Álvaro Escalante

Sexta victoria consecutiva para el Manchester United

El Manchester United venció por sexta vez consecutiva en Premier League ante un West Ham que peleó con más fiereza de la que indica el marcador y que vio cómo el partido se le ponía cuesta arriba desde bien pronto.

0 – West Ham: Randolph; Nordtveit, Reid, Ogbonna, Cresswell; Obiang, Kouyate (Fernandes, 83), Antonio, Feghouli, Payet (Carroll, 69); Lanzini.

2 – Manchester United: De Gea; Darmian (Mata, 46), Rojo, Jones, Valencia; Pogba, Carrick, Herrera; Mkhitaryan (Smalling, 65), Ibrahimovic, Lingard (Rashford, 58).

Goles: 0-1, m.63: Mata. 0-2, m.78: Ibrahimovic.

 

Si hablamos de fútbol, un sensacional Marcus Rashford cambió el partido. Si no, podemos hablar del desastroso partido del colegiado Mike Dean. Lo cierto es que los de Jose Mourinho ganaron su sexto partido consecutivo en Premier League y se colocaron a un punto de la zona de Champions League. El West Ham de Slaven Bilic cayó de nuevo tras hacerlo ante el Leicester, con lo que no abandona la zona media-baja.

Mourinho dejó en el banquillo a Anthony Martial a pesar de su espléndido partido ante el Middlesbrough y le acompañó Juan Mata, a pesar de su aparición estelar en la segunda parte ante el Boro. El partido arrancó de poder a poder, con un West Ham con más ideas. Para muestra, la preciosa jugada colectiva al contraataque que se saldó con un paradón de David De Gea al tiro de Manuel Lanzini.

Pero la contienda iba a dar un vuelco en el minuto quince, cuando Mike Dean expulsó de forma rigurosísima a Sofiane Feghouli tras lanzarse a por un balón dividido con Phil Jones. Fue una acción que podría haber acabado con una amarilla o incluso ni eso. Sin embargo, Dean, tantas veces protagonista, sorprendió a todos con la tarjeta roja. La que no mostró a Diego Costa hace un par de años cuando agredió a Laurent Koscielny pero sí a Gabriel en Stamford Bridge. O la que mostró a Nathan Redmond hace dos semanas cuando transformó en penalti una falta fuera del área sobre Dele Alli.

La tarjeta roja hizo que el Manchester United asumiera todo el protagonismo, y fuera el dueño y señor del esférico, aunque un West Ham pertrechado en defensa de maravilla, repelió una tras otra las embestidas de los Red Devils.

Aunque una acción pudo cambiarlo todo, cuando una internada en el área de Henrikh Mkhitaryan encontró a Jesse Lingard, el cual no pudo batir a Darren Randolph a quemarropa, ni Antonio Valencia tampoco pudo convertir el rechazo, estrellando la pelota contra el poste. La réplica Hammer vino de la mano de Lanzini, que probó suerte desde la frontal, mandando De Gea su chut al limbo.

Paradójicamente, en el inicio de la segunda mitad, las ocasiones más claras llegaron de parte de los capitalinos que, pese a estar con uno menos, no se atrincheraron. Pero la falta de puntería de Michail Antonio privó a los de Bilic de adelantarse en el marcador hasta en dos ocasiones. Primero cabeceando de forma deficiente un fino centro lateral de Dimitri Payet y luego estrellando contra el muñeco un mano a mano tras un pase delicioso entre líneas filtrado por Lanzini.

En el ecuador del complemento, el United sí que consiguió el primer grito de la tarde, gracias a un recién ingresado Rashford, que revolucionó el partido y con una sensacional jugada en el área asistió a Juan Mata, que fusiló sin piedad a Randolph desde el punto de penalti.

El gol dejó en la lona a los Hammers, que vieron cómo Paul Pogba no multiplicó la ventaja visitante de milagro con un chut cruzado desde el balcón del área. El que sí lo hizo fue Zlatan Ibrahimovic, que aprovechó un fallo defensivo de la zaga para anotar el 0-2. Gol que no debería haber subido al marcador, puesto que la estrella sueca estaba en fuera de juego junto con otros dos compañeros. Otro fallo más para sumar a la cuenta de Dean.

Fue el epílogo a un buen partido de fútbol que deja al United aún lejos de la lucha por el título, pero en rampa de lanzamiento para pelear los puestos de Champions League.

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Álvaro Escalante