public://video_embed_field_thumbnails/youtube/4SwaDp1p_xY.jpg
a:1:{s:7:»handler»;s:7:»youtube»;}
Tras salvarse de manera más que solvente en la temporada 2014-15 después de coquetear con los puestos nobles durante buena parte de la temporada, la siempre prudente directiva Hammer, encabezada por David Gold y David Sullivan, decidió no extender el contrato de Sam Allardyce e iniciar un nuevo proyecto con un exjugador del club Claret & Blue y uno de los mejores entrenadores underground del continente como Slaven Bilic. El objetivo prioritario era estrenar el London Stadium en la Premier League y, a ser posible, jugando en Europa. Ambas premisas se cumplieron.
Pero pese a ser la sensación y el matagigantes de la liga (con permiso del Leicester) durante meses, al final de la temporada el equipo acabó fatigado en buena parte por una rotación corta, acabando la liga en séptima posición tras luchar por la cuarta plaza más de dos tercios de la competición. En la FA Cup, el Manchester United apeó en una mágica eliminatoria, replay incluido, a los de Bilic, que firmaron otro gran partido de desempate dos rondas antes contra el Liverpool, que se culminó con un tanto de Angelo Ogbonna en el último minuto de la prórroga.
Para superar o al menos igualar la campaña anterior, el preparador croata contará con una plantilla con un formato prácticamente idéntico aunque con bastante más profundidad de banquillo. En la portería, la vida sigue igual y sin necesidad de cambiar, puesto que con Adrián San Miguel como titular y Darren Randolph (renovado este verano tras su excelente Eurocopa) como alternativa, el arco parece más que a salvo. Especialmente con un Adrián que cada día va a más, pese al ninguneo del que es víctima por parte de la selección española. Randolph llegó por la puerta de atrás, pero aún siendo de menos nivel que el sevillano, se ha mostrado con solvencia en las competiciones de copa, donde parece que seguirá contando para Bilic. En la retaguardia de los dos antes mentados se encuentra un Raphael Spiegel que otro año más servirá para completar los entrenamientos y poco más.
La zaga apenas ha sido remodelada, y queda la duda de qué pasará con el lateral derecho, donde solo Sam Byram puede jugar de manera natural. Aunque Michail Antonio pueda echar una mano en esa posición y lo haya hecho bien la temporada pasada, no es más que un parche puntual. En la izquierda, la falta de efectivos era igual que en la opuesta, ya que solo el magnífico Aaron Cresswell estaba en la escuadra, una situación de precariedad agravada con su lesión, que le mantendrá alejado del equipo durante al menos dos meses. No tardó en ficharse un recambio, Arthur Masuaku, que procede del Olympiakos. El joven francés es un lateral potente y de recorrido, con más de cincuenta partidos en El Pireo, formado en el Valenciennes. En el centro, todo indica que, de salida, saldrán Winston Reid y Angelo Ogbonna. El neozelandés renovó su compromiso hace menos de un año y es uno de los favoritos de la afición con total merecimiento, mientras que el internacional italiano recaló en el East End la temporada pasada y poco tardó en hacerse con la titularidad. Ello ha empujado a James Tomkins a buscarse el futuro unos kilómetros más al sur, firmando por el Crystal Palace. En el banquillo esperará el tanque James Collins, que por una razón u otra siempre acaba disputando muchos minutos. También Reece Oxford, pero su polivalencia y el hecho de ser un adolescente quizás le reste minutos en el eje de la defensa. Incluso el recién llegado Havard Nordveit puede ser un recurso. Pese a todo, se echan en falta un central y un lateral derecho más.

La mejor línea de los Hammers es, sin duda, la medular, donde además ha contratado a varios futbolistas de calidad. Empezando por la faceta más defensiva, al potente e incansable Cheikhou Kouyaté y a Perico Obiang se le une el contrastado Nordveit, que llega libre del Borussia Monchengladbach y aportará bastante solidez. Para la suma, una leyenda viva del club, el capitán Mark Noble, también conocido como Mr. West Ham, al que incomprensiblemente nunca le ha llegado la llamada para representar a Inglaterra (el fichaje de Sam Allardyce podría cambiar eso en breve). En las alas, se ha añadido al exvalencianista Sofiane Feghouli sin coste y a Gokhan Tore, cedido por el Besiktas, que se unen a Antonio. Feghouli encarna el talento en su forma más pura, pero en la liga española siempre fue más dado a los chispazos que a la aportación diaria, mientras que Tore, pese a tener solo 24 años, ya ha jugado más de una veintena de partidos con la selección de Turquía. Como enganches, la traca final, un Manuel Lanzini exquisito y el magistral Dimitri Payet, que ya extendió su contrato y que la directiva se ha negado a traspasar a ningún precio este verano.
La punta de lanza quizás quedó un poca corta en la 15-16 y este año parece ser de nuevo la gran incógnita. Si los rumores del fichaje de Carlos Bacca acaban cristalizándose en la realidad, la duda tornaría en una delantera de kilates. Hasta que ello ocurra, si es que ocurre, Andy Carroll parece partir como titular. Todos sabemos que no es un virtuoso con el esférico en sus pies, pero cuando está en plenas condiciones físicas es un peligro para las defensas rivales por su poderío aéreo. El problema es que esas condiciones no suelen darse. Esperando en el banquillo estará el dinámico Enner Valencia, que también puede partir desde la banda, y un André Ayew que ha roto el récord de traspaso pagado por el West Ham (20 millones de libras) y que pese a no ser un prolífico goleador sí que superó la decena de goles la sesión anterior con el Swansea. Todo hace indicar que Diafra Sakho abandonará el este de Londres. Nunca cuajó su relación con Bilic y se ha mostrado reacio a continuar bajo su disciplina. Los jóvenes Ashley Fletcher (fichado libre desde el Manchester United) y Antonio Martínez (un millón de libras desde el Valencia) completan la vanguardia. Y Jonathan Calleri será la guinda del pastel. Tras su participación en los Juegos Olímpicos con el combinado argentino se ha hecho finalmente oficial su contratación.
Pese a alguna que otra duda en posiciones concretas, el West Ham debería luchar por la zona noble de la tabla. A priori, claro, porque a esas dudas se le puede sumar el cansancio por una más que probable clasificación a la fase de grupos de la Europa League, ya que solo le queda el Astra Giurgiu (que fue su verdugo el año pasado) para acceder al desafío europeo, una vez dado buena cuenta del Domzale en el estreno del estadio de Stratford. Pero el equipo de Bilic jugó el año pasado de una forma tan atractiva que a poco que solidifique un poco su defensa, la ilusión puede tocar el cielo. Ser fiables en liga hasta la jornada 38 y dinamita en las copas es el reto. ¿Aguantará el fuelle este año?
