Ander Iturralde

Una venta más acertada de lo que parece

El pasado sábado el Liverpool realizó la segunda venta más cara de la historia del fútbol mundial. Philippe Coutinho se marchó al Fútbol Club Barcelona a cambio de 160 millones de euros. Una oferta que consideraron demasiado buena para ser rechazada y que puede ayudar al Liverpool a dar el siguiente paso.

Cuando se marcha uno de tus mejores jugadores, encima a mitad de temporada, es normal que la histeria se apodere de muchos. Dijeron desde el club que no venderían a Coutinho. Se les puede tildar de mentirosos o hipócritas. Pero sería injusto. Mucho ha cambiado desde el pasado verano. En septiembre, aunque para incorporarse la temporada que viene, ficharon a Naby Keita. Después, a lo largo de los meses intermedios, Mohamed Salah se ha convertido en el jugador más decisivo del equipo. Quizás no el de mayor calidad individual, pero sí el más importante. Alex Oxlade-Chamberlain cada vez está más cómodo sobre el césped de Anfield y Adam Lallana ha vuelto tras su larga lesión. Los contras para vender cada vez eran menos para el Liverpool. Sumado todo ello a la incesante insistencia de Coutinho en querer fichar por el Barça, cobrar los 160 millones (120 fijos más 40 en variables) que éstos han terminado ofreciendo, era lo mejor. Posiblemente el momento (enero) no sea el ideal, pero el Liverpool cada vez dependía menos del futbolista brasileño para poder ganar.

«No es ningún secreto que Philippe [Coutinho] ha querido que este movimiento suceda desde julio, cuando el Barcelona hizo saber su interés por primera vez«, dijo Jürgen Klopp después de que se hiciese oficial la operación. Es difícil lidiar con un deseo tan profundo por parte de un jugador de ir a otro equipo. A pesar de ello, Coutinho ha demostrado profesionalidad, ofreciendo su nivel habitual desde verano. Intentó convencer al club de que le vendiesen. Una vez terminó el verano, volvió y dio sus mejores prestaciones. Una vez ha vuelto a abrirse el mercado de traspasos, lo ha vuelto a intentar y esta vez el Liverpool sí ha dado su brazo a torcer. Luego están los que quemarán camisetas con el nombre de Coutinho, pero allá ellos. Aunque también es comprensible hasta cierto punto el dolor de que un jugador al que adoras prefiera a otro equipo dejando atrás el tuyo.


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La afición del Liverpool durante el derbi de Copa ante el Everton (Clive Brunskill/Getty Images).


Al final, la tentación de jugar junto al mejor jugador del mundo y de la historia como es Leo Messi es demasiado grande. Sí que extraña, por casi todas las partes, que hayan decidido hacerlo ahora. El Barça paga 160 millones por alguien que no puede jugar en la Champions League y el Liverpool le vende sin tener todavía en sus filas al ya mencionado Naby Keita. Por esas partes sorprende, pero no por parte de Coutinho. No quería jugársela: se podría lesionar, el Barça podría perder interés… Lo primero, y lo segundo pero al revés, quizás sean aplicables para entender el desmesurado interés del Barça en un jugador que, todo sea dicho, no está posiblemente entre los cinco mejores jugadores de la Premier League. No obstante, sí es uno de los dos más caros de la historia, solamente por detrás de los 222 millones que pagó el PSG por Neymar. Además, estamos a escasos meses de un Mundial donde el jugador en cuestión tiene una plaza garantizada. No sería la primera ni la última vez que el rendimiento de un jugador sufre ante la distracción que supone todo un Mundial de clubes, que disputará en las filas de uno de los grandes favoritos a ganarlo.

Un aspecto apenas mencionado pero que no es nada descartable que haya entrado en juego en la decisión final del Liverpool. Porque, además, sus potenciales sustitutos, como Oxlade-Chamberlain, Adam Lallana, Emre Can, Giorgino Wijnaldum o James Milner, o tienen que luchar para poder acudir al Mundial o directamente no acudirán, como es el caso de los dos últimos. Aunque pierdan en calidad individual con el cambio, no necesariamente lo harán en ganas o motivación, lo cual en muchos escenarios puede compensar lo suficiente. Oxlade de manera gradual ha demostrado estar cada vez más entonado dentro de su nuevo equipo y con una notable ambición en un lugar al que quería venir como fuese. Siempre demostró calidad, pero infinitos vaivenes en cuanto a su rol en el Arsenal le convirtieron en una brújula rota. Está dejando todo ello atrás. Como Adam Lallana ha podido dejar atrás su larga lesión. A efectos prácticos es un fichaje de invierno y, si bien se le ha visto oxidado en su regreso, a la que vaya sumando minutos y pueda soltarse, él es lo más parecido a Cou que tienen en plantilla. Con Can, y sobre todo Milner y Wijnaldum, no hay tantas incógnitas y al mismo tiempo no tanto potencial por cumplir. Tres jugadores capaces, aseados y con un notable físico que casi nunca han desentonado.


