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Al concluir la temporada pasada llegó el final anunciado. Luego de tres temporadas en las que llegó prometiendo insertar al equipo en Champions League, Roberto Martínez fue despojado de su cargo. Indiscutidamente las actuaciones y resultados del club fueron de mayor a menor (5° en 2013/14 y 11° en las dos temporadas siguientes) a pesar de contar con presupuesto considerable y de mantener a los mejores jugadores del plantel, como hacía tiempo que no ocurría en el club. Farhad Moshiri, que adquirió parte de la institución de Merseyside el curso pasado, tomó el toro por las astas y despidió al catalán luego de una temporada mediocre que, además de malos resultados, mostró errores tácticos repetidos y un repudio de los fanáticos con Bob.
Luego de la danza de nombres para el cargo entre los que desfilaron Frank De Boer, Eddie Howe, Manuel Pellegrini, Unai Emery y hasta José Mourinho, terminó llegando el primer anhelo del nuevo accionista, Ronald Koeman, que luego de compensar a Southampton se transformó en el nuevo entrenador del club atraído por las promesas de Moshiri y el todavía presidente Bill Kenwright. El técnico holandés llega después de dejar un muy buen trabajo en los Saints a los que depósito en Europa luego de una gran temporada.
Como primera medida, el holandés comenzó con una necesaria renovación: Steven Piennar, Leon Osman y Tony Hibbert dejaron el club tras largos ciclos y se sumaron a Tim Howard, que fue a atajar sus últimos años a la MLS. Solo se mantuvo a Phil Jagielka y Darron Gibson entre los veteranos y comenzó la búsqueda de nombres con una billetera más abultada que otros años. A pesar de la aparición de nombres rimbombantes (Axel Witsel, Juan Mata, Kalidou Koulibaly, Giorginio Wijnaldum y Mateo Kovacic entre otros) y sumas abultadas, el mercado viene siendo lento para los Toffees. El primero que llegó, pero no para jugar, es Steve Walsh, el descubridor de Riyad Mahrez, N’Golo Kanté y compañía en Leicester, que será nuevo reclutador en Everton y en él se depositan grandes expectativas en mejorar con los fichajes, cosa que viene fallando últimamente.
Para calzarse los botines o los guantes según el caso, han llegado Maarten Stekelenburg para ahondar la portería, Ashley Williams para endurecer la debilitada zaga e Idrissa Gueye, rescatado del olvidable Aston Villa 2015/16, para aportar recuperación en el mediocampo de un equipo que el año anterior sufrió mucho en esa posición.
En las últimas horas, con el producido de la venta de John Stones (nada menos que 50 millones de libras) y la urgencia que genera la misma, parecen haberse acelerado las gestiones y Yannick Bolasie está muy cerca y lo del central Lamine Koné encaminado. Koeman se ha mostrado tranquilo a pesar de la parsimonia inicial del mercado y confiado en el material y los jóvenes con que cuenta el club, pero en el fondo sabe que se imponen como vitales la llegada de jugadores en otros puestos.
Analicemos la plantilla. En el arco, y a la espera de que llegue un portero de jerarquía para ser titular ya que Joel no parece convencer mucho al técnico, el veterano Stekelenburg arrancará como titular, siendo el español el segundo mientras no llegue otro (los rumores apuntan a Asmir Begovic, Joe Hart, Fraser Forster y Kasper Schmeichel, pero no pasan de ser eso). No quedan dudas de que la portería no parece ser una garantía hasta el momento.

La zona defensiva es la más complicada tras perder a su talismán, John Stones, que a pesar de no tener una buena temporada sigue siendo uno de los centrales del futuro y Guardiola se lo llevó por la nada despreciable suma de 47,5 millones de libras que servirán para seguir reforzando el equipo. Los laterales serán de Seamus Coleman y Leighton Baines, el cual parece recuperado de la lesión que lo tuvo a maltraer la temporada anterior. La zaga central debe mejorar con respecto a 2015/16. Ashley Williams y Ramiro Funes Mori serán titulares en inicio ya que Phil Jagielka a sus años le ha sumado complicaciones que le han impedido realizar una buena pretemporada, por eso es que se hace imprescindible el fichaje al menos de otro central. Como recambio para la zona defensiva aparecen los jóvenes Matthew Pennington, Mason Holgate, Brendan Galloway y el tico Bryan Oviedo.
En la medular, una zona conflictiva la Premier League anterior, no parece haber inconvenientes de nombres sino necesidad de trabajo, una cosa que Koeman deberá resolver. Seguramente sumará algún mediocampista ofensivo más pero, con la llegada de Idrissa Gueye, la zona de quite y distribución parece estar cubierta ya que a pesar de la grave lesión de Muhamed Besic, que parecía convertirse en una pieza importante, el técnico dispondrá de Gareth Barry, James McCarthy, Tom Cleverley, Darron Gibson (que sobrevivió a la renovación) más el senegales. Cantidad y nombres suficientes para encontrar el funcionamiento.
El extécnico de Southampton y Feyenoord gusta jugar con el muy de moda 4-2-3-1. Para esos tres puestos de la media punta aparece Ross Barkley como el indiscutido por el centro pero por las bandas existen ciertas dudas. Kevin Mirallas y Gerard Deulofeu parecen correr con ventaja pero Aaron Lennon y Shani Tarashaj pueden ser opciones más Yannick Bolasie o el extremo que se sume en las próximas horas. Kieran Dowell y Tom Davies, dos de las grandes esperanzas del club, pueden contar con minutos en estos puestos.
Resulta palmario que la delantera asoma como otro problema Toffee. Con Romelu Lukaku asediado por Chelsea y sus ganas de competir a lo grande, Everton no cuenta con nadie más. Arouna Koné nunca dio la talla y Ousmane Niasse, el gran fraude por el que Martínez pagó fortuna, no cuenta para el entrenador, por lo que se impone la llegada de un delantero centro que pueda actuar como recambio del belga. Aunque lo cierto es que se antoja cada vez más complicado de conseguir por el tiempo que queda de mercado.
Está claro que el mayor desafío de Koeman pasará por repetir lo hecho con Southampton en Goodison Park. Uno de sus mayores problemas será el tiempo de acople de los refuerzos que están llegando demasiado cerca del inicio de competencia. Además, deberá dotar al equipo de una identidad y solidez de la que carecía con Martínez, ya que Everton fue uno de los equipos que más errores defensivos cometió en Europa. Desde la cúpula directiva se apunta a las competiciones europeas pero la empresa no se antoja para nada sencilla.
