Estamos en verano. Hay poco fútbol y de poco nivel (Eurocopa y Copa América, con perdón). Las selecciones aglutinan eventualmente durante el año a jugadores de equipos diferentes y con estilos de juego dispares. El resultado es un interés ventajista por parte de los aficionados, un patriotismo enaltecido cada dos y/o cuatro años y un fútbol de calidad muy inferior al de los clubes de élite de Europa. Con argumentos futbolísticos sólidos, muchos de los equipos de los cruces de la Liga de Campeones serían capaces de desmontar a una amplísima o total mayoría de las selecciones.
Por si fuera poco, se avecinan pretemporadas y partidos amistosos a horas intempestivas que tampoco sacian la sed de balompié. La más humana sí, dado el escaso interés generado por los encuentros y la consiguiente sucesión de refrescantes bebidas alcohólicas para sofocar el calor y suscitar algo de interés. Pero hay más aún. Cada día, al levantarnos, nos metemos en las webs de los periódicos, españoles, italianos, ingleses, alemanes y/o franceses para leer un torrente de rumores sobre fichajes estúpidos que lo único que hacen es acentuar el repudio a la acalorada noche recién pasada en el transcurso de la cual ha resultado imposible pegar una mísera cabezada. Empieza un nuevo día sin fútbol y con la noticia de que el Manchester United va a tirar la casa por la ventana para fichar a Neymar.
Reflexionemos un instante sobre esto. Neymar, el fichaje más caro de la historia del Barcelona, va a dejar el club más importante del siglo XXI para fichar por el Manchester United, entidad totalmente desestructurada en el presente y participante de la próxima Europa League. ¿De verdad alguien se puede llegar a creer esto?
Dentro de la ya perniciosa predilección por la instantaneidad y la inmediatez de todo el curso futbolístico ante los resultados de los partidos, las alineaciones y la avalancha de tweets (repetidos e insulsos), en el periodo estival, tenemos que seguir aguantando esta ingente cantidad de mentiras y calumnias para llenar páginas de periódicos o líneas de portales webs. A partir de todo ello, los aficionados pierden la fe en los medios de comunicación, y tratan con cierto escepticismo y distancia cualquier información, interpretación u opinión futbolística.
El estío debería ser usado para realizar informaciones en profundidad o análisis para los aficionados. Realizar un uso eficiente del páramo estéril de junio y julio para aportar cosas a los aficionados distintas a la rutina y al frenetismo habitual de las temporadas. Nadie comenta las peculiaridades del nuevo estadio del West Ham. O, por qué no, realizar una investigación sobre el colosal número de cedidos del Chelsea. A cambio, tenemos una supuesta oferta del Manchester City por Toni Kroos cuando el jugador alemán, ahora en el Real Madrid, dejó el Bayern de Múnich hace dos temporadas porque no quería seguir con Pep Guardiola en Baviera.
Hace escasas fechas, se han oído centenares de réplicas en contra del hooliganismo y sus participantes de diversas nacionalidades en la Eurocopa. Pero nadie se atreve a enunciar las verdaderas causas más allá del apartado político. Ni tan siquiera en las peculiaridades de los aficionados radicales de cada país. Se ha llegado a mencionar en ciertos medios de comunicación que los aficionados rusos están preparados para luchar contra comandos de guerra cuando en Rusia realizan peleas de aficionados en igualdad numérica bajo el consentimiento y la supervisión policial. Parece una diferencia sustancial.
Las nimiedades y estupideces diarias de los medios de comunicación producen, indirectamente y de manera sutil, rechazo tanto a los propios medios como, en algunos casos, a aumentar las rivalidades existentes en las ligas y países de todo el mundo. Se pide civilización a través de una pasividad e ineptitud en la información, y una falta de fidelidad y lealtad a la verdad.
Luis Suárez obviamente no va a fichar tampoco por el Manchester City. Y nadie cree que Diego López vaya a fichar por el Chelsea teniendo los Blues como porteros a Asmir Begovic y Thibaut Courtois. Mientras tanto, muchos fans, sedientos o no de conocimiento, apenas saben que el Tottenham jugará sus partidos de Liga de Campeones en Wembley o tan siquiera, que Moussa Dembélé, uno de los jugadores más prometedores de Championship el pasado año, se ha ido al Celtic de Glasgow dejando de lado la exponencial proyección del fútbol inglés. ¡Qué empiece la Premier ya!