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Jürgen Klopp abraza a Virgil van Dijk tras anotar el gol de la victoria (Clive Brunskill/Getty Images).


En la temporada del Liverpool quedan dos objetivos sin contar la FA Cup: primero, quedar entre los cuatro primeros en liga, y segundo, ganar la Champions League. En la máxima competición continental necesitas a gente, bastante además, con ese desequilibrio de calidad individual. En una liga, a pesar de la competencia que existe por lograr dicho objetivo, no tanto. Con lo que ya tienen pueden cubrir el vacío ofensivamente. Luego, en verano, aterrizará un fichaje sensacional: Naby Keita. Un jugador con un fondo físico descomunal, y una ténica y calidad con el balón muy por encima de lo normal en jugadores de su rango; además de estar probado a primer nivel con el RB Leipzig. Él es el reemplazo de Coutinho. Un Coutinho que, como apuntábamos antes, no ha sido tan trascendental como uno podría esperar a la hora de conseguir victorias en Liverpool esta temporada. De los doce partidos que no ha jugado, el Liverpool ha ganado diez, empatado uno y perdido el otro. Uno de los mayores argumentos para no venderle siempre fue que necesitaban a un jugador con su técnica e imaginación para vencer a defensas cerradas, pero con él sobre el campo (20 jugados, 8 victorias, 10 empates y 2 derrotas) no han podido con los Burnley, Everton (con éstos dos cuando él no ha estado, sí), Newcastle, Manchester United o West Brom.

Teniendo a Sadio Mané, Roberto Firmino y al segundo máximo goleador de la Premier League en Mohamed Salah, con el fichaje de Virgil van Dijk ganan más en defensa de lo que pierden en ataque con Coutinho. Por ello deberían fijar sus miras, ya sea ahora o en verano, en carencias mayores que la de otro jugador de ataque: un medio centro defensivo y un portero. El eje de la zaga era otra pero parece haberse corregido con la llegada de van Dijk. Se podría argumentar que también otro central, pero su presencia podría hacer mejores a sus acompañantes, como sucedió con la defensa del Tottenham cuando llegó Toby Alderweireld. Detrás y delante de ellos residen dos problemas. Por mucho que han intentado e insistido con Simon Mignolet, no consigue ser la respuesta. Como tampoco Loris Karius. Es decir, el belga parece terminar de confirmar este año que no tiene las capacidades suficientes para ser «el portero» de un equipo que busca luchar por la liga. Karius, sobre quien Klopp ha dejado claro que es un «proyecto a largo plazo», seguirá. Pero tampoco ha demostrado todavía ser capaz de ser el número ‘1’. A no ser que él pase a ser el titular por delante de Mignolet, la respuesta puede ser traspasar al belga y buscar a alguien nuevo para competir con Karius.

Finalmente, el medio centro defensivo. Jordan Henderson lo ha hecho lo mejor que ha podido. Pero como Mignolet en cierto modo, necesitan alguien que pueda marcar más diferencias en esa posión si quieren pasar de luchar por entrar en Champions a hacerlo por ganar la Premier League. Explicó Henderson en 2016, cuando pasó definitivamente a desempeñar el rol de centrocampista más retrasado del equipo, que había estado estudiando intensamente para ser el mejor medio centro defensivo que podía ser. Y lo ha sido, pero siemplemente hace falta un poco más. Él tiende a jugar a la N’Golo Kanté, un centrocampista defensivo físico y sobre todo muy activo, que no cuenta con la brillanteza posicional que muchas veces se requiere. En caso de fichar un jugador para esa posición, el capitán Henderson podría ser la alternativa al puesto o incluso volver a la posición de interior derecho, donde jugó la que probablemente fue la mejor temporada (2013-2014) de su carrera. El Liverpool no está tan lejos de lograr dar ese paso en su evolución. «Es con gran reticencia, como equipo y como club, que nos preparamos para despedirnos de un gran amigo, una maravillosa persona y un fantástico jugador«, añadió Klopp sobre la marcha de Coutinho. Sería todavía mejor si Coutinho hubiese querido continuar. Pero la evolución del equipo no dependía de su presencia y ahora, en su mejor momento como equipo desde 2014, el Liverpool está camino de poder hacerlo.

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Ander Iturralde