Tenía un amigo (de hecho, aún lo tengo porque, hasta donde yo sé, sigue respirando) que siempre repetía que “lo importante no es saber hacer las cosas sino tener el teléfono del que las sabe hacer”. Así que quizás el mejor lugar para comenzar un análisis de este tipo sea echar un vistazo a las opiniones de las casas de apuestas. Se supone que esos tipos dedican sus días a recopilar y analizar datos para establecer probabilidades, así que se supone que saben lo que dicen.
La mayoría de las empresas del sector coinciden en que el Manchester City es el favorito (5/4) con su rival ciudadano pisándole los talones (5/2). Más lejos quedan el grupo formado por el campeón Chelsea (7/1), Tottenham (8/1) y Arsenal (9/1). Todas ellas parecen descartar al Liverpool, posiblemente descontando ya el efecto de la venta de Philippe Coutinho. En resumen, las casas de apuestas sitúan el título en Mánchester y descartan al Arsenal. Pero tampoco predijeron el triunfo del Leicester, ¿no?
El Manchester City se aproxima a los 400 millones de libras de gasto neto desde que llegó Pep Guardiola hace un año. El catalán ha rejuvenecido la plantilla, la ha adaptado a las necesidades de su modelo de juego y ha multiplicado el talento a su disposición. A nadie se le escapa que el City tiene la plantilla más equilibrada, completa y profunda de los seis candidatos al título. Pero Guardiola tiene muchas piezas que acoplar y una plantilla muy joven confeccionada pensando más en el futuro que en el presente. Además, la liga ya se encargó el año pasado de demostrarle que los métodos que triunfaron en España y Alemania no tienen por qué funcionar en Inglaterra.
José Mourinho ha continuado la línea del verano pasado de integrar jugadores de rendimiento inmediato, sea porque conocen la liga, porque le conocen a él o por ambos motivos. El portugués es consciente de que fue contratado para ganar la liga. En la era Premier, solo una vez el Manchester United pasó tres ediciones consecutivas sin alzar el trofeo (2003-04, 2004-05 y 2005-06, a causa de la irrupción del Chelsea). De momento, el United ya suma cuatro (no gana la liga desde 2013, cuando se retiró Ferguson). Mourinho siempre ha ganado la liga en su segundo año en un club y ese es su objetivo esta temporada.
El Tottenham deberá lidiar con un lastre colosal: Wembley. La falta de fichajes no es tan grave como tener que jugar sus partidos como local en el estadio nacional mientras concluye la construcción del nuevo White Hart Lane. La temporada pasada, los Spurs cosecharon 17 victorias y 2 empates en sus 19 partidos de liga en el Lane y basaron su subcampeonato en sus prestaciones en casa. Si no logran replicar esa forma en Wembley, un escenario de pesadilla el curso pasado en Champions League, no tendrán ninguna posibilidad de luchar por los puestos nobles.
El Chelsea, más allá de la humillante derrota por 2-3 ante el Burnley en el debut, tiene una plantilla demasiado corta para regresar a la Champions League. Además de que los Blues han sustituido a dos jugadores probados en Premier League como Nemanja Matic y Diego Costa (dos pilares en los dos títulos de los últimos tres años) por dos incógnitas como Tiémoué Bakayoko y Álvaro Morata. Ni siquiera la continuidad de Antonio Conte parece asegurada ahora mismo a causa de las tensiones con la directiva del club.
Todos ellos, más el Liverpool, disputarán la Champions League. Una competición que obliga a jugar exigentes partidos entre semana desde ahora hasta diciembre. Mientras, el Arsenal se paseará por Europa Oriental con una combinación de suplentes y jóvenes. O, al menos, eso es lo que su habitual tratamiento de la Copa de la Liga deja entrever. Los Gunners deben aprovechar esa leve ventaja para mantenerse enganchados a la cima al menos hasta Boxing Day. Como decía Ferguson, «no puedes ganar la liga en diciembre pero sí la puedes perder«.
