Nacho González

Un canario para revivir al ‘Swansealona’

En un movimiento maestro, el Swansea City ha logrado la contratación de Roque Mesa, uno de los mejores centrocampistas de la última temporada en España. Paul Clement aspira con él a recuperar el espíritu europeo que hizo de los Swans una revelación en la Premier League. Llega a Gales un arquitecto del pase dispuesto a marcar su ritmo en Inglaterra.

Si vistiera un traje negro con sombrero y una rosa en la solapa, su bigote vintage haría el resto para dar el pego como mafioso de los años 40. No tiene de qué preocuparse el cuerpo policial: Roque Mesa no se va al Reino Unido para hacer negocios clandestinos y acabar a tiros con capos rivales. Su meta, sin embargo, no es baladí. El español es una declaración de intenciones en forma de fichaje para recuperar la identidad de un pasado cercano. Aún hay quienes creen en el sur de Gales que puede recuperarse el espíritu del Swansealona.

Apenas hay que retroceder tres años hasta la temporada 2014-2015 para toparse con la mejor clasificación histórica del Swansea City: octavos en Premier League. Sólo un año antes, los Swans habían levantado el primer y único trofeo de su historia, la Copa de la Liga. Que les compararan con el Barcelona empleando aquel apodo tan oportuno no era casualidad. Por eso resulta tan traumático mirar la clasificación de la temporada 2016-2017 y comprobar que estuvieron a un milagro de distancia del descenso – a buen seguro más de uno fue a dar gracias a la iglesia cuando salieron de la zona roja en la jornada 36, cortesía de una increíble derrota del Hull City en casa ante el ya descendido Sunderland–. En cuestión de meses, la ilusión que insuflaron los tiempos de Roberto Martínez, Michael Laudrup o Garry Monk ha tornado en miedo a caer a Championship. Paul Clement, el técnico que les ha salvado de la quema, lo tiene claro: sin jugones no hay salida. Y es aquí donde Roque Mesa cobra sentido.

El Swansea City que enamoró desde Gales a Inglaterra tenía la posesión y el juego ofensivo como rasgos reconocibles de su rostro. En una liga reticente a que le arrebaten su estilo directo de lucha y espacios, los Swans se europeizaron con ideas foráneas. Clement es inglés, pero ciudadano del mundo en su pasaporte futbolístico: ha aprendido en Francia, España y Alemania bajo el ala de Carlo Ancelotti como su segundo. Fiel a la filosofía de la que ha bebido, entiende que fichar a Roque Mesa es capital para tratar bien al balón. El canario ha jugado a tan alto nivel en un contexto propicio como el de Las Palmas, que incluso se le ha considerado un Xavi Hernández de clase media. Sus similitudes van mucho más allá de su reducida estatura.

Estaba acostumbrado a una posición más adelantada hasta que, por problemas de lesiones, Quique Setién probó a Roque Mesa en la sala de máquinas. Atrasando su posición hasta la de pivote, ha llamado definitivamente la atención de Europa por sus enormes cualidades: ha sido el tercero en pases materializados por partido en LaLiga (70,8) y cuarto en porcentaje de acierto de sus entregas (91,4 %). Puesto a inspirarse en Xavi, los 122 pases que completó en la victoria de su equipo por 2-0 contra Osasuna son el segundo máximo registro histórico en un partido de la liga española, sólo por detrás del récord de la leyenda culé (125).


Si vistiera un traje negro con sombrero y una rosa en la solapa, su bigote vintage haría el resto para dar el pego como mafioso de los años 40. Pero Roque Mesa no se va al Reino Unido para hacer negocios clandestinos sino para recuperar la identidad de un pasado cercano: el espíritu del Swansealona.


Mesa es un hombre idóneo para hacer fluir la circulación de balón y romper líneas con pases precisos, pero en la Premier también se le exigirá un plus de fortaleza y físico. En Swansea saben que no fichan a un mero estilista con piernas asustadizas: como recuperador ya está curtido. No rehúye el contacto, de lo que sus 14 amarillas a lo largo de la temporada dan buena fe. Además, los 3.306 minutos que acumuló en 35 jornadas aseguran regularidad –las lesiones llevan mucho tiempo respetándole– y compromiso.

A pesar de que ya no se puede hablar del Spanish Swansea tras la criba de Monk, que redujo drásticamente el número de españoles, Roque Mesa no recala en un club de complicada adaptación. Tendrá a dos compatriotas, Àngel Rangel y Fernando Llorente, y a compañeros latinoamericanos como Federico Fernández y Jefferson Montero. La más importante aclimatación depende, sin embargo, de Clement. El canario sabe lo que se va a encontrar: “El mánager me conoce, sabe cómo juego y qué puedo aportar. Intentaré hacer que el equipo juegue”, ha declarado para la página oficial del club. La clave para el Swansea City es volver a ser distintos: “Sé que Clement es como Ancelotti; quiere crear un equipo diferente en la Premier League”.

Mesa es un fichaje de enorme calibre que probablemente en Inglaterra no valoren como merece: los que han visto a Las Palmas con regularidad en Swansea son una minoría. Su traspaso a un equipo con el objetivo de asegurar su permanencia es el vivo reflejo del dominio económico de la Premier League, imán incluso en sus clubes más pequeños de peloteros que LaLiga es incapaz de retener. Que un centrocampista tan creativo acabe en el Liberty Stadium por 12,5 millones de euros tras recibir interés del Atlético de Madrid sólo puede calificarse como triunfo rotundo.

El caso de Borja Bastón, fichaje récord de la entidad el año pasado procedente del Eibar, debe servir de advertencia al canario –sería lo más útil que ha deparado la relación entre el delantero y los Swans–. Maravilló con sus goles a Ipurúa, llegó a Swansea como un reputado artillero y ha salido por la puerta de atrás apenas una temporada después. Es el último de una extensa lista de españoles a los que el fútbol en el Reino Unido les ha sentado peor que desayunar judías. A sus 28 años, Roque Mesa no puede permitirse pasos en falso. El espíritu del Swansealona le espera para que sea él quien lo reactive.

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Nacho González