Víctor Diéguez

Siempre en mi equipo

James Milner es ese viejo coche que nunca te dejaría tirado. Un todoterreno que no es tan glamuroso como un Ferrari, pero sí más útil en el día a día.

A principio de temporada, con la llegada de Naby Keita y Fabinho Tavares al Liverpool, pensaba que estos dos jugadores le acabarían quitando el puesto a pilares Red como James Milner. Eran grandes y lujosas inversiones que amenazaban con dejar fuera a figuras importantes. Nunca he dudado de la implicación de estos jugadores con el equipo, pero si se quería seguir avanzando, era hora de dar las gracias e ir diciendo adiós. Sin embargo, en este inicio de campaña en el que los pupilos de Jürgen Klopp van con una marcha menos de la que deberían, Milner sigue brillando por encima del resto y desempeñando el trabajo que nadie quiere hacer.

Bien es sabido que Milner no es un jugador vistoso. Su juego es lo más parecido a ver un viejo todoterreno: es tosco, no es rápido y en pocas cosas destaca por encima del resto. Pero tiene algo que le hace especial e imprescindible. Algo que le hace ser una pieza clave allá donde vaya. Milner es un jugador que siempre está al servicio de su equipo, que nunca escatima en el esfuerzo. Un tipo carismático que lidera a los suyos como nadie y que tiene un entusiasmo mayor al de un chaval de 18 años que acaba de llegar al primer equipo.

Este viejo todoterreno de Leeds ha jugado en casi todas las posiciones del terreno de juego. ¿Qué hay problemas en el pivote? Allá va el bueno de James. ¿Qué nuestro extremo izquierdo está lesionado? No os preocupéis, está Milner. Por jugar, ha jugado hasta de lateral izquierdo sin tener experiencia en esa posición. Y no creáis que juega ahí solo por tapar el hueco, no. También lo hace bien, lo suficiente como para aguantar en su nueva posición una temporada sin tener que esperar ansioso al mercado de fichajes.


james
No hay nada que Milner no pueda hacer (@JamesMilner).


La polivalencia que tiene es envidiable, pero su rendimiento constante a lo largo de las temporadas también es digno de admirar. Nunca deja tirado a su equipo y rara vez se le ve jugar un mal partido. Leeds, Newcastle, Aston Villa, Manchester City y ahora Liverpool pueden dar fe de ello. Da igual que el equipo tenga más o menos jugadores mediáticos o figuras estelares, ya que siempre se las arregla para acabar siendo importante y brillar por encima de todos.

Esa forma de brillar no es fácil de ver para todo el mundo, ya que lo aporta Milner no se lleva las portadas. No es un gran asistente y menos aún un buen goleador, pero aporta ese tipo de cosas que siempre busca un entrenador. Trabaja mucho, ayuda en la salida de balón y si se lo propone, sería capaz de aguantar un centro del campo él solo. Se habla de que el planeta está cubierto en un 70% de agua y el otro 30% por N´golo Kanté, pero deberíamos empezar a plantearnos el reformular este dicho para meter a Milner en la ecuación.

La buena fama de la que goza este tosco todoterreno no se sustenta solamente del grandísimo rendimiento que da en el terreno de juego. Su carácter y liderazgo (tanto dentro del terreno de juego) lo ha transformado en el hombre que mejor ha llevado el brazalete del Liverpool desde que Steven Gerrard abandonase Anfield. Además, y pese a la extendida fama de que es un tipo aburrido -véase @BoringMilner-, es uno de los grandes animadores del vestuario Red gracias a su peculiar sentido del humor.

Si el Liverpool fuese una familia, Milner sería el coche familiar que sirve para todo. Te lleva a una tarde plácida de compras por Cardiff, te saca de excursión por el King Power Stadium y te salva una tarde que se complica en el Emirates Stadium. No es glamuroso y posiblemente cualquier Ferrari sea mejor, pero ninguno tiene la importancia que tiene este todoterreno para su equipo. Y seguramente, ningún coche de lujo aguantaría el tirón de Milner. Porque, aunque haya mejores opciones, el inglés se las ingeniará para seguir siendo indispensable. En resumen: James, quédate siempre en mi equipo.

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Víctor Diéguez