Gareth Reynolds

Previa 2016-17: Watford

La familia Pozzo decidió en verano no renovar el contrato de Quique Sánchez Flores y el técnico español ha sido sustituido por el italiano Walter Mazzarri. La cuestión en Vicarage Road es saber gestionar las expectativas.

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Las expectativas son algo difícil de gestionar. Para muchos de los observadores externos, la primera temporada del Watford en la Premier League sobrepasó las expectativas. En verano, el club sustituyó al popular Slavisa Jokanovic, que había llevado al club al ascenso la temporada anterior, por Quique Sánchez Flores, un técnico no familiarizado con el país, la cultura ni la competición. Además, el Watford fichó una docena de nuevos jugadores que el español tuvo que integrar en su equipo. Así que, para muchos, las expectativas eran que el Watford no lo haría mucho mejor que en sus anteriores visitas a la primera división inglesa. Los Pozzo tenían otras expectativas.

Desde luego, esas expectativas se cumplieron en la primera mitad de temporada. El extremadamente agradable Quique combinó un equipo sólido y muy trabajador con dos delanteros para los que la Premier League no estaba preparada. Y hasta cierto punto, quizás tampoco el propio Quique. Porque en la segunda mitad de temporada, la progresión se detuvo en seco. El cansancio de los jugadores y su baja forma física tuvieron parte de responsabilidad pero también la tozudez táctica del entrenador y su reticencia a probar otras alternativas. La evolución se convirtió en estancamiento.

Para la familia Pozzo, esa no es una opción. Aunque luchar por los puestos europeos no era un objetivo de la temporada y caer hasta la media tabla no parece dramático, lo que preocupó a los dirigentes de Vicarage Road fue la forma en que el equipo perdió su ímpetu y acabó cruzando exhausto la línea de meta. Aunque jamás luchó por el descenso, el estado de forma del Watford en la segunda mitad de temporada no fue mucho mejor que el del Aston Villa. Unas semanas más y el desenlace podría haber sido muy diferente.

Así que esta temporada arranca con un nuevo entrenador en Walter Mazzarri, no familiarizado con el país, la cultura ni la competición y, por lo que parece, tampoco con el idioma. El italiano se embarca en la Premier League con una plantilla repleta de nuevos jugadores por integrar y una afición con mayores expectativas. ¿Les suena de algo?

Llegar a Watford siendo casi tan desconocido como lo era el anterior entrenador cuando fichó no es necesariamente un problema. De hecho, es algo casi esperado. Cualquiera que decida investigar sobre el nuevo entrenador descubrirá que Mazzarri gozó de gran éxito revolucionando el fútbol italiano entre 2009 y 2013 con su contragolpeador Nápoles, algo que le condujo acto seguido a tomar las riendas del Inter, una misión imposible que acabó en fracaso pero que ya se había cobrado otros buenos técnicos antes de Mazzarri. Y siguió haciéndolo después.

Tácticamente, su nombramiento resulta interesante. Siente predilección por el 3-5-2 o el 3-4-1-2, en los que lleva trabajando con la plantilla desde el primer día de pretemporada y que ha ido alternando en cada amistoso. Es un conocido amante de la disciplina más estricta con un toque de vieja escuela cuando se trata de las relaciones con los jugadores y prepara a sus equipos a conciencia en el campo de entrenamiento, repitiendo una y otra vez los movimientos exactos que quiere ver durante los partidos. Afortunadamente para Mazzarri, el 3-5-2 es un sistema familiar para la mayoría de la plantilla, ya que fue el favorito de Jokanovic la temporada del ascenso.

Volviendo a la plantilla, Heurelho Gomes, que fue elegido merecidamente mejor jugador del club la pasada temporada, seguirá bajo palos. Gomes realizó una excelente temporada repleta de paradas espectaculares y una presencia imponente en el área. El guardameta demostró a sus críticos que se equivocaban y lo mismo puede esperarse esta temporada.

Parece que su suplente seguirá siendo el internacional rumano Costel Pantilimon, fichado del Sunderland en enero. El lituano Giedrius Arlauskis, contratado el verano pasado pero descartado por Sanchez Flores, es otra alternativa, pero el tercer portero debería seguir siendo el irlandés Rene Gilmartin, entre otras cosas porque ayuda a respetar el cupo obligatorio de ocho jugadores formados en el país impuesto por la Premier League.

