En estos momentos, el Reino Unido está realizando su votación más importante en años. Sus más de 60 millones de habitantes deciden hoy si van a continuar o no dentro de la Unión Europea, con todo lo que ello supone. Obviamente hay motivos para posicionarse a favor del Brexit, igual que los hay para posicionarse con el Bremain, pero eso es algo en lo cual no vamos a profundizar. Aquí solo vamos a tratar una de las consecuencias que el Brexit puede traer al futbol inglés.
Si algo ha traído la Unión Europea al fútbol, sobre todo desde la sentencia Bosman en 1995, ha sido la completa apertura del mercado. Y es que, antes de esta histórica sentencia, los equipos, por grandes que fueran, tenían que seguir dependiendo del talento nacional debido a la limitación de extranjeros que existía en la mayoría de las ligas. Esto hacia que, aunque era posible contar con gente de más allá de las fronteras del país, su número era limitado y lo que se buscaba fuera era talento que mejorara las posibilidades en el mercado doméstico, pero la base seguía siendo autóctona. Bosman hizo saltar este status quo por los aires y la libre circulación de trabajadores pasó a aplicarse al fútbol, convirtiendo a cualquier ciudadano europeo en nacional, y ampliando el mercado de fichajes de una manera no vista hasta entonces.
Pero esta apertura de mercados no ha parado aquí. Desde 1995, la Unión Europea ha pasado de 15 a 28 miembros, incluyendo a gran parte de los viejos países del Pacto de Varsovia en su seno. A ello hay que sumar países con relaciones con Europa como Noruega y Suiza, los territorios de ultramar como Bermudas o Montserrat, los acuerdos del Espacio Económico Europeo que añaden a países como Serbia o Montenegro, los acuerdos con el Consejo Turco y las distintas republicas turcas o el Cotonú, que incluye a una parte de los países africanos y del Caribe.
Como se ve, el mercado de futbolistas que son considerados comunitarios y dejan de ocupar plaza de extranjeros se ha multiplicado en los últimos años, aunque eso no ha hecho desaparecer los distintos mecanismos que siguen protegiendo al jugador local. Es decir, las limitaciones de extranjeros siguen existiendo y cada liga las gestiona como considera oportuno. En Reino Unido, estas limitaciones toman forma en el llamado permiso de trabajo, un documento necesario para que cualquier extranjero pueda trabajar en el país y que los aficionados al juego de ordenador Football Manager conocerán perfectamente. En caso de Brexit, no solo los europeos pasarían a ser extranjeros en el Reino Unido, sino que todos los jugadores que habían entrado en virtud a acuerdos de la Unión con terceros también lo serian. En una liga tan basada en los extranjeros como la Premier League esto sería un desastre.

Según distintos estudios, la cifra de extranjeros jugando solo en la Premier League, sin contar divisiones inferiores, donde también hay cantidad de afectados potenciales, es de 161 futbolistas, de los cuales solo alrededor de 50 cumplirían los requisitos para conseguir un permiso de trabajo, cuyos requisitos detallaremos a continuación. Si descendemos en la pirámide, el número de jugadores aumenta y el de los que tendrían acceso al permiso, que depende y mucho de los partidos internacionales jugados, disminuye alarmantemente. Obviamente la situación no sería dramática ya que al parecer el Brexit no tendría efectos retroactivos y con seguridad la Unión Europea y Reino Unido alcanzarían acuerdos de circulación de personas semejantes a los que tienen Suiza o Noruega, pero sí que se limitaría el mercado en el futuro.
Eso sí, la solución parece sencilla, se obtiene el permiso de trabajo y santas pascuas. El problema es que el permiso de trabajo no es nada fácil de obtener. Para obtener el permiso, la FA exige a los futbolistas una amplia y demostrada trayectoria internacional en selecciones de prestigio en los dos años anteriores a la solicitud del visado. Por ejemplo, en el caso de las selecciones situadas entre el puesto 1 y 10 del ránking FIFA, es necesario haber jugado un 30% de los partidos oficiales, un 45% en el caso de selecciones situadas entre los puestos 11 y 20 del ránking, un 60% en selecciones entre el 21 y el 30, y un 75% en selecciones entre 31 y 50. Para selecciones más allá del puesto 50 (Noruega, Japón, Serbia, Australia, por citar solo algunas), la situación se complica y la concesión del permiso depende ya de la decisión de la FA, que para ello valora otras cuestiones como partidos en ligas importantes o en Champions League.
Y terminaremos con una pequeña lista de jugadores que no hubieran podido competir en la Premier League por no haber cumplido los requisitos mínimos para el permiso de trabajo como pudieran ser Anthony Martial, N’Golo Kanté, Dimitri Payet, Ander Herrera o Héctor Bellerín. Es de esperar que, en caso de Brexit, se buscaría una solución lógica para permitir que los trabajadores extranjeros en Reino Unido, no solo futbolistas, pudieran seguir ejerciendo su profesión, pero de no ser así habría que tener en cuenta la importancia del permiso de trabajo y sus duras condiciones para poder jugar en la Premier League.