Joaquin Piñero

Tenemos que hablar de Jack

El capitán del Aston Villa está siendo uno de los mejores jugadores de la Premier League en este inicio de temporada. El ‘10’ villano se ha ganado un hueco incluso en la selección inglesa, convirtiéndose en una de las grandes estrellas del fútbol británico.

Nunca un dorsal quedó mejor: el 10 en la espalda de Jack Grealish. Un hombre leal a sus sentimientos a pesar de sus despistes en la juventud. ¿Quién no ha cometido errores durante esa etapa? Jack es humano y también pecó. Gracias al destino, a la suerte, a la fortuna o a la vida, Grealish modificó su actitud y se ha convertido en un referente en el Aston Villa después de ser una promesa con el número 40 en la camiseta.

Con 19 años, cumplió el sueño de debutar con los villanos, un gigante histórico que vivía un momento claro de decadencia. El chico, natural de Birmingham, mostró desde el principio un juego atractivo, veloz y técnico pegado a banda pero, en sus dos primeras temporadas en el primer equipo, no consiguió hacerse un hueco como titular. En la campaña 2015-16, el club, siete veces campeón de Inglaterra vio cómo se confirmaba su caída al segundo escalón. Ese paso atrás permitió al joven canterano dar un paso adelante y comenzar a ganar importancia. Tres temporadas después, Jack lideró al Aston Villa hasta el ascenso en Wembley ante el Derby County.

Desde entonces, nadie ha vuelto a dudar de Grealish. Un jugador de Premier que paseó su fútbol por los estadios de Championship cuando, probablemente, no tenía motivo para hacerlo.

En un club condenado a pelear por evitar el descenso desde su retorno a la élite, Jack se ha erigido como capitán general y no solo por portar el brazalete. El 10 es, sin duda, el mejor jugador de la plantilla, el diferente y diferencial. Un genio con el balón en los pies capaz de fajarse como un defensor más cuando toca como aprendió en Notts County, cuando se curtió en campos de barro a préstamo.

Jack se está acostumbrando a moverse por todo el frente de ataque ordenando a sus compañeros con la pelota en su poder. Tiene la maravillosa habilidad de acelerar la imagen de televisión cuando agarra la pelota, cosa que pocos futbolistas están capacitados para realizar. Un jugador con una estampa de otra época: esas medias bajadas combinadas con una camiseta llena de barro por las múltiples caídas de las faltas recibidas. Jack no se esconde. Nunca.

Grealish es el absoluto líder del Villa en el terreno de juego como si de Tom Shelby se tratara. Un hombre carismático y fiel a su Birmingham natal. Un futbolista con medias bajas en pleno siglo XXI. Un hecho que, si fuese otro, carecería de valor e, incluso, sería hasta cierto punto ridículo. Para Jack no. A Jack le da ese plus beneficioso que le falta para convertirse en un futbolista codiciado por todos sin pertenecer a un grande. Grealish tendrá la duda de si seguir el dictamen de corazón y mantenerse en el Aston Villa, el equipo de su vida o, por el contrario, dar el salto a un grande y luchar por cotas más altas. Mucho se ha hablado de posibles salidas desde Villa Park pero el matrimonio sigue sin romperse, porque el 10 se ha negado al divorcio por una pareja mejor.

La pasada temporada fue la primera en la que Jack fue importante en Premier League, ayudando a su equipo a lograr una agónica salvación con ocho tantos y seis pases de gol. Uno de ellos en una última jornada en la que confirmaron su permanencia. En esta campaña, Grealish se ha consolidado como una de las estrellas del fútbol inglés capitaneando al equipo de su corazón en un inicio liguero sensacional que dio con el equipo como líder, incluso. Este fulgurante arranque de campeonato le otorgó la oportunidad a Jack de vestir la camiseta de la selección inglesa por primera vez en su vida.

Como no podía ser de otra forma, la convocatoria por la selección de Inglaterra no fue un caso menor: Grealish ha sido internacional sub-21 con la selección de Inglaterra y la de la República de Irlanda por su doble nacionalidad. Gareth Southgate, seleccionador absoluto de los Three Lions, fue quien le convenció para que cambiase su decisión inicial de irse con Irlanda y optase definitivamente por los ingleses. Todos estos años después Southagte, precisamente un exjugador del Aston Villa, ha sido le ha hecho disputar los tres partidos como internacional absoluto inglés.

