Daniel Centeno

Previa 2018-19: Crystal Palace

Las incorporaciones de nivel del Crystal Palace hacen pensar que la solidez mostrada a finales de la temporada pasada bajo la batuta de Roy Hodgson solo puede afianzarse y mejorar. Pero esto es Selhurst Park, donde el tiempo avanza hacia atrás, la lluvia cae hacia arriba y nadie entiende nada. Bienvenidos a Croydon.

Siempre que tengo que firmar un artículo, procuro ser consciente de mi situación como observador: mis condicionantes, mis sesgos, mis preferencias, mis manías, y lo poco que me gusta la gente que le echa azúcar al café. Todo ese conjunto de taras hacen que mi artículo sea distinto, más allá de cuestiones estilísticas, del que podrían firmar cualquiera de los compañeros y compañeras que echan una mano (y alguno se juega la cabeza si hace falta) en La Media Inglesa. Con esta ya son cuatro temporadas en las que son mis rasgos los que condicionan la previa de los Eagles, lo que quizás me da otra profundidad.

A la hora de hablar del Crystal Palace, conviene recordar que el tiempo no siempre es una dimensión rígida, linear y predecible. En Croydon la dimensión temporal baila más que en Dr. Who o más que Alan Pardew en Wembley. Ayer estaban en el futuro y hoy han vuelto a 2005. Porque Roy Hodgson parecía totalmente retirado tras la Eurocopa de 2016, pero regresó del futuro para desempeñar una labor encomiable en su ciudad natal. ¿Es Roy Hodgson una versión anciana de Marty McFly? Lo analizaremos en otro artículo.

En estos cuatro años han pasado muchas cosas en Selhurst Park. La más reciente, un nuevo viraje hacia la tradición, tras un fatídico «intento» de modernizarse con Frank de Boer. Para quienes hayan estado un año en un búnker, aquí va un resumen: alguien que lleva toda la vida vistiendo con cuestionable sentido del gusto, decide seguir las directrices de últimas tendencias de cualquier revista de moda. Un poco como ir con un impoluto atuendo hipster al bar más exclusivo de la ciudad. Igual da el pego hasta que pides gambas con gabardina y las mojas en el café con orujo. La única conclusión es que debes de haberte convertido en Jon Snow, porque no sabes nada.

Una vez provocadas las arcadas, paso a perpetrar el análisis futbolístico. Roy Hodgson es un tipo convencional: ante la duda recurre al 4-4-2, porque la vida ya tiene demasiadas complicaciones. Un punta con movilidad para combinar y otro con la fisiología de un armario empotrado, dos mediocentros que se complementen, y el resto de posiciones, acordes a sus características esperables. Una fórmula sencilla para el día a día, con contados experimentos en partidos imposibles, y ninguna revolución. No ganará el premio a la innovación, pero fue capaz de dejar en media tabla a un equipo que había llegado a diciembre con menos de 10 puntos en el casillero.

La sencillez se ha prolongado a la pretemporada. Alejados de parajes con grandes coberturas mediáticas y de ostentosos torneos de verano, han sido encuentros de baja dificultad (porque enfrentarse a equipos de las categorías de plata de Suecia y Dinamarca no puede decirse que sea arriesgado). Poco más que un tanteo de la plantilla, que se salda a priori con un par de ascensos de las categorías inferiores al primer equipo. El destacado es Aaron Wan-Bissaka, aunque Sullay Kaikai también ha tenido más minutos de los esperados.


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Las incorporaciones han buscado paliar las principales bajas, así como reforzar las posiciones más sensibles. Con un gasto total de 9,5 millones de libras, la calidad de los fichajes acometidos es indudable. Lo importante: que encajen o no, está por ver. El único fichaje que hemos podido ver en esta pretemporada ha sido el de Vicente Guaita, llegado libre del Getafe. También a coste cero ha llegado Max Meyer, una joven perla alemana del Schalke 04. Por último, el West Ham United ha recibido la citada casi decena de millones por el contrastado Cheikhou Kouyaté. Analizaremos lo que pueden aportar más adelante.

No había un guardameta digno de confianza además de Wayne Hennessey. Vicente Guaita llega para ser un candidato a la portería que actualmente ocupa el arquero galés. Julián Speroni, un respetable veterano en Selhurst Park, aportará la experiencia y la calma en los momentos difíciles, pero sus aportaciones más relevantes se alejan del campo y se trasladan al vestuario. Durante esta pretemporada, Guaita y Hennessey se han turnado los guantes, siendo difícil afirmar que haya un claro favorito para la titularidad.