Actualmente, la plantilla incluye cinco defensas centrales, entre los que Mazzarri escogerá a los tres titulares. Miguel Britos jugó a las órdenes del italiano en Nápoles y tras una temporada de debut más que positiva, se espera que sea un jugador clave. También debería serlo el internacional norirlandés Craig Cathcart, que tuvo un excelente regreso a la Premier League que acabó culminando con sus sólidas actuaciones en la Euro 2016.

Quique arrancó la temporada pasada emparejando a Cathcart con el internacional austriaco Sebastian Prödl. Tras un buen inicio, muchos consideraron que sustituir a Prödl por Britos a mediados de octubre era una apuesta arriesgada. Pero Britos superó el rendimiento del austriaco y formó una pareja todavía más sólida con Cathcart. Una serie de lesiones leves provocó que el austriaco acabara como tercera opción. Ellos tres, si pueden entenderse, deberían ser los elegidos de Mazzarri.

Las dos alternativas actuales son el canterano Tommie Hoban y el recién llegado Christian Kabasele. Hoban, internacional irlandés sub-21, ha encadenado dos temporadas plagadas de lesiones que han estancado una prometedora carrera que había comenzado a llamar la atención de varios equipos de la Premier League. Totalmente recuperado y con una pretemporada completa en su haber, su polivalencia podría resultar muy útil para su entrenador. Kabasele ha llegado este verano como un desconocido para muchos aficionados. Este verano formó parte de la plantilla belga en la Euro aunque no llegó a debutar. En la liga belga jugó todos los minutos y fue clave para que el Genk fuera el segundo equipo menos goleado. Allan Nyom también ha actuado como central en uno de los primeros partidos de pretemporada pero es más probable que luche por ocupar la posición de carrilero.

Esa lucha por los puestos de banda promete ser encarnizada después de que el club haya contratado dos nuevos jugadores para esa posición, el colombiano Juan Camilo Zúñiga, cedido por el Nápoles, y el internacional marfileño Brice Dja Djédjé, procedente del Marsella. Dja Djédjé es diestro y será el principal competidor de Nyom. Juan Carlos Paredes también puede ocupar ese puesto, aunque su futuro está en entredicho tras sus erráticas actuaciones la temporada pasada y haber expresado públicamente su decepción ante la falta de oportunidades.

Zúñiga, que formó parte del exitoso Nápoles de Mazzarri como Britos, será probablemente el titular por la izquierda, donde el internacional griego José Holebas proporciona una buena alternativa y también tiene cosas por demostrar tras considerar que fue infrautilizado la temporada pasada. El internacional escocés Ikechi Anya puede jugar en los dos costados, así que esta área de la plantilla podría sufrir alguna baja antes de que se cierre el mercado estival.

En el centro del campo, Mazzarri puede contar también con otra cara familiar en forma de otro de sus exjugadores en el Nápoles, Valon Behrami, que espera sufrir menos lesiones. También estaría bien que viera menos amonestaciones. La habilidad y trabajo de Etienne Capoue le convirtieron rápidamente en un jugador popular entre los aficionados. Aunque, como el resto de centrocampistas, aportó pocos goles y asistencias para un jugador de su talento. Mario Suárez tardó en adaptarse a la naturaleza frenética de la medular en la Premier League y deberá mejorar para justificar su reputación y lugar en el once.

Al comienzo del curso pasado, Ben Watson parecía destinado a ser poco más que un miembro útil de la plantilla, no el engranaje crucial de la sala de máquinas en que se convirtió con su templanza y fiabilidad, valoradas a partes iguales por sus compañeros y su afición. Otro de los favoritos de la afición, Adlene Guedioura, cuyo fantástico gol contra el Arsenal en los cuartos de final de la FA Cup fue uno de los momentos álgidos de la segunda mitad de temporada, esperará gozar de más oportunidades esta temporada pero probablemente deberá contentarse con un lugar en el banquillo.


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El único jugador fichado para el centro del campo este verano es Abdoulaye Doucouré. Fue fichado en enero procedente del Rennes y cedido directamente al Granada para la segunda mitad de temporada, donde sus consistentes actuaciones ayudaron al club español a conservar la categoría. Se espera que su presencia contribuya a convertir la medular en una fuerza más dinámica y creativa, dos cualidades que brillaron por su ausencia el curso pasado y obligaron a los delanteros a buscarse la vida por su cuenta.

