Álvaro Escalante

Tres puntos sin brillo

Con mucho trabajo consigue dejar todo el botín el West Ham en casa contra un batallador Burnley, que si bien fue poco descarado en la primera mitad, en la segunda lo intentó sin descanso pero sin suerte.

1 – West Ham: Randolph; Kouyaté, Reid, Ogbonna; Antonio, Noble (Nordtveit, 89), Obiang, Cresswell, Lanzini (Ayew, 68), Payet; Carroll (Fletcher, 83).

0 – Burnley: Heaton; Ward, Mee, Keane, Lowton; Arfield (Bamford, 94), Marney, Hendrick, Boyd (Barnes, 76); Gray, Vokes.

Goles: 1-0, m.45+3: Noble.

 

Empezó más animado el West Ham, quizás arrastrando la inercia positiva acumulada tras el valioso empate en Anfield. Ante el extremo conservadurismo del Burnley, los Hammers tomaron posesión del esférico. Eso no se tradujo en ocasiones de gol, llevando el partido a un tedio monumental, que solo varió sobrepasado el ecuador de la primera mitad, cuando los locales reclamaron penalti por manos de Michael Keane. La pelota claramente impactó en la extremidad del defensa, y estaba despegada del tronco, pero hay serias dudas de que fuera un gesto voluntario.

Los de Slaven Bilic despertaron tras la polémica y se fueron animando a probar a Tom Heaton, especialmente desde la larga distancia, probando suerte Michail Antonio, Pedro Obiang, o Mark Noble, pero al primero le salió mordida, y los dos restantes vieron como la madera malograba sus disparos.

Cumplido el descuento abriría el marcador el equipo del este de la capital, ya que Ben Mee derribó a Winston Reid cuando iba a rematar en el área, señalando Robert Madley el punto de penalti. Con mucha intriga llegaría el primer grito de la tarde, ya que Noble ejecutó la pena máxima, pero Heaton consiguió tapar. Para suerte local, el rechazo cayó a los pies del capitán Hammer el cual no tuvo piedad. Fue el epílogo de los primeros cuarenta y cinco minutos.

En el amanecer del segundo acto, los de Sean Dyche pusieron toda la carne en el asador, y bien pronto disfrutaron de dos oportunidades pintiparadas para ecualizar el luminoso. Primero Sam Vokes con un remate acrobático que lamió el palo, y luego una mala salida de Darren Randolph hizo que no le llegara la camisa al cuerpo a los aficionados locales.

Casi arribando la mitad del complemento el Burnley dispuso de la más clara para empatar, pero ni Scott Arfield en primera instancia ni Vokes cabeceando el rebote pudieron hacer saltar a los suyos. Varios minutos después lo intentaba Arfield de nuevo, pero su falta directa la repelió bien Randolph.

De ahí al final, el Burnley siguió intentándolo con ahínco, pero un cada vez mejor pertrechado West Ham no dejaba ni una rendija en su zaga, cristalizando una victoria que se antoja crucial ante un rival directo y para encarar el enfrentamiento ante el Hull. Por su parte, los de Ginger Mourinho siguen a cinco puntos de la zona roja.

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