Tan bonita por su lucha como horrible por el sufrimiento que conlleva, la Championship es una dura travesía que hoy queda a la espalda en los pasos de Newcastle United, Brighton & Hove Albion y Huddersfield Town. Los tres ascendidos a la Premier League de la temporada 2016-2017 no se presentaron en verano con cara de novatos amedrentados, sino como proyectos moldeados para resistir en la máxima categoría. Los que los vieron en la división de plata ya sabían que Rafa Benítez, Chris Hughton y David Wagner no habían subido para pasar un año vapuleados, y ahora no queda nadie que dude de ello: tras nueve jornadas, miran a los puestos de descenso desde fuera.
La camada de 2017 se ha ganado durante el primer cuarto de temporada el derecho a considerar su supervivencia como factible. No es un logro menor: sólo dos veces en la historia de la Premier League se han mantenido los recién ascendidos al completo. Fulham, Blackburn Rovers y Bolton Wanderers fueron los primeros en el curso 2000-2001. Diez años después, la campaña 2010-2011 repitió la gesta gracias a Queens Park Rangers, Norwich City y Swansea City.
Impulsados por su determinación para echar raíces entre los grandes y no volver a caer a las agotadoras temporadas de 46 partidos en la Championship, la adaptación de los tres clubes a la primera división ha sido extraordinaria. El Newcastle (séptimo) se ha recompuesto inmediatamente de su descalabro y en su regreso exprés mira más a Europa que a la zona roja. Brighton (duodécimo) y Huddersfield (undécimo), dos novatos en la Premier League, no han perdido ni un ápice del carácter que les impulsó. Puede que sean nuevos en esto, pero a ilusión no hay estadio que gane al Amex y al John Smith’s. Llegaron lanzados de la categoría de plata y no han perdido la inercia: suman entre los tres 37 puntos a estas alturas, el mayor registro entre recién ascendidos en doce años y sólo superado dos veces anteriormente.

La estadística, sin embargo, pide prudencia ante este espectacular inicio. De todos los ascendidos desde la temporada 1995-1996 (en la que se instauró el playoff de ascenso), un 47 % apenas ha durado un año en la Premier League. Si sumamos que un 13 % cayó en su segunda temporada en la élite, hay un 60 % de clubes que bajaron en un margen de dos años desde su ascenso. Nadie regala nada a los que acaban de llegar. Eso sí, el 83 % de los equipos que resisten sus dos primeros cursos en la división de oro son capaces de asentarse en la liga y mantenerse durante un mínimo de cinco años.
Ya que hemos adoptado el tono catastrofista, veamos qué ocurriría si alguno acaba de vuelta a su odiada Championship. En la última década, apenas cinco de treinta descendidos han regresado al año siguiente automáticamente evitando el playoff (es decir, como primeros o segundos clasificados de segunda división). De hecho, sólo catorce han conseguido colarse entre los seis primeros en la temporada siguiente a su caída.
La temporada es larga y en la Premier League puede pasar cualquier cosa. Que se lo digan al Leicester City, que en cuestión de meses pasó de ser colista sin esperanza a campeón. Magpies, Seagulls y Terriers están logrando lo más difícil: revelarse contra la lógica que dice que al menos una de las caras nuevas regresa siempre a la Championship. Y su mayor mérito es que, si acaban sobreviviendo, tampoco debería sorprendernos demasiado.