William Wallace es un mito histórico que liberó a Escocia del yugo inglés hace ya algunos siglos. La sublevación de Wallace y los suyos instigó a la liberación. Pues bien, muchos años después, pero muchos muchos, nos encontramos con una situación en el fútbol escocés que lo haría revolverse en su tumba: con más de una veintena de partidos disputados, un equipo repleto de ingleses se encuentra encaramado al primer puesto de la tabla y con muchas posibilidades para alzarse con el trofeo. Obviamente, estamos hablando de temas muy distintos pero, por otro lado, el fútbol escocés lleva medio siglo a la sombra de sus vecinos del sur.
Si William quiso echar a los ingleses, en Ibrox se han empeñado en triunfar el mismo año que abandonaron Europa. Tras la redención de los protestantes de Glasgow y la vuelta a la élite, la Premiership escocesa volvió a enorgullecerse de su gran partido: el Old Firm. Rangers regresó pero Celtic seguía dominando. Aunque en este recién estrenado 2021 se cumplirán diez cursos desde el último título de los Gers con Walter Smith al frente, continúan siendo los reyes de Escocia con 54 entorchados nacionales frente a los 51 de sus rivales ciudadanos, quienes han aprovechado la hecatombe en Ibrox para sumar nueve campeonatos consecutivos sin prácticamente oposición. Eso sí, tras el regreso a la máxima categoría del fútbol escocés en el verano de 2016, los azules no han bajado del podio de la clasificación pero, realmente, no ha llegado a competir por el reinado desde su regreso cual ave fénix.
El Rangers FC sufrió una situación muy complicada en el verano de 2012 con el descenso “administrativo” a League Two (como en Inglaterra, la cuarta división del fútbol escocés). Las comillas se deben a que, realmente, no se trata de una relegación burocrática, sino que el club de Glasgow mantenía una importante y cuantiosa deuda con la hacienda británica. El motivo es el despilfarro realizado en los años noventa en los que los Teddy Bears, como aclara Seba Ongarelli experto en fútbol escocés, se alzaron con todos los títulos ligueros desde la temporada 88-89 hasta la 99-2000 con la única salvedad de la campaña 97-98. Esta superioridad tan apabullante se empieza a responder con la llegada de futbolistas que, en condiciones normales, no se plantearían jugar en Escocia como un joven y prometedor Gennaro Gattuso, Claudio Caniggia, el campeón de Europa Brian Laudrup o el carismático Paul Gascoigne. Pasaron los años y, por fin, llegó la sentencia judicial: el Rangers debía muchísimo dinero. Ante esta circunstancia, los protestantes plantearon la opción de pagar la deuda, comenzar la temporada 2012-13 con una sanción de puntos pero sin perder la categoría. La respuesta fue un unánime y rotundo no, el Rangers fue descendido automáticamente a League Two. Todo un shock para Escocia y su fútbol.
A pesar del impacto, el tránsito por el infierno no fue muy largo: en dos temporadas, casi sin esfuerzo aparente, el Rangers se aupó a Championship (segunda división). El plantel mantuvo a muchas piezas empezando por el técnico Ally McCoist, leyenda y goleador del equipo a finales del siglo pasado. Ciertamente, los Gers se pasearon por tercera y cuarta para, en dos años, llegar al segundo escalón del fútbol escocés batiendo récords prácticamente a diario. El problema, en el camino de vuelta a Premier, apareció en la edición de 2014-15 de Championship donde coincidieron equipos importantes de Escocia como Hearts, Livingston o Hibernian. A mediados de la temporada, McCoist fue destituido como técnico por los malos resultados. El Rangers no se acercó ni siquiera al ascenso que logró con solvencia el Hearts de Edimburgo. La única campaña desde el descenso en la que el Rangers no logró una promoción.
En la siguiente temporada, el Rangers logró la ansiada vuelta a la élite del fútbol escocés con varias jornadas de antelación. El Rangers, uno de los equipos más importantes de Escocia, si no el que más, ha conseguido todos los títulos nacionales salvo uno. Algo bueno tendría que tener esta situación o, por lo menos, hay que buscar el lado positivo. En la temporada de la vuelta a la élite, los Gers consiguió completar su palmarés con la Challenge Cup al imponerse por 4-0 al modesto Peterhead en la final, uno de los goles, el segundo, lo anotó James Tavernier del que luego hablaremos más en profundidad. La Premiership escocesa volvió a tener su Old Firm.
De la mano de Mark Warburton, técnico inglés, los Teddy Bears regresaron a su lugar, toda Escocia pudo volver a disfrutar de Ibrox y la grandeza que el club azul de Glasgow desprende. Warburton fue quien logró la promoción, la vuelta a la tierra prometida y, por tanto, fue quien lideró al equipo protestante de Glasgow en su redebut en Premier. La temporada de regreso no fue todo lo bien que quería la directiva y, en febrero, Pedro Caixinha sustituyó a Warburton en el banquillo local de Ibrox. Desde la vuelta a Premier, los técnicos fueron desfilando por el banquillo con mucha facilidad. Y es que, en dos temporadas los Gers tuvieron cuatro técnicos distintos: Mark Warburton (32 partidos), Pedro Caixinha (26), Greame Murty (35 partidos en dos etapas) y Jimmy Nicholl (3). El desfile se terminó en el verano de 2018 cuando aterrizó en Glasgow desde Liverpool una auténtica leyenda del fútbol del Reino Unido: Steven Gerrard.

