Hace menos de una semana que conocíamos el que parece, ahora sí, el adiós definitivo de Gerard Deulofeu al FC Barcelona. El extremo gerundense, de 24 años, separa de esta manera su camino del club en el que se formó desde los nueve años y en el que pasó por todas las categorías inferiores hasta llegar al primer equipo con diecisiete años de la mano de Pep Guardiola como una de las grandes promesas de futuro del club catalán. Esta despedida deja a uno indiferente, pues sorprendió más su regreso el pasado año, que su inevitable y consabida marcha de este verano tras el pobre rendimiento mostrado y tras haber constatado no tener suficiente nivel como para jugar en un club de las dimensiones del Barça. Esta marcha deja la misma sensación que cuando uno empieza a ver cualquier película de acción de Nicolas Cage: el protagonista no era el mismo, probablemente igual de malo, pero esta historia a mí ya me la han contado. Y efectivamente, así es. No hace falta remontarse demasiado atrás en el archivo de «promesas que parecía que sí, pero al final no» que todo futbolero guarda en su cabeza para encontrar un caso similar. De hecho, no hace falta ni siquiera cambiar de club ni de siglo, pues en el FC Barcelona, hace apenas unos años, nos encontramos una trayectoria que más que parecida es idéntica a la de Deulofeu. No es otra que la de Bojan Krkic.
En primer lugar, ambos tuvieron unos arranques fulgurantes en las categorías inferiores del Barça. Por su parte, Bojan se convirtió uno de los máximos goleadores históricos de La Masía, habiendo anotado (supuestamente, pues la veracidad de las estadísticas recopiladas en estas categorías siempre queda en cuestión) más de 900 goles en su paso por las categorías inferiores. En cuanto al paso de Deulofeu por La Masía, que pasó una temporada más que Bojan en el equipo B, llegó incluso a ser nombrado mejor jugador de la Segunda División Española en la temporada 2012/13 cuando apenas tenía 18 años. Además, su potencial no solo se dio a conocer en su club, pues ambos también tuvieron exitosas carreras en las categorías inferiores de la Selección Española. Bojan fue campeón europeo Sub-17 y Sub-21 y Deulofeu bicampeón europeo sub-19, siendo ambos importantes en estos triunfos de la selección y el segundo incluso mejor jugador del torneo en el europeo de Estonia 2012. En definitiva, este prometedor arranque de sus carreras hizo que ambos llegaran al primer equipo con una edad muy temprana. Quién sabe si, conociendo ahora el desenlace, demasiado temprana. A los diecisiete años, edad a la que a mí me había dado tiempo a poco más que descubrir la utilidad de mis pulgares, ambos habían debutado con el primer equipo. Sin embargo, para todos los aficionados del mundo del fútbol sus nombres ya eran familiares desde mucho antes, ya que la prensa llevaba apuntándoles a ambos como el futuro del club blaugrana.

Para los dos futbolistas, su llegada al primer equipo fue prácticamente seguida de su declive. En el caso de Bojan, su progresión todavía perduró un par de temporadas. En la 2007/08 hizo su debut de la mano de Frank Rijkaard y se convirtió en el jugador más joven en marcar en liga con la camiseta del Barça e incluso acabó con diez goles esa temporada. En los años siguientes, ya con Guardiola de entrenador, a pesar de tener menos oportunidades mantuvo más o menos el mismo promedio goleador, llegando incluso a ser titular por delante de Ibrahimovic en algunas fases de la 2009/10 e incluso marcar en la final de Copa del Rey de 2009 que el Barça ganó frente al Athletic. Sin embargo, el crecimiento del jugador fue menor de lo esperado y comenzó a dar señas de no ser capaz de cumplir las expectativas que se habían puesto en él. En cuanto a Deulofeu, su llegada al primer equipo tardó más de lo esperado por decisión de Pep Guardiola y cuando lo hizo no contó siquiera con oportunidades para demostrar su valía, sino que fue cedido al Everton durante toda la temporada y al Sevilla en la siguiente.
En este punto de sus carreras, ambos jugadores parecieron tomar la decisión de cambiar de rumbo y abandonar de manera definitiva Barcelona. Bojan se fue en 2011 a la Roma de Luis Enrique por doce millones y Deulofeu fichó en el verano de 2015 por el Everton a cambio de seis millones. Sin embargo, el equipo blaugrana mantuvo una posible opción de recompra en ambos casos. Como quien se resiste a tirar su PlayStation 2 en pleno 2018 porque nunca se sabe cuándo te puede sacar de un apuro. Pues bien, el Barça no tuvo uno, sino dos veranos de profundo aburrimiento en los que no le quedó ya más remedio que desempolvar la PlayStation 2 y poner en marcha el PES 6. Dicho de otra manera, el Barça ejerció ambas opciones de recompra después de que tanto Bojan en la temporada 2012/13 en el Milan y Deulofeu en la segunda mitad de la 2016/17, también con los rossoneri, experimentaran una mejoría en su juego que lanzaba ciertos indicios de que quizás podían volver a ser los jugadores que en su día fueron. Bojan no llegó a contar con una nueva oportunidad, pues salió cedido de nuevo, esta vez al Ajax. Deulofeu, en cambio, tuvo una ocasión que sin embargo desperdició al no contar apenas para Ernesto Valverde tras varias actuaciones deficientes.

