En los últimos tiempos, el cambio de propiedad en los clubes de la Premier League ha sido sinónimo de fracaso. Desde que Mohamed Al-Fayed vendió el Fulham al estadounidense Shahid Khan, tardó diez meses en descender a segunda división. El Swansea se libró de milagro de caer a segunda en el primer año tras la compra por parte de los estadounidenses Steve Kaplan y Jason Levien pero cayó en el segundo. El verano pasado, Katharina Liebherr vendió el Southampton al empresario chino Jisheng Gao y su hija Nelly. Solo el despido de Mauricio Pellegrino y la contratación de Mark Hughes permitió una última racha victoriosa que permitió a los Saints esquivar un descenso que se antojaba seguro.
Mark Hughes continuará al frente de los Saints tras estar a punto de convertirse en el primer entrenador de la historia en descender a dos equipos de Premier League en la misma temporada: el Stoke, donde comenzó el curso, lo hizo pero el técnico galés logró salvar al Southampton. El objetivo prioritario es no volver a sufrir como esta temporada y recuperar la estabilidad y proyección de futuro que caracterizó al club durante la etapa Liebherr.
El empresario suizo Markus Liebherr compró el Southampton en 2009 después de haber sido declarado en concurso de acreedores y haber sufrido una deducción de diez puntos. Desde entonces, ascendió de League One a Premier League de la mano de Nigel Adkins, construyó una de las canteras más fructíferas de todo el país (ahí crecieron, entre otros, Gareth Bale, Adam Lallana, Luke Shaw, Calum Chambers, Theo Walcott, Alex Oxlade-Chamberlain, James Ward-Prowse o Wayne Bridge) y apostó por un estilo de fútbol continental con entrenadores como Mauricio Pochettino, Ronald Koeman o Claude Puel.
Pero el club dio un paso en falso la temporada pasada. La contratación de Mauricio Pellegrino sumada a una política de fichajes más centrada en engrosar la cuenta bancaria que en reforzar el equipo desembocaron en un susto de muerte. Pellegrino nunca llegó a entender la idiosincrasia del club, a compenetrarse con la grada y los jugadores, o a mostrar un estilo definido de juego. Para rematarlo, la marcha de Virgil van Dijk supuso un torpedo en la línea de flotación del equipo. Los fichajes Wesley Hoedt y Jan Bednarek no lograron hacer olvidar al central holandés. Tampoco la incorporación invernal de Guido Carrillo por 20 millones de libras, cifra récord en la historia del club, generó la inyección de adrenalina que Pellegrino esperaba. Solo Mario Lemina fue un éxito indiscutible en la medular.

Este verano, Hughes ha realizado solo cuatro incorporaciones. La más cara ha sido, por supuesto, otro central. Jannik Vestergaard ha llegado del Borussia Monchengladbach por 22 millones de libras para devolver a la zaga la solidez perdida desde los tiempos en que José Fonte y Virgil van Dijk formaban una de las parejas de centrales más rocosas de la liga. El noruego Mohamed Elyounoussi llega del Basilea para cubrir el hueco dejado por Sofiane Boufal como prometedor y habilidoso extremo que acaba pasando toda la temporada en el banquillo. Angus Gunn aportará competencia en la portería tras el declive repentino de Fraser Forster y Stuart Armstrong contribuirá a dotar de más profundidad a la medular.
Mark Hughes utilizó en Southampton el mismo sistema que había fracasado en Stoke, con una línea de tres centrales por delante del portero. La temporada pasada, ese acabó siendo Alex McCarthy después de varias cantadas de Fraser Forster. La impresión en pretemporada es que McCarthy continuará ocupando la meta pero Gunn intentará arrebatarle el puesto. El futuro de Forster apunta fuera del club. Uno de los tres centrales será Vestergaard pero habrá competencia para los otros dos lugares entre Maya Yoshida, Wesley Hoedt y Jack Stephens.
Donde no hay duda es en los carrileros. El portugués Cédric Soares recorrerá la banda derecha y Ryan Bertrand pondrá la réplica desde el costado opuesto. Ambos han sido dos de los futbolistas más constantes del equipo en las últimas temporadas.
En medio, Oriol Romeu es indiscutible. El canterano del Barça es el timón del equipo, el jugador en torno a quien sucede todo. Él decide si el equipo transita rápido tras recuperar el balón o pone la pausa. Cubre los huecos dejados por sus compañeros y todos los balones transitan por sus pies. A su lado, el titular debería ser Mario Lemina aunque el rendimiento de Pierre-Emile Hojbjerg fue notable cuando el gabonés estuvo ausente.
En los extremos, Nathan Redmond será fijo. El futbolista inglés mejoró exponencialmente durante la etapa de Claude Puel, que centró su posición y aportó a su juego nuevas variantes. Sin embargo, con Hughes, su función se limitará a dar amplitud cuando los carrileros no hagan acto de presencia y en trazar diagonales cuando lo hagan para cederles espacio. En la banda contraria, la marcha de Dusan Tadic ha abierto un lugar que debería ser para el recién llegado Elyounoussi. En la punta de ataque, Hughes apostó el curso pasado por Charlie Austin en detrimento de Manolo Gabbiadini y Shane Long. Austin anotó siete goles en liga el curso pasado porque, una vez más, las lesiones limitaron sus actuaciones. Aun así, fue suficiente para superar a sus compañeros: Gabbiadini anotó cinco y Long se quedó en dos.

La plantilla de los Saints se antoja corta y carente de talento en algunas áreas clave: hay muchos porteros pero ninguno de garantías, la partida de un futbolista contrastado como Tadic no parece haber quedado bien resuelta y el equipo está a una lesión de Austin de quedarse sin goleador. A menos que el club realice un par de fichajes de campanillas en las últimas 48 horas de mercado, el club podría volver a sufrir. Y quizás esta vez no tenga tanta fortuna como la anterior.