Gerrard, un nuevo exponente de la corriente de grandes futbolistas que, en los últimos años, están encargándose de los banquillos de grandes clubes europeos. El otrora capitán del Liverpool llegó a Ibrox sin ninguna experiencia en un primer equipo (solo con equipos juveniles), por lo que, en el entorno del club, se generaron ciertas dudas por darle el timón a una leyenda en el césped pero sin mucha experiencia dirigiendo. No todos van a ser Zidane. En sus dos primeras temporadas como entrenador del Rangers, Stevie logró dos subcampeonatos que no satisficieron del todo las expectativas de los Gers, pero fue creciendo junto al plantel. Con piezas clave que permanecen desde el primer día junto a Gerrard, ha usado su reputación y su nombre para traer futbolistas ingleses de gran nivel como Kemar Roofe, Goldson o Ryan Kent. Todos ellos, capitaneados por James Tavernier.
Steven ha ido moldeando poco a poco un equipo ganador. Es cierto que este año está logrando los mejores resultados de la entidad en la última década, a lo que se le suma la ayuda de la mala actuación del Celtic. Pero, a su favor, hay que resaltar su balance positivo en el Old Firm con cinco victorias frente a cuatro derrotas. El Rangers encara la segunda parte de la temporada como líder con diferencia sobre sus perseguidores aunque tendrá que afrontar la temporada regular más una segunda fase donde tendrá que mantener su condición de líder. El técnico nacido en Whiston ha conseguido atraer a jugadores al club que, probablemente, no irían a Escocia de no ser por Gerrard. El entrenador ha conseguido unir con criterio y efectividad un grupo con talento joven por explotar y experiencia veterana como Ryan Kent o Jermain Defoe que ejemplifican esto a la perfección.
El técnico inglés está acompañado por varios jugadores de la misma nacionalidad. De hecho, en cada alineación de los Teddy Bears suelen aparecer varios futbolistas ingleses con cierta continuidad como Connor Goldson, James Tavernier o el propio Ryan Kent. Además de estos, también son habituales otros nombres con pasado inglés como Scott Arfield, Leon Balogun o los arqueros McGregor o McLaughlin. En el ataque, el acento del sur de las islas se mantiene a pesar de las lesiones o de la edad porque Kemar Roofe y Jermain Defoe no dejan de hacer goles cuando saltan al terreno de juego. Casi todos los ingleses han aterrizado en Ibrox cuando el Rangers ya había regresado a Premier. Salvo uno: James Tavernier, quien merece capítulo aparte.
El bueno de James se mudó de Wigan a Glasgow en el verano de 2015 con el equipo protestante militando en la segunda categoría del fútbol escocés. Surgido de la cantera del Newcastle United hacia la élite, consiguió debutar incluso en Premier League y competición europea. El chico de Bradford nunca logró hacerse un hueco en el primer equipo de los Magpies y, en 2014, se marchó al Wigan Athletic que, en aquel momento, competía en Championship. Con los Latics no cumplió las expectativas y en el mercado invernal salió cedido al Bristol City en League One sin tampoco demasiada suerte. Es por esta falta de importancia que, en el mercado estival de 2015, James Tavernier se mudó a Escocia para hacerse un nombre en la élite. Aprovechó la oportunidad de jugar en un grande con la tutela de Mark Warburton y no dudó, a pesar de estar en Championship.
En la segunda categoría pero en un auténtico gigante del fútbol escocés. Una opción irrechazable. El ‘2’ del Rangers cayó de pie en Ibrox: 50 partidos como titular en todas las competiciones con 15 goles y 23 asistencias desde el lateral derecho. Desde el primer día, Tavernier no salió del once titular. Ascenso y campeón de la Challenge Cup con los Gers. En las cinco campañas que lleva James en Glasgow, nunca ha disputado menos de 40 encuentros casi todos ellos como titular con unas cifras de goles y asistencias espectaculares. Sin contar esta campaña, Tavernier ha participado en casi 250 partidos (246), ha marcado 46 tantos como Teddy Bear y ha repartido 74 pases de gol. Los números de James Tavernier son espectaculares y, sobre todo, para alguien que actúa en la posición de lateral derecho. Probablemente, según el experto en fútbol escocés Seba Ongarelli , el ‘2’ se ha convertido en el lateral derecho con mayor influencia de Europa. El de Bradford se ha convertido en el capitán y referente del equipo.
La dualidad escocesa ha vuelto a la élite. Protestantes y católicos regresan a la pelea encarnizada por el título de la Scotish Premiership. Gerrard ha llegado a Ibrox para capitanear a un plantel lleno de ingleses que terminen con la hegemonía de sus rivales ciudadanos. Steven, James, Kemar, Ryan, Connor o Jermain, los nuevos conquistadores del reino de Escocia.