Saliendo de los palos, el centro de la defensa seguirá siendo el mismo: Mamadou Sakho y James Tomkins serán los centrales principales, con el sempiterno Scott Dann como recambio (siempre que no esté en alguna de sus también sempiternas lesiones). El costado izquierdo seguirá siendo territorio de Patrick van Aanholt, teniendo al irregular Pape Souaré como recambio. El lateral derecho no obstante es objeto de discusión: si bien Joel Ward parecía afianzado, el ya mencionado canterano Aaron Wan-Bissaka ha cuajado una excelente pretemporada, y no sería descabellado verlo como serio candidato. Un paso por detrás parece estar Martin Kelly. Como «chico para todo» estará Jaïro Riedewald, versátil como central, mediocentro o lateral izquierdo.

A priori, en la medular es donde Hodgson tendrá más quebraderos de cabeza. Al menos, serán por exceso y no por defecto. En banda parece que serán Andros Townsend por la derecha y Jeffrey Schlupp por la izquierda los responsables de mover el balón, aunque este último puede ser situado en cualquier punto del costado izquierdo. En el centro, Luka Milovojevic será indiscutible, pudiendo asumir cualquier rol, salvo bailarín de ballet clásico, pizzero y ebanista. La salida de Yohan Cabaye a un club de Dubai (y me estoy agobiando sólo de pensar en el calor que debe hacer allí) deja un hueco que previsiblemente acabará siendo para uno de los dos recién llegados: Max Meyer y Cheikhou Kouyaté.

Max Meyer se ha desempeñado la mayoría de su carrera como mediapunta, donde hace gala de un excelente control del balón y visión ofensiva. Esta temporada ha crecido como mediocentro, retrasándose de su posición habitual, ganando a cambio visión defensiva del juego y comportándose como recuperador y organizador. Una escasa potencia física le puede suponer un problema para adaptarse a la Premier League, pero su resistencia, agilidad y solidez harán por compensarlo. En definitiva, puede ser un mediocentro fino, omnipresente e inteligente.

Por el otro lado, Cheikhou Kouyaté es conocido para la mayoría. No hace filigranas, no tiene un control delicado, ni tampoco paciencia: en el campo no hace ni amigos, ni prisioneros. Incansable, agresivo e indestructible, esta será su quinta temporada consecutiva en la liga más competitiva del mundo. Meyer y él son el día y la noche, pero ambos serán necesarios. Luka Milovojevic podrá adaptarse en función de con quién esté jugando.

Como previsibles suplentes habituales en la medular estarán el capitán Jason Puncheon, a quien las lesiones vienen lastrando demasiado como para mantener la titularidad, y James McArthur, que la temporada pasada fue un todoterreno imprescindible para los Eagles. Es de esperar que McArthur sea la pareja de baile de Luka Milovojevic hasta que Max Meyer y Cheikhou Kouyaté estén adaptados al grado que Roy Hodgson considere óptimo (que puede ser la segunda semana de agosto o a mediados de marzo). Por último, los canteranos que gozarán de más oportunidades serán Jonathan Williams en la medular, y Sullay Kaikai y Jason Lokilo por los extremos izquierdo y derecho respectivamente.


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En la punta, Wilfried Zaha será la principal amenaza de Selhurst Park otro año más si permanece, pues la rumorología lo ha vinculado con clubes del calado del Chelsea o Borussia Dortmund, y el extremo no vería mal el movimiento a Stamford Bridge. De irse, Max Meyer tendría que retomar sus hábitos más ofensivos y asumir galones antes de tiempo. Con todo, no parece factible que el Palace permita salir a su buque insignia faltando tan poco tiempo para el cierre del mercado.

El armario empotrado del equipo será Christian Benteke mientras sus lesiones lo permitan. Alexander Sørloth tiene directamente nombre de mueble de Ikea en caso de que sea necesario sustituirlo. De Connor Wickham no hablaremos, pues es cuestión de tiempo que vuelva a su posición natural: la camilla de la enfermería. Además, de hacer alguna incorporación adicional, ya sea traspaso o cesión, los Eagles estarían buscando un delantero centro con mayor movilidad, a fin de añadir opciones de estrategia.

En definitiva, el Crystal Palace afronta la temporada con una plantilla reforzada, con un técnico asentado en el banquillo y con multitud de opciones además de las ya mencionadas: un trivote con Kouyaté, Milivojevic y Meyer, y Zaha y Townsend como extremos; Kouyaté y Milivojevic como mediocentros y una línea de tres formada por Zaha, Meyer y Townsend; Zaha como falso nueve y McArthur como box-to-box; esquemas con tres centrales, o… ¿sabéis qué? Olvidadlo. 4-4-2. Roy Hodgson. La temporada finalizará en abril en Selhurst Park, y Wilfried Zaha sonará para la mitad de clubes del top-six inglés desde finales de diciembre. Al final, se suceden las temporadas, pero el tiempo sigue sin pasar por Selhurst Park.

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