Joaquin Piñero

¡Verde que te quiero verde!

El Forest Green ha conseguido conjugar un plan ecológico con la mejora deportiva de su club. En 2017 logró colarse en la Football League tan solo dos años después de convertirse en el primer club vegano del mundo del fútbol. Sin lugar a dudas, una entidad peculiar con una perspectiva muy diferente al resto.

 

El fútbol está encaminándose hacia algo muy diferente de lo que se creó en sus inicios. Los equipos se están convirtiendo en empresas más preocupadas por su economía y negocio que por cuidar a su afición, su comunidad y el interés deportivo. Las ideas de crear competiciones continentales entre los mejores sin premiar los proyectos inteligentes y sólidos hacen peligrar la supervivencia de las competiciones ligueras nacionales. Afortunadamente, parece que Inglaterra, cuna del fútbol, no cederá ante esta propuesta y permanecerá fiel a sus ligas por la importancia que tiene, sobre todo, para la sociedad británica.

Los dirigentes en todo el mundo han tenido que inventar nuevos formatos para poder competir con los clubes más importantes de los distintos países. Gracias a ellos, hemos podido ver a otros equipos sin tanta tradición y medios a su alcance colarse en la élite. Ejemplos como el Eibar en España, la Atalanta en Italia o, sin ir más lejos, el particular caso del Brentford que se ha convertido en uno de los claros candidatos a ascender a la Premier League. Entidades que se basan en el trabajo, la cantera o, en otros casos, los números.

Proyectos, todos ellos, centrados principalmente en el aspecto deportivo que es, lógicamente, para lo que es concebido este tipo de empresas. En este caso, indagaremos sobre uno de los clubes más especiales de Inglaterra y, por extensión, del mundo. Una entidad que prima, por encima de todo, la responsabilidad social. Un aspecto fundamental desde el nacimiento de esta institución en 1889 y que, a día de hoy, aún se mantiene como pilar básico en la rutina diaria del club. Concienciado con el medio ambiente pero sin olvidarse del crecimiento deportivo. Se trata del Forest Green Rovers Football Club, el primer y más importante club vegano del mundo.

El Forest Green Rovers es un club situado en el suroeste de Inglaterra, concretamente, en la localidad de Nailsworth en Gloucestershire. Un equipo con nombre de manguera de jardín que deja a las claras sus intenciones. La entidad se pasó su primer siglo de vida navegando por las divisiones regionales del fútbol inglés cosechando varios títulos amateurs. Pasó, incluso, por un nuevo  bautizo como Stroud FC que tuvo que ser abolido por petición popular. Una entidad parida por su comunidad y con fines sociales que, en principio, no soñaba con estar donde hoy duerme.

De hecho, podríamos estar hablando de un histórico del fútbol no profesional ya que es el primer equipo que consiguió disputar las finales de las dos competiciones coperas de esta categoría en Inglaterra: el FA Vase (disputada por equipos por debajo de la octava división) y el FA Trophy (clubes entre la quinta y la octava categoría). Torneos poco conocidos fuera de las islas. Eso sí, solo consiguió ganar la FA Vase en la temporada 1981-82 frente al Rainworth Miners Welfare, mientras que las dos finales que disputó de la FA Trophy acabaron con el mismo resultado en contra: derrota por cero goles a uno ante el Kingstonian en la 1999 y el Canvey Island en la 2001. A pesar de ello, es un hito logrado por el club sureño, y es que poco importa al Green Army no conseguir esos títulos nunca más si eso significa permanecer en la Football League.

En 2006, el Forest Green se trasladó a The New Lawn, a tan solo unos metros del antiguo estadio The Lawn Ground. En él, cabrían alrededor de cinco mil espectadores y fue pintado por los aficiones, como manda la tradición. Este cambio se realizó para cumplir con el reglamento estipulado por la Football League, prueba clara de la ambición del equipo porque aún competían en National League, la quinta división y máxima categoría del fútbol no profesional. Más aún cuando, poco después, la institución comenzó a sufrir serios problemas financieros.

Nadie podría pensar que un momento tan delicado para la entidad acabaría siendo el punto de inflexión más importante de una historia centenaria. El magnate de la ecología Dale Vince se hizo cargo del equipo en 2010 y con él los Rovers se transformaron. En 2015, el club se convirtió en el primer equipo vegano y su estadio fue dotado de numerosas innovaciones ecológicas, así como con comida totalmente vegana. A partir de ese momento, el equipo se erigió en un firme aspirante a pasar al profesionalismo promocionando a League Two, la categoría más baja de la Football League.

