Balón al 10 y esperar. Como el que hace palomitas en el microondas. Pop. Pop. Pop. Cada una de ellas es una cintura de defensa rota en su vano intento por detenerle. Porque que Eden Hazard gambetee y genere ventajas para su equipo es como la muerte: irremediable. En eso se resume el Chelsea desde la llegada del belga a Stamford Bridge. Más allá de la importancia de los carrileros bajo el férreo mandato de Conte y la jerarquía de Jorginho en la medular con Maurizio Sarri. La gran constante en el feudo blue ha sido siempre Hazard. Hasta ahora.
Frank Lampard deberá aprender a vivir sin la muleta que ha supuesto el belga para los anteriores inquilinos del Bridge. En la 18-19, Hazard le dio con su aportación, él solito,14 puntos a los blues y contribuyó a un 49,7% de sus tantos ligueros. Sin él, hubieran sido sextos en Premier. Y se espera que su Chelsea aprenda a caminar antes incluso de que gatee. ¿Cómo espera hacerlo?
Lampard debe ser pragmático. Mantener las (pocas) cosas que funcionaron bien la pasada campaña. Como la defensa. La tercera plaza en la que acabaron la Premier League fue, en parte, posible a que solo concedieron 39 goles. El Chelsea 2018-19 apostó por el 4-3-3. El esquema (que el italiano usó en un 97% de las ocasiones) de Sarri cuajó en el Bridge como una religión. Y su fase defensiva dio fe de ello.
Jorginho era el astro en torno al cual el resto del sistema solar se alineaba. Cuando el Chelsea perdía la posesión, sus dos interiores, Kanté y Kovacic, replegaban rápidamente para cerrar pasillos por dentro y expulsando al rival a las bandas, donde tenían menos peligro que Niklas Bendtner controlando un balón. Bueno, que Niklas Bendtner en un estadio de fútbol, directamente.
Los blues solo permitieron 8,55 disparos a puerta por encuentro en la 18-19, el tercer mejor porcentaje en toda la liga. Sin grandes ventas en la parcela defensiva, Frankie debería mantener esa solidez y, en torno a ella, construir su Chelsea volviendo a encomendarse a la defensa de cuatro.
El 4-3-3 fue, junto al 4-2-3-1, el dibujo que Lampard tenía colgado en su nevera durante la pasada campaña como entrenador del Derby County. En ataque, se espera que los blues practiquen un fútbol de ataque basado en la posesión cocinada a fuego lento. Y en esa receta el picante aspira a ser Pulisic ante la ausencia de Hazard. Pero, ¿Quién será el que meta los goles?
La maldición del 9. Ni Hill House ni leches. Netflix debería hacer una serie sobre los delanteros que han vestido este dorsal en el Bridge durante las últimas temporadas. Tammy Abraham ha sido el avezado atacante que se ha atrevido a lucirlo en la 19-20. El otro gran delantero es Olivier Giroud. Si, habéis leído bien. El punta francés destacó la pasada temporada marcando 11 goles en la Europa League que el Chelsea ofreció al cielo de Baku tras su victoria sobre el Arsenal.
El Derby County de Lampard no fue un equipo especializado en meter centros al área. Solo promedió 14,1 centros por encuentro por lo que Frankie deberá exigir nuevos registros a Giroud (bajar la pelota, guardarla a buen recaudo y saber descargar sobre sus compañeros) o acabar probando con Abraham en ese rol tan crucial. Salvo contadas excepciones como la breve irrupción de Diego Costa, desde Didier Drogba no se ve un delantero de garantías en el Bridge y ninguno de los tres que actualmente militan en la disciplina blue acaba de convencer.
Los aficionados blues necesitarán paciencia
Una temporada de transición. Es lo que los aficionados blues deben esperar de su Chelsea en esta temporada 2019-20. En una era en la que #LampardOUT fue trending topic tras conceder un empate en un amistoso de pretemporada, la paciencia escasea. Las cosas están cambiando y el combinado londinense debe virar su modelo de juego al mismo tiempo que busca un nuevo jugador franquicia sobre el que erigir, quién sabe, un nuevo y faraónico proyecto, aunque los petrodólares rusos cotizan actualmente a la baja respecto a los qataríes.
Pelear por puestos europeos. Es a lo que debe aspirar el Chelsea en esta temporada especialmente inusual en la que coincide el estreno de una leyenda viva del club en los banquillos con la prohibición de hacer fichajes. En este contexto, el devenir del equipo londinense dependerá en buena parte de buscar y encontrar nuevos caminos que le lleven al gol y no pasen por un jugador tan determinante de la talla y calidad de Hazard.
Hallar ese catalizador futbolístico que otorgue ventajas a los blues será una de las claves junto a la de mantener la solidez defensiva de la campaña 18-19. Ross Barkley ya se ha ‘ofrecido’ a llenar ese vacío que ha dejado la ausencia del belga y las risas aún se escuchan hasta en Tegucigalpa. Y todo, a la espera de que un nuevo goleador vuelva a levantar de sus asientos a los fans de Stamford Bridge.

Los cedidos del Chelsea. Han estado ahí desde que el mundo es mundo. Cuando Eva tentó a Adán con la manzana, un futbolista blue en calidad de cedido estaba ahí para verlo. ¿Tendrán ahora su gran oportunidad? La citada sanción de la FIFA prohíbe a los del Bridge fichar hasta el verano de 2020 lo que obliga al equipo a darles oportunidades que hace apenas un lustro parecerían una utopía firmada por Isaac Asimov.
El crédito de una leyenda blue como Lampard debe ser una baza a su favor. Nos hacemos mayores. Aquellos jugadores que nos maravillaron en los ya legendarios spots televisivos de Nike, Adidas, Pepsi… y en videojuegos futbolísticos como PES y FIFA ya han colgado las botas. Algunos de ellos, optan por dirigir.
Como ex jugador que conoce cada rincón de la casa como la orografía de su mano, Lampard debería apostar por una camada de jóvenes liderados por los Hudson-Odoi y compañía. Sin Hazard puede que no exista el paraíso… pero los aficionados se conforman con un smoothie en un lugar fresquito.