Finalmente, ambos decidieron, o más bien decidió el Barcelona por ellos, salir, esta vez sí, de manera definitiva del club donde crecieron y poner rumbo a la Premier League. Bojan tuvo como nuevo destino el Stoke City, un club no precisamente apto para jugadores con ‘gen Barça’ pero en el que sin embargo llegó a estabilizarse durante sus dos primeras temporadas. Por otra parte, Deulofeu se marcha este verano al Watford, equipo en el que ya pasó la mitad de la temporada pasada cedido. En definitiva, es evidente cómo ambos comparten una trayectoria prácticamente idéntica: arranque fulgurante, falta de oportunidades que conlleva salir cedidos varias veces, un intento de retorno fallido y finalmente una salida definitiva por la puerta de atrás para intentar reencontrar su fútbol en equipos de menor nivel. Bojan, ya con casi 28 años y tras sus buenos inicios en el Stoke, continuó su trayectoria descendente pasando sin pena ni gloria como cedido en el Mainz 05 y en el Deportivo Alavés, y sin contar actualmente para los planes de futuro del Stoke, un equipo de Championship tras su descenso la pasada temporada. Hasta ahora, la carrera de Deulofeu ha imitado a la de Bojan, pero el extremo gerundense todavía tiene 24 años y está a tiempo de separar su camino del que llegó a ser apodado ‘el Messi de los Balcanes’ y enderezar su carrera. Un equipo como el Watford, asentado en la Premier y con aspiraciones a algo más que acabar en mitad de tabla, parece el lugar ideal para hacerlo. Puede ser el equipo en el que volver a sentirse importante y volver a encontrar sensaciones con su juego.
El aspecto psicológico y la confianza en sí mismo se atisba como algo clave. Bojan aseguró años después de su salida del Barça haber sufrido severos problemas de ansiedad que le llevaron a mermar su juego e incluso a rechazar la propuesta de la Federación y Luis Aragonés. Las expectativas puestas en su figura desde una edad tan temprana acabaron por superarle y no logró ser el jugador que todos esperaban que fuera. «Hay muchas cosas que la gente no sabe. No fui a la Eurocopa de 2008 porque tenía problemas de ansiedad, pero dijimos que era porque me iba de vacaciones. Me convocaron para jugar en el España- Francia, mi debut internacional, y cuando me dio un ataque de ansiedad dijeron que tenía gastroenteritis. Pero nadie quiere hablar de eso. Al fútbol no le interesaba», comentaba el futbolista en una reciente entrevista con El País. El campo de los problemas psicológicos en el deporte sigue siendo, lamentablemente, un terreno virgen plagado de opacidad. Pese a todo, ha habido algunos loables intentos de cambiar esta tendencia gracias a las confesiones que tratan de normalizar estas afecciones como los jugadores de la NBA Kevin Love y Demar DeRozan o los futbolistas portugueses André Gomes y Fábio Coentrão.
Casos de promesas que no llegan a cumplir las expectativas depositadas en ellos como los de Deulofeu o el propio Bojan exponen la crueldad con la que a veces el fútbol, y por extensión el deporte, trata a sus profesionales. Uno comienza a cuestionarse si quizás se expuso a esos futbolistas a demasiada presión cuando aún eran demasiado jóvenes para ello. Se nos prometió no solo al público sino también a ellos que serían líderes del futuro y finalmente no lo fueron. Sin embargo, ¿por qué apuntamos hacia ellos cuando pedimos cuentas por estas promesas incumplidas? ¿Acaso ellos pidieron ser apodados ‘el nuevo Messi’? ¿Acaso ellos prometieron en algún momento serlo? ¿Acaso alguien duda de que ellos intentaron por todos los medios ser los mejores profesionales que pudieron llegar a ser? Cuando busquemos culpables mejor recordemos estas preguntas y sus respuestas y giremos el dedo acusador hacia nosotros. Nosotros los futboleros y las promesas que les hicimos a unos cuantos chavales que solo querían ser futbolistas. Promesas que, al final, quedaron incumpli