que teóricamente iba a dirigir el asalto a la zona europea de la clasificación y elevar al Everton al lugar que se merecía por historia y magnitud. Más tarde llegó Sam Allardyce con su juego vistoso, haciendo que el equipo levantase cabeza mientras que los aficionados luchaban por no dormirse ante tal caudal de juego ofensivo. Parece difícil que Big Sam continúe la próxima campaña, pero su Everton se colocará en el podio de la lista de los mejores equipos de la historia. Aunque solo sea en sueños, ya que ver a este equipo sin dormir es un reto a la altura de los más grandes.

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