El pasado domingo se acabó el Mundial de Rusia 2018, para muchos (entre los que se incluye un servidor) el mejor Mundial que se ha disputado en décadas. Un campeonato que ha destacado por varias cosas, como puede ser la llegada del VAR y el descenso de las polémicas, el aumento de la igualdad, con los equipos de menor entidad plantando cara en casi todos los encuentros y las grandes sorpresas como la eliminación de Alemania en la fase de grupos, el buen torneo de una Suecia post-Ibrahimovic o la capacidad de Inglaterra para terminar una gran competición de naciones sin hacer el ridículo.
Obviamente, lo más destacable para nosotros sería el cuarto puesto de los Three Lions, algo que no ocurría desde el Mundial de Italia 1990, hace la friolera de 28 años. Por hacernos una idea, en 1990 el Liverpool ganó su última liga, Arsène Wenger todavía no había llegado al Arsenal, la Premier League no existía y en el Mundial compitieron países que ya no existen, como Alemania Federal, Checoslovaquia, Yugoslavia o la URSS. Eso sí, a parte de este éxito hay algo más por lo cual Inglaterra puede sentirse orgullosa, y es la potencia de su sistema de ligas y la presencia mundialista de los jugadores que compiten en su país.

Como se puede ver en la tabla, 130 de los 736 jugadores mundialistas juegan en Inglaterra. Es decir, casi uno de cada cinco de los jugadores presentes en Rusia han competido durante el último año en alguna de las competiciones ligueras que se juegan en el país. Si cerramos el foco y nos centramos en la cumbre de la pirámide, 114 jugadores (más del 15% del total) compiten en la Premier League. Esto no solo la convierte en la competición que más jugadores aporta al Mundial, sino que la Championship, donde juegan los 16 jugadores restantes, reúne más futbolistas que ligas potentes de Europa y Latinoamérica como Bélgica, Holanda, Argentina o Brasil y compite en participación con Portugal o Turquía.
Dentro de las selecciones con mayor número de representantes de la Premier League encontramos a Inglaterra, con sus 23 representantes jugando en la liga doméstica (es la única de las 32 que tiene a todos sus jugadores en la liga local), Bélgica, que reúne a 11, Brasil y Egipto con 6 y ya una miríada de selecciones con un número menor. Curiosamente, solo Uruguay, Irán, Marruecos (Nordin Amrabat pertenecía al Watford pero jugó cedido en el Leganés), Panamá, Rusia y Arabia Saudí están libres de jugadores de la Premier League, aunque un marroquí y un iraní compiten en Championship. En los otros casos, las explicaciones son bastante sencillas, Rusia ha decidido optar por una selección que compite en su liga domestica mientras que el nivel de árabes y panameños no es el suficiente para competir a este nivel.

Pero la participación no se queda exclusivamente en la cantidad, sino también en la calidad. Como se puede observar en la tabla, el número de jugadores de la Premier League presentes en el Mundial ha ido aumentando desde la fase de grupos hasta las semifinales, donde casi la mitad de los jugadores provenían de la competición. Obviamente, la presencia de Inglaterra hasta dicha fase (y de Bélgica en menor medida), desvirtúa en cierta manera el análisis, por eso se ha añadido una columna donde no se tiene en cuenta a los Three Lions. Aun haciendo el ejercicio de obviar a los 23 futbolistas ingleses obtenemos unos valores siempre por encima del 10%, unos números fuera del alcance de cualquier otra liga del mundo.
Para finalizar, este Mundial ha sido el de Francia, Croacia, Bélgica e Inglaterra, por distintas razones, también ha sido el mundial del VAR, de la constatación de la superioridad europea o de la victoria de la táctica frente a la pura posesión… Pero también ha sido el Mundial de la Premier League, y no solo por el cuarto puesto inglés, que obviamente también es algo que hay que poner en su haber, sino por la capacidad que ha tenido la liga inglesa para estar presente en la gran mayoría de selecciones del mundial. Obviamente tras esto hay un cumulo de factores, como puede ser el renombre de la competición o su capacidad económica y de atracción de talento, pero no se puede negar que el modelo de la Premier League funciona y cada año va a ir a más. Tras una mala época, en 2018 se han solucionado dos de sus grandes problemas, su falta de presencia en Europa, con un Liverpool finalista de la Champions League, y su falta de capacidad para ofrecer jugadores de talento a la selección, algo que parece que el cuarto puesto parece desmentir.
Y en otro orden de cosas… El año pasado Inglaterra ganó el Mundial Sub-17 y el Mundial Sub-20, con jugadores de los grandes equipos de la liga, sí, pero que en estos momentos están jugando cedidos en diversos equipos de las divisiones inferiores. Hace unos años hubo distintos debates sobre la falta de formación de los jugadores ingleses, se discutió sobre crear una liga de filiales más competitiva o incluso integrarlos en la pirámide. Al final se ha optado por apostar por un modelo de cesiones que parece estar funcionando en vista de jugadores como Harry Maguire o Harry Kane… Visto todo, ¿quién no tiene ya muchas ganas de la Eurocopa 2020?