Pero el Arsenal tiene más ventajas sobre sus rivales, comenzando por Arsène Wenger. Una afirmación polémica en estos días, lo sé. Pero el francés conoce su propio club y la liga como ninguno de sus rivales: Pep Guardiola y Antonio Conte apenas encaran su segundo año en Inglaterra, mientras que José Mourinho hace lo propio en el Manchester United. Solo Mauricio Pochettino acumula algo de experiencia en la liga puesto que en enero se cumplirán cinco años de su aterrizaje en Southampton. Conocer el club es fundamental para acumular poder dentro de la entidad y sortear conflictos internos, como ha demostrado Conte este verano. El italiano se encuentra en conflicto con la directiva a causa de los fichajes y la comunicación no es precisamente fluida. Por otro lado, Guardiola es la mejor demostración de la importancia de conocer las particularidades de una liga. El año pasado, su desconocimiento sobre cómo enfrentarse ante rivales como Burnley o Leicester le costó muchos puntos.
Muchos aficionados del Arsenal argumentan que Wenger se ha quedado anticuado. Sus últimas innovaciones tácticas parecen negar esta afirmación. A finales de la temporada pasada, Wenger apostó por la defensa de tres tan en boga estos días en la Premier League y el club protagonizó un final de temporada excelente, con cinco victorias consecutivas en liga y la consecución de la FA Cup ante el Chelsea. A esa racha ha sumado esta temporada la consecución de la Community Shield ante el mismo rival y la sufrida victoria ante el Leicester. Precisamente, en el debut ante los Foxes, Wenger demostró su versatilidad táctica cambiando a una línea defensiva de cuatro durante la segunda parte, una decisión que le acabó valiendo el triunfo. Por si hacen falta más argumentos, Sir Alex Ferguson ganó su última liga con 71, mientras que Claudio Ranieri ganó su primera con 64. Wenger tiene 67.
Este verano, el Arsenal ha apostado por la continuidad, añadiendo solo los fichajes de Sead Kolasinac y Alexander Lacazette. Dos fichajes que vienen a cubrir posiciones que reclamaban con urgencia un refuerzo. El lateral izquierdo bosnio puede actuar como central, como lateral o como carrilero izquierdo y está llamado a ser el relevo del veterano Nacho Monreal a corto plazo. Lacazette viene para erigirse en ese goleador que Olivier Giroud prometía ser. El segundo es una excelente opción de banquillo, en especial para encuentros como el del viernes ante el Leicester, en que el balón parado y los centros laterales se convierten en el último recurso. Pero Giroud ha demostrado ya por activa y por pasiva que no tiene la capacidad para ser el delantero centro titular. Para optar a la liga, el Arsenal necesita un punta que asegure entre 20 y 25 goles en liga por temporada. Y Lacazette puede serlo.
Es cierto que sigue faltando un fichaje fundamental: un organizador que sustituya a Santi Cazorla. El jugador español sigue lesionado y Wenger no podrá contar con él a medio plazo. Todas las posibles parejas para el centro del campo carecen de la inventiva de Cazorla para enlazar defensa y ataque. La más completa sobre el papel es la formada por Granit Xhaka y Aaron Ramsey. Mohamed Elneny es demasiado parecido a Xhaka y Alex Oxlade-Chamberlain carece de la experiencia en esa posición como para funcionar inmediatamente. Francis Coquelin ya ha demostrado en repetidas ocasiones que no puede jugar ahí. Ni en ningún otro lugar, de hecho. Al menos, sin poner en riesgo la integridad física de las personas que le rodean.
Pero la temporada del Arsenal no dependerá ni de Wenger ni de los fichajes. Dependerá de Alexis Sánchez. Más allá de los 24 goles y 10 asistencias en liga de la temporada pasada, el chileno es un líder con unas ansias de victoria contagiosas en un vestuario que parece más preocupado por tomarse selfies que por ganar títulos. Alexis es el único miembro de la plantilla que no se resigna a la derrota, que no acepta el fracaso como una opción. Arsène Wenger ha repetido una y otra vez que está dispuesto a retener a Alexis en su último año de contrato y dejar que se marche libre el próximo verano. Considerando su formación empresarial y su visión sobre la política de fichajes, resulta difícil de creer. Pero de que lo haga dependerá que el Arsenal tenga alguna posibilidad de luchar por el título.
Si has llegado hasta aquí, posiblemente es porque esperas una respuesta a la pregunta inicial. ¿Puede ganar el Arsenal la liga? Si (y ese es un gran si) Wenger retiene a Alexis e incorpora a un sustituto para Cazorla (a efectos meramente ilustrativos, un Luka Modric o un Cesc Fàbregas -sic-), tiene argumentos para estar cerca de los dos clubes de Mánchester. En cualquier otro caso, su objetivo más ambicioso será el cuarto lugar.