Grealish trata con dulzura la pelota siempre pegada a su pie derecho. Eso sí, su lugar en el terreno de juego suele ser la banda izquierda para transitar hacia el centro del ataque desde donde organiza la zona delantera de los villanos. Jack tiene una habilidad de desborde propia de un esquiador, un golpeo de una precisión cercana a la de un francotirador y una facilidad para encontrar al compañero mejor colocado en el momento justo. El 10 sigue siendo el bueno aunque el fútbol cambie.


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Gráfico de StatsBomb de los primeros 8 partidos de Jack Grealish esta temporada.


Hasta la fecha, ha disputado todos los minutos posibles de Premier y no parece que vaya a ausentarse en muchos. A estas alturas, tras 9 jornadas disputadas por los villanos, Grealish ha convertido cinco goles y ha asistido a sus compañeros en otros tantos. Sus números no solo son espectaculares de cara a portería y es que se ha convertido en la piedra angular sobre la que se concentra el esquema de Dean Smith. El centrocampista de Birmingham promedia más de un 80% de acierto en el pase, notable si tenemos en cuenta que suele ejecutarlos en la parte final del campo.

Si bien destaca en su sacrificio y esfuerzo defensivo también, es en ese ataque donde Grealish se ha convertido en un baluarte ofensivo para Dean Smith en Villa Park. Prueba de ello son los guarismos que está ofreciendo en este inicio liguero. El angloirlandés ha conseguido, según StatsBomb, 1.5 asistencias más de las que se esperaban (3.5 en Expected Assists) y el doble de goles de lo que esperaba (2.5 en Expected Goals) colocándose en el 6º lugar de la tabla de jugadores con mayor superávit de xG sin contar penaltis, resultando un bagaje extraordinario el 10.

En el apartado de asistente, también, Jack se ha erigido como una referencia total aupándose al 3º puesto en la clasificación de xA (asistencias esperadas) y en un meritorio 4º puesto, con un total de 0.38, en el ránking de xA/90 («asistencias esperadas» por cada 90 minutos). Jack se encuentra entre los mejores en conseguir más goles y asistencias por partido y más todavía si tenemos en cuenta la calidad de los jugadores que le rodean en el Aston Villa. Si bien todos han dado un paso al frente, considerando su más puro nivel personal, Grealish es un cisne nadando entre patos.

El Aston Villa está basando su juego ofensivo en él, como no es en absoluto sorpresa. Individualmente, ha sido capaz de crear 6 jugadas de tiro por cada 90 minutos disputados, sólo superado en la liga por Kevin de Bruyne. Grealish, habiendo disputado además dos partidos menos que la mayoría (al tener el Villa dos partidos aplazados), se sitúa en el segundo puesto de los jugadores que más regates han realizado con éxito, con un total de 33 (únicamente por detrás de Adama Traoré) y, además, es el hombre que más metros recorre hacia adelante con el balón de la Premier, con más de 2.500 metros recorridos (estadística conocida como “Progressive Carrying Distance”). Y además, es el futbolista que más faltas ha recibido (40) en la competición liguera.

Evidentemente, Jack Grealish ha pasado a ser uno de los jugadores más determinantes del fútbol inglés y el Aston Villa lo quiere aprovechar.

Fríos son los datos. Los números revelan la vital importancia del 10 en Villa Park. El fútbol que es capaz de crear no está al alcance de casi ninguno y menos en un momento en el que la brillantez individual cada vez está menos considerada. Cierto día de enero, poco tiempo antes de que el mundo se enmascarara, un servidor fue testigo de la soledad del genio. En el feudo villano, frente al todopoderoso Manchester City, el bueno de Jacky se vio absolutamente abandonado ante la apabullante tropa celeste. El equipo de Birmingham perdió por un contundente 1-6, los de Dean Smith no mostraron ninguna resistencia. Desde la grada solo se veía algo diferente cuando manejaba la pelota el mago de las medias caídas. Solo ante el peligro, con el equipo a los hombros.

Jack pasó de ser una promesa con un puntito de locura para convertirse en el capitán y referente del club. El 10, que primero fue 40, le juró amor incondicional al Aston Villa y, de momento, lo está cumpliendo a pesar de los muchos pretendientes que tiene. Como Billy Garraty, su bisabuelo, Jack también eligió ser un villano. Grealish se convirtió en una realidad en casa. Una historia de amor verdadero en tiempos de otros cuentos.

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Joaquin Piñero