Es un gran alivio que el ataque del Watford sea liderado por el icónico capitán Troy Deeney, que se echó el equipo a la espaldas hasta cruzar la línea de meta la temporada pasada. A principio del verano, el club supuestamente rechazó varias ofertas del Leicester City por él. El hecho de que Troy no forzara su traspaso a los campeones, tentado por los focos de la Champions League, y en su lugar renovara su contrato con el club, muestra hasta qué punto confía en la visión del propietario sobre el desarrollo del club y no hace más que reforzar todavía más el vínculo que le une con sus aficionados. Su determinación sin falla e instinto asesino serán vitales una vez más.

La estrategia contragolpeadora de Mazzarri le convirtieron en un técnico reputado por su capacidad para extraer el máximo de sus delanteros y los aficionados del Watford confían en que sea capaz de aportar consistencia al compañero de Deeney en la punta de ataque, Odion Ighalo. La pareja que condujo al equipo al ascenso continuó causando problemas durante la primera mitad de la temporada y el instinto depredador de Ighalo llevó al club al borde de los puestos europeos en Navidad. Sin embargo, mientras Deeney siguió mejorando, la forma de Ighalo empeoró considerablemente en la segunda mitad del curso y sufrió una prolongada sequía goleadora. Quique mantuvo la fe en él pero lo cierto es que, aunque la plantilla carecía de una alternativa natural, la rigidez e insistencia del técnico español en mantener en el once a jugadores fuera de forma como Ighalo contribuyeron en gran medida a que la frustración se propagara por los despachos y las gradas.

Para resolver la falta de alternativas, han llegado dos nuevos delanteros. El primero, Jerome Sinclair, es un fichaje de futuro. Con solo 19 años, Sinclair dejó expirar su contrato con el Liverpool, donde tenía una excelente reputación y donde es el jugador más joven en debutar con el primer equipo. Aunque llega libre, el Watford deberá abonar derechos de formación al Liverpool por ser menor de 24 años. Ambos clubes han acordado un precio de cuatro millones de libras.

La segunda incorporación ha despertado más expectativas. Fichado por una cifra récord de 12,5 millones de libras procedente del Granada, Isaac Success es el sueño de todo escritor de titulares («success» significa «éxito» en inglés). Votado como mejor jugador de su equipo la temporada pasada, Success, que puede jugar tanto en bandas como en punta, es rápido, fuerte y disfruta encarando defensas con el balón pegado al pie. Su precisión en el remate no está a la altura de la de Deeney o Ighalo pero tiene un enorme potencial y los aficionados del Watford están deseando verle en acción.

Matěj Vydra es otra posibilidad para Mazzarri en punta. Descartado por Quique, quizás erróneamente considerando la falta de alternativas en la delantera, Vydra vivió una temporada frustrante en el Reading en Championship. Ha vuelto esta pretemporada dispuesto a impresionar al nuevo técnico. Nordin Amrabat, principalmente un jugador de banda, aunque también puede jugar en punta, también espera convencer al nuevo técnico de que merece un lugar en el equipo. Durante la pretemporada ha ocupado la posición de carrilero, un rol para el que existe ya mucha competencia. Fue fichado en enero junto con Suárez para reactivar al equipo, algo que jamás sucedió, así que también tiene mucho por demostrar este curso.

Tras haber retenido la columna vertebral de la temporada pasada y con la experiencia de un año en la élite, el Watford se ha reforzado para adaptarse al estilo del nuevo técnico y muchos aficionados están satisfechos con los fichajes. Sin embargo, el club todavía no ha fichado un necesitadísimo centrocampista creativo capaz de conectar los trabajadores delanteros con el sólido centro del campo y aportar su cuota de goles y asistencias. Subsanar esta grave carencia podría resultar clave para la temporada del Watford.

Una cosa es segura: con Chelsea, Arsenal y Manchester United como primeros visitantes a Vicarage Road y otros tantos viajes para enfrentarse a Southampton, West Ham y Burnley, Mazzarri no tardará en descubrir los límites de su plantilla y la exigencia de la Premier League.


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Gareth Reynolds