Ander Iturralde

Vencer en el caos

El Pep Guardiola English Tour, esa gira que lleva al técnico catalán por primera vez a los sitios más rústicos de Inglaterra y con un fútbol coherente con el lugar, se detuvo en esta ocasión en Burnley. Los Clarets llegaban con mejor bagaje como locales pero el Manchester City acabó venciendo en el barullo, convirtiendo sus ocasiones en otra victoria que le mantiene en la pugna por el liderato.

Fue un día en el que brillaron varias cosas: el tesón del Burnley, el oportunismo goleador del Kun Agüero y la capacidad ganadora, pese a no ser una actuación sobresaliente en su habitual forma de jugar, de un Manchester City aferrado a la carrera por el título. Si el lunes el Burnley jugó contra, probablemente, el único equipo que mejor ejecuta su habitual estilo (el West Brom), ahora tocaba hacer frente a su antitésis: el Manchester City. Se les vio completamente perdidos en The Hawthorns. No supieron cómo contrarrestar a un rival tan parecido. En cambio, un equipo del estilo del City, por mucho mejores que sean, es algo a lo que saben enfrentarse como pocos. Tampoco llegaban los Sky Blues en las más frescas de las condiciones tras sellar su pase a los octavos de final de la Champions League con el empate del miércoles en Mönchengladbach. Sábado al mediodía, la neblina de la mañana todavía yacente, el fuerte contraste de sol y sombra que cubrió Turf Moor… el City se mostró muy letárgico durante gran parte del primer acto.

Lejos de quedarse atrás, “aparcando el autobus”, el Burnley salió a dinamitar la salida de balón rival. Sabiendo que todavía carecen de la pulcritud que suelen desplegar los equipos de Guardiola en ese apartado, los locales no tuvieron miedo y lograron anularles durante mucho más tiempo del esperado. El 4-4-1-1 empleado por el Burnley desde que su delantero Andre Gray fuese sancionado a finales de septiembre, dio réditos en este escenario. Si bien no les ayudó en West Brom, poblar el centro del campo contra un equipo que acostrumba a transitar por ahí, fue un factor crucial en el planteamiento. Presionaron, plantaron cara, desplegaron su fuerte físico colectivo; y el City acabaría reaccionando a la propuesta. No rehuyeron del contacto. Pero al final el Burnley, que había insistido más de lo que cabía esperar, abrió la puerta: balón largo de su portero Paul Robinson (de 37 años, jugando su primer partido en liga desde septiembre de 2014 y debutando en competición liguera con el Burnley), prolongación del delantero centro Sam Vokes hacia atrás, a la frontal, donde apareció Dean Marney con un zambombazo para hallar recompensa al esfuerzo de los suyos, y marcar así su primer tanto en la Premier League desde que lo hiciese en 2009, cuando militaba en el Hull y todavía jugaba en banda.

El plan continuó funcionando. Aunque el City poco a poco fue avanzando. Sin gran claridad, pero empezó a inquietar a las inmediaciones de la meta local. Sería finalmente a través de uno de los métodos más comunes por estos lares, un saque de esquina y un barullo en el área, el camino por el que los Citizens empataron. El inestimable instinto de Agüero dentro del área culminó el desempeño en gol. De su propia medicina parecía recibir el Burnley. A partir de ahí, la situación siguió descalabrándose hasta llegar el paso por vestuarios. Cayó lesionado Marney y poco después le siguió Johann Berg Gudmunsson. Dos cambios obligados antes del descanso, siendo los versátiles Scott Arfield y James Tarkowski los que harían acto de presencia. Desembarcó la segunda parte con un City ya más cómodo, desplegando su sistema de juego a mayor altura en el terreno de juego y creando más peligro. El Burnley, aun así, no dejó de ser un hueso muy duro de roer.

Sobre ellos habló con gran estima Guardiola tras el partido: “Son muy, muy complicados de defender. No puedes presionar arriba porque lanzan balones largos, son más altos que nosotros, en las segundas jugadas son muy, muy buenos. Atacan por los costados, con los laterales, los extremos, son buenos con los centros, los córners, los saques de banda, las faltas, pfff… siempre es complicado controlar estas cosas en este tipo de partidos. Lo que ellos hacen, lo hacen muy, muy bien. Estoy muy impresionado porque no importa la forma en la que quieras jugar, lo importante es que lo hagas con propiedad. Ellos lo hacen con propiedad y lo hacen muy bien”.

Para el Burnley supuso un duro varapalo el 1-2 y, en especial, por la forma de recibirlo. Tras otro barullo en el área, Fernandinho ganó la partida primero para hacer llegar el balón después a un Agüero perfecto en la colocación para anotar y darle la vuelta a la tortilla. El gran trabajo local caía por la borda. El City repelió con eficacia los últimos intentos rivales. Balones colgados llegaron y contrarrestados fueron. Y aunque sin ser una actuación ejemplar en su tipo de juego, el City ganó en un sitio difícil. “A la Burnley” hasta cierto punto, por muy atropelladas que fuesen, aprovecharon sus oportunidades. Vencieron en el caos. El liderato no se escapa.


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Paul Robinson fue titular a sus 37 años, cuatro después de su último partido en Premier League (OLI SCARFF/AFP/Getty Images).

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