Jordi Cardero

Thomas Gronnemark, las manos de Jürgen Klopp

El danés decidió especializarse en los saques de banda y asesora a diferentes equipos en la materia, entre ellos el Liverpool. El año pasado recibió la llamada de Jürgen Klopp para que formara parte de su equipo… y estuvo a punto de no responder.

Objetivos, metas, sueños. Para amenizar la rutina, buscamos un fin en el medio o largo plazo. Una motivación que lo haga todo más llevadero. Ser consecuentes con nuestro trabajo y llegar donde deseamos. El partido de nuestro equipo, un viernes por la noche o las vacaciones de verano. Pero, a veces, llega de forma inesperada. Incluso esa meta es mayor de la que nos imaginamos. A principios de julio del año pasado, Thomas Gronnemark estaba conduciendo con su mujer y sus dos hijos hacia una tienda de chocolate. No le tocó la lotería, pero le pasó algo mucho mejor.

“Tenía el móvil silenciado y no oí la llamada. Vi que era un prefijo extraño y pensé que podría ser publicidad”, explica Gronnemark, ensalzando la eterna guerra entre los encargados de hacernos llegar las mejores ofertas, donde la tregua no es una opción y, la persistencia, infinita. Tras escuchar el mensaje que dejaron en el contestador, el danés se dio cuenta que era Jürgen Klopp. “Me quedé en shock”, recuerda. Pese a varios intentos de contactar con el entrenador, decidió volver al coche para regresar a casa. Sin embargo, ya conduciendo, el móvil volvió a sonar y Thomas sintió un escalofrío que le recorrió todo el cuerpo. “¡Es Jürgen!”, dijo su mujer. De repente, Gronnemark no se lo pensó dos veces y se detuvo al lado de la carretera, en una pradera, para tomar “la llamada más importante de mi vida”. Klopp decidió contratarle para su equipo.

Atletismo, bobsleigh y fútbol

Como a muchos adolescentes, llegó el día en el que Gronnemark se dio cuenta de que nunca podría llegar a convertirse en un futbolista profesional. Entonces, decidió cambiar de deporte. Se pasó al atletismo y compitió en campeonatos continentales con la selección danesa en diferentes pruebas de velocidad. Incluso viajó por todo el mundo, durante cuatro años, con el equipo nacional de bobsleigh. Gronnemark, en poco más de una década, pasó de lanzarse por túneles de hielo a convertirse en campeón de la Champions League con el Liverpool. Además, posee el Record Guiness en saque de banda más largo: 51,33 metros. O lo que es lo mismo, medio campo de distancia.

Todo cambió en 2004. El danés siempre había sido un buen sacador de banda, factor que, si no perteneces al Stoke City, no se tiene demasiado en cuenta. No obstante, decidió adentrarse en esos terrenos. “Fui a la librería local y busqué libros sobre saques de banda, pero no encontré ninguno. Durante seis meses trabajé en crear un curso sobre saques de banda”, recuerda. Poco después, se convertiría en el entrenador de saques de banda de un equipo de la primera división danesa. El mismo Thomas reconoce que ser entrenador de servicios laterales puede sonar raro (¿Hasta dónde llegaremos?). Sin embargo, él mismo lo ratifica: “todos los futbolistas preferirían sacar de banda con el pie antes que con la mano, lo entiendo”. Pero el danés le encontró un sentido y creó una metodología propia.

 

 


“Fui a la librería local y busqué libros sobre saques de banda, pero no encontré ninguno. Durante seis meses trabajé en crear un curso sobre saques de banda”


Gronnemark diferencia tres estilos de saque: el largo, el rápido y el inteligente

