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El sueño de la Premier League
Cuando Mo Diame clavó el balón en el ángulo en la final del play-off de ascenso de Champonship, los hinchas del Hull City en los casi vacíos graderíos de Wembley entraron en éxtasis. El club volvía a ascender a la primera división por tercera vez en sus 112 años de historia y todo apuntaba a que un consorcio de inversionistas estadounidenses los iba a salvar de su pesadilla egipcia.
Han pasado casi tres años desde que Assem Allam y su hijo Ehab comenzaron su perversa cruzada por cambiar el nombre del club a Hull Tigers por supuestos fines comerciales tras una pelea con el gobierno local de la ciudad de Kingston Upon Hull. Sin embargo, sus dos solicitudes de cambio fueron denegadas por la federación inglesa tras una admirable campaña en contra del cambio liderada por el Hull City Supporters Trust (HCST), la asociación de aficionados del club. Dese ese momento, la familia Allam ha hecho todo lo posible por maltratar a los hinchas y destruir al club desde sus entrañas.
Una entidad en crisis
A una semana de que Hull City inaugure la temporada contra el Leicester City, campeón vigente, el club atraviesa una crisis total. Steve Bruce, el mejor técnico de la historia del club, renunció después de que la familia Allam le ofreciera solo 18 millones de libras para reforzar al equipo y se negara a intentar fichar los jugadores que Bruce identificó como posibles refuerzos. Bruce era la piedra angular del club, el único vínculo entre los hinchas y la dirigencia, a la que había defendido en más de una ocasión; y una figura paterna para los jugadores. Sin él se podría producir un éxodo masivo de jugadores comenzando por Mo Diame que, harto de la situación de inestabilidad del club, ha acabado fichando por el Newcastle de segunda división.
Como si esto no fuera suficiente, una plaga de lesiones ha afectado a seis jugadores (cinco de ellos titulares) dejando al club con solo doce jugadores de campo disponibles para disputar el primer partido, que abrirá la temporada 2016-2017 de Premier League y que se disputará contra el Leicester en el KCOM Stadium frente a las cámaras de Sky Sports.
Se dice que el nuevo técnico va a ser contratado a finales de esta misma semana. El club ha ido en búsqueda de Chris Coleman pero, tras su excelente campaña con Gales en la Eurocopa de Francia, su fichaje es una posibilidad remota. Lo más posible es que Gianfranco Zola o Mike Phelan, el exasistente de Bruce y actual entrenador interino, se hagan cargo del equipo. Cualquiera de los dos tendrá menos de veinte días para intentar armar un club competitivo, incluyendo fichajes, dentro de la liga más competitiva del mundo. Evitar el descenso para un equipo como Hull City AFC es difícil. Esquivarlo bajo las condiciones actuales es casi imposible.
Una hinchada maltratada
Los hinchas son los mayores enemigos de la familia Allam y como tal la familia los castiga. Este año, la familia Allam suprimió los tradicionales descuentos a las entradas de los niños y ancianos mediante un complejo sistema de membresías en lugar de los pases de temporada. En una de las ciudades más pobres de Inglaterra, una familia promedio de cuatro personas ya no podrá asistir a los partidos debido al elevado costo, lo que ha provocado el enojo de los aficionados. Se han comprado únicamente 14.500 membresías, un número muy por debajo de los 20.000 pases de temporada que el club vendió en el 2010, durante el primer año de la familia Allam a cargo del club.
En lo deportivo, el hincha promedio de Hull City AFC sabe que la temporada va a ser muy difícil y no hay mucho optimismo entre la base social. Se espera un descenso temprano sin mucha emoción y sin muchas expectativas. Las esperanzas del hincha radican exclusivamente en la posibilidad de que en septiembre el consorcio estadounidense o un nuevo consorcio de inversionistas chinos se interese por comprar el club y Allam acepte su oferta.

Fichajes paralizados
El club ha tenido una participación muy limitada en el mercado de pases a causa de la fallida compraventa del club. Hasta el momento, el Hull City es el único equipo de la Premier League que todavía no ha fichado a ningún refuerzo para su primer equipo. El único fichaje ha sido el de Will Mannion, un joven portero procedente del AFC Wimbledon, que viene a reforzar al equipo de la reserva. Se espera que durante las próximas semanas se oficialice a un técnico que refuerce al club con el limitado presupuesto disponible.
Por otra parte, las bajas son muchas y se pueden dividir en dos diferentes grupos: los que se fueron del club y el grupo de lesionados.
En cuanto a los primeros, Chuba Akpom e Isaac Hayden terminaron sus cesiones y regresaron al Arsenal. El segundo fue posteriormente traspasado al Newcastle, donde se reunirá con el ya mencionado Diamé. Su caso es especialmente flagrante considerando que era un titular indiscutible para Bruce que todavía parecía tener mucho que aportar al club. Finalmente, Sone Aluko y Ryan Taylor finalizaron sus contratos y se convirtieron en agentes libres.
En cuanto a las lesiones, las más graves son las de Allan McGregor (una lesión de espalda le dejará fuera seis meses), Alex Bruce (el hijo del extécnico del Hull estará fuera hasta 2017 por una lesión en el tendón de Aquiles) y Moses Odubajo (su lesión de rodilla podría hacer que se perdiera casi toda la temporada). Michael Dawson será una baja especialmente sensible durante estos primeros meses de campeonato y podría provocar que Tom Huddlestone retrase su posición al eje de la defensa. Finalmente, Harry Maguire y Shaun Maloney no podrán comenzar la temporada pero no deberían tardar en estar a disposición del nuevo entrenador.
El jugador clave
En una temporada muy difícil, el jugador que más emociones debería dar es Abel Hernández. El uruguayo de 25 años jugará su tercera temporada con el club. Su primera experiencia en Premier League no fue particularmente satisfactoria, ya que después de un gran arranque no se pudo acoplar al juego físico de la liga y a la exigencia de jugar varios partidos sin descanso. Tras el descenso del club se quedó y fue uno de los goleadores de la segunda división, lo que le valió para ser elegido como jugador del año del club. Este año debería ser la principal carta en ataque del club y buscará anotar los goles necesarios para la permanencia.
Se avecina una temporada sumamente difícil en la que pelear el descenso se antoja demasiado complicado. Los jugadores deberán superar un sinfín de obstáculos cuya responsabilidad no les corresponde pero afectará a su rendimiento inevitablemente. El nuevo entrenador deberá aislar a la plantilla para tratar de que el entorno no acabe por hundirles. Si el club llega al mercado de pases de diciembre con posibilidades de mantener la categoría y con unos dueños que vuelvan a traer unidad al club se podría comenzar a soñar con la permanencia. Caso contrario, el Hull City se las verá con el Leeds United en la Championship 2017-2018.
