Cynthia Serna: Real Madrid
La travesía del Liverpool en mares europeos ha sido un auténtico éxito: ha habido momentos de tensión en los que parecía que todo el trabajo se podía ir a pique pero su anclaje y valentía le permitieron llegar a la última etapa del viaje. Sin embargo, en Kiev se encontrará con el triángulo de las Bermudas, el Real Madrid, un gigante del que casi nadie ha conseguido escapar. Y es que, la grandeza de los merengues en Champions League es un hecho certificado: allí se han encontrado con todo tipo de adversidades de las que siempre han salido triunfantes, desde darle la vuelta al marcador en los últimos minutos para hacerse con la orejuda, hasta dominar desde el pitido inicial y provocar cero sorpresa en el espectador neutro. La competición europea siempre ha permitido al Real Madrid redimirse ante unas insuficientes actuaciones en sus competiciones nacionales, por lo que para ellos, se trata de un partido de vida o muerte. El Real Madrid no entiende de leyes ni preceptos cuando se trata de la Champions League, y por eso creo que serán los ganadores. Han demostrado tener siempre un as guardado en la manga y esta vez no será diferente.
Nacho González: Real Madrid
La final de Kiev presenta un cartel apasionante: el mejor ataque de Europa contra el mejor centro del campo. Ni siquiera el idilio de Cristiano Ronaldo con la Champions League puede situar a la línea ofensiva de los blancos por encima de la temporada histórica de Mohamed Salah, Roberto Firmino y Sadio Mané. Sin embargo, el trío formado por Luka Modrić, Toni Kroos y Casemiro lleva años dominando el panorama continental y no estoy seguro de que el Liverpool tenga respuestas si los cerebros del Real Madrid marcan el paso, más aún con la baja de Alex Oxlade-Chamberlain, fundamental para revolucionar partidos. Este Liverpool es una bomba de relojería y Jürgen Klopp ha conseguido por fin manejar la onda expansiva en su beneficio, pero enfrente tiene a un equipo que incluso inconsciente se levantaría de la lona para otro asalto. Después de los dos partidos contra el Bayern de Múnich, el Real Madrid me vuelve a dar la sensación de inmortal hasta cuando parece que sólo queda un clavo por poner a su ataúd. Y eso, en una entidad que ha ganado doce de sus quince finales en el máximo torneo europeo, es un intangible suficientemente pesado como para inclinarme por un triunfo madridista.
Víctor Diéguez: Real Madrid
El Real Madrid es un equipo que escapa de todo análisis racional cuando suena la música de la Champions League. Y no es para menos, ya que un equipo que cuenta con más Orejonas en sus vitrinas que jugadores en el campo tiene que tener alguna clave para llegar a dominar así una competición tan exigente. Por ello, el romanticismo y el juego que realiza el Liverpool con Jürgen Klopp me hacen creer que pueden ser quienes se hagan con el trono que hace regentan los españoles con puño de hierro. Pero, pensándolo en frío, el Madrid posiblemente sea un obstáculo demasiado duro para los Reds en Kiev, que no olvidemos que además de mostrar todas sus virtudes de camino a la final, también han enseñado sus puntos débiles. Cualquiera que haya seguido a los de Zinedine Zidane en esta edición de la Champions League sabe que cualquier fallo es capaz de penalizarlo duramente, sin importar si era merecido o no tal castigo por lo visto en el terreno de juego. Porque básicamente así es el fútbol: no gana quien juega mejor, sino quien mete más goles. Y de esto los Blancos saben un rato.
Ilie Oleart: Liverpool
En cualquier partido, el equipo que anota el primer gol tiene muchas más probabilidades de ganar que el rival. Esa es una verdad de perogrullo que, en este caso, es todavía más cierta. El Liverpool es un equipo que, como le sucedía al Leicester campeón de liga, es más peligroso cuando no tiene el balón que cuando lo tiene. Ningún equipo de la Premier League ha marcado más goles al contraataque esta temporada que los Reds (9), que basan su modelo de juego, el famoso gegenpressing de Jürgen Klopp en transiciones ofensivas vertiginosas. En cambio, es un equipo que sufre ante defensas posicionales, por eso suele obtener mejores resultados contra los equipos grandes, como su víctima favorita esta temporada, el Manchester City, que ante rivales de menor entidad. Lo cual significa que si el Real Madrid se adelanta y puede ceder la iniciativa, el Liverpool afrontará una misión casi imposible. Pero este Liverpool, con un estilo radicalmente opuesto al de Rafa Benítez que hizo historia en Estambul en 2005, tiene un componente heroico similar a aquel. Es un conjunto donde las partes no se suman sino que se multiplican. Es un grupo de futbolistas que disputan su primera final de la Champions League y, en la mayoría de los casos, posiblemente la última y única. Quizás tengan menos experiencia pero también tienen más ganas, como recordaba Klopp en la previa. Y ese es un factor que nunca se puede desdeñar.