Siendo prácticamente una especie única en el mundo, empezó a dibujar en una tabula rasa. En un partido hay una media de entre 40 y 60 servicios laterales y el 50% de ellos supone la pérdida de la posesión. Gronnemark diferencia entre tres tipos de saque: el largo, el rápido y el inteligente (Long, Fast and Clever, en inglés). “El primero de ellos puede parecer únicamente para equipos que buscan el juego directo, pero no es así”, inicia. El entrenador subraya la importancia del ratio del saque: “cuanto más lejos puedas llegar, más campo podrás abarcar y a más compañeros podrás llegar. Entonces, para el equipo rival será más difícil será defender esas acciones”. En segundo lugar, está el rápido, “que no significa precipitado, porque puede llegar a ser negativo. Tienes que saber cuándo hacerlo”, aclara. Thomas remarca que, en este punto, “los recogepelotas tienen órdenes”. (¿Hasta dónde llegaremos?). Y, finalmente, está el saque de banda inteligente. “Sirve para no perder la posesión, pero también para que los compañeros interpreten cómo se pueden generar espacios”, expone el red. Jürgen Klopp reconoció que, con Gronnemark, el Liverpool había creado un total de 18 situaciones nuevas para los saques de banda. El danés amplía la versión del alemán: “No son 18 sistemas, sino formas de pensar en el servicio. Es una filosofía, no una estructura matemática”.

Con experiencia en el FC Midtjylland, donde ha trabajado durante una década y en las últimas cuatro temporadas han marcado un total de 34 goles tras un saque de banda en largo, o el RB Leipzig, Klopp depositó toda su confianza en el entrenador danés. El técnico alemán llegó a conocerle gracias a una entrevista que publicó Bild. Un día después tras la reunión que tuvieron en Melwood, lugar de entrenamiento del Liverpool, Gronnemark ya estaba dando órdenes a la plantilla. Pese a un cuarto puesto en Premier League y un gratificante -pero nunca lo suficiente- puesto en la final de Kiev en la Copa de Europa, Klopp tenía los saques de banda como asignatura pendiente. Encontró en Thomas la solución.

 


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Thomas Gronnemark, el pionero en asesorar los saques de banda y desde hace un año ayudante de Klopp.


Gronnemark trabaja con varios clubes y visita Melwood mensualmente

Sin embargo, Gronnemark es freelance, entrena a varios clubes durante la temporada. Cada mes o mes y medio viaja a Liverpool y está durante un par de días o tres para corregir, mejorar y cambiar movimientos, tanto técnicos como tácticos. Además, está en contacto diario con el staff, con quienes comparte videoanálisis. Normalmente, su trabajo está enfocado a los laterales y dura entre 20 y 45 minutos -depende del entrenamiento general y de los aspectos que tengan que trabajarse-, también participa James Milner, el comodín por excelencia de los de Anfield. Algunas veces, en las sesiones participa todo el grupo, sobretodo cuando entrenan movimientos para encontrar espacios, nuevas miradas (¿Hasta dónde llegaremos?). Gronnemark explica que Joe Gomez es el jugador que puede llegar a sacar más lejos, a unos 37 metros de distancia, mientras que Andrew Robertson es el que más ha mejorado: de 19 a 27 metros. Sin ganar masa muscular, solamente con la técnica.

El técnico danés cree que en el ecosistema social que ha creado Klopp recae una parte importante del éxito del club. “Para obtener buenos resultados es vital que las relaciones sean cercanas. Si crees en el otro, será más fácil que te dejes ayudar. En Liverpool el ambiente es extraordinario y la gente está predispuesta a ayudar”, explica. Klopp, con el hecho de llamar a Gronnemark para aprender y mejorar, demostró que no era perfecto. Según el propio Thomas, “si tienes un buen entorno es fácil mejorar, pero tiene mucho más peso si quien lo reconoce es el líder”.

“Cuando llegué al club, expliqué lo importante que era sacar rápido y que los recogepelotas estuvieran atentos”, destaca Gronnemark. Con esta indicación y una magnífica lectura de Trent Alexander Arnold, Divock Origi consiguió el cuarto gol ante el Barcelona en las semifinales de la Champions League.

Thomas Gronnemark, futbolista -como todos los que estamos al otro lado- frustrado, pasó de tirarse por túneles de hielo a convertirse en uno de los héroes en la sombra de una de las remontadas más épicas de la historia y de aportar un granito de arena en la consecución de una Champions League. Sí, con uno de los trabajos más extraños del mundo: enseñando cómo sacar de banda. Hasta aquí hemos llegado. Y será largo el camino.

 

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Jordi Cardero