El efecto ‘ecológico’ fue inmediato, un club desconocido para casi todo el mundo empezó a darse a conocer por su faceta social. También en lo deportivo dio un paso al frente colándose en los playoffs para promocionar a League Two en 2015 y 2016, pero cayendo en semifinal y final, respectivamente. Para alegría de los Green Devils, el fútbol les devolvería todo lo que ese pequeño club del sur de Inglaterra hizo por la sociedad.

En la temporada 2016-17 y a las órdenes de Mark Cooper, el Green Army era ya una realidad en la pelea por el ascenso tras las dos decepciones de los años anteriores. El proyecto ya estaba asentado en la máxima categoría del Non-League Football pero necesitaba dar un paso adelante y llegar a League Two. Con una propuesta atractiva y valiente para lo que cabe esperar de un equipo inglés y de la quinta división, el Forest Green terminó el campeonato como tercer clasificado, aunque lejos de los dos primeros. Eso sí, la alegría de los sureños quedó reflejada en que fueron el equipo más goleador de la National League con el galés Christian Doidge como máximo exponente con 25 dianas.

En una temporada en la que el Lincoln City ascendería de manera directa a League Two, el Trammere Rovers se quedó a las puertas de retornar a la Football League y, por tanto, sería el gran favorito. El primer obstáculo para los Green Devils sería el Dag & Red contra el que mostraría su superioridad en el fortín The New Lawn, como siempre. En la final, en Wembley, el Forest Green dio la sorpresa y se coló en la cuarta división del fútbol inglés ganando, contra todo pronóstico, por 3-1 al Trammere Rovers. Objetivo cumplido: el equipo vegano y ecológico, se convirtió en profesional.

Después de más de cien años de historia naufragando por todas las categorías del fútbol amateur, el Forest Green pasó a ser uno de los 92 clubes profesionales de Inglaterra. Todo ello, con una estructura más propia de una ONG, con el proyecto de un nuevo estadio construido de madera casi en su totalidad y con innovaciones ecológicas, comida vegana en el estadio y una importante función social. En este aspecto, es una entidad muy galardonada por su labor fuera del campo y su mentalidad ecológica. Por este motivo, fue el primer ganador del ‘Green Heart Hero’ Sustainability in Sport Award por delante del Manchester City y Lords Cricket Ground en 2018. También fue ganador de the Environmental/Innovative Project of the Year en los premios del Institute of Groundsmanship. Una institución con un importante reconocimiento social en la sociedad británica. Estos son solo algunos de los premios y galardones que ha recibido el equipo del suroeste inglés. 

Pese a lo que pueda parecer, el Forest Green no siempre tuvo el verde como color predominante en su uniforme. Esta circunstancia no es muy antigua y se consiguió tras una consulta a la afición. Eso sí, la decisión fue desaprobada por un sector de la hinchada. Los Rovers han rivalizado con los equipos de la zona mientras jugaba en fútbol amateur como el Bath City o el Cloucester City. Ahora que ha ingresado en la Football League, se ha creado un nuevo duelo regional contra el Cheltenham Town denominado el Glosico (como imitación irónica a El Clásico entre Real Madrid y Barcelona) por ser la rivalidad de Gloucestershire.

Desde su ascenso y aún con Mark Cooper en el banquillo, el Forest Green ha ido afianzando su posición dentro de League Two. El primer año, en la 2017-18, los Rovers tuvieron que sufrir para evitar el descenso. Pero, de nuevo contra todo pronóstico, la siguiente temporada fue la mejor de su historia metiéndose en los playoffs de ascenso a League One aunque cayendo eliminados en primera fase contra el Trammere Rovers. La venganza es un plato que se sirve frío. Además, para hacer más daño, el campeón de la temporada regular volvió a ser el Lincoln City como en la mítica temporada del ascenso. De esta manera, se terminó la mejor temporada de su vida para el Green Army, con un sabor agridulce por la eliminación. Aún así, la afición de Nailsworth no olvidará esa campaña.

Esta temporada, interrumpida por la crisis sanitaria, está siendo extraña para los muchachos de Cooper: The New Lawn, que solía ser un fortín, ha visto escapar muchos puntos. Por este motivo, los Rovers han tenido que compensarlo convirtiéndose en el mejor visitante de la competición. El mundo al revés en el suroeste. Debido a estas dos caras del equipo, el Forest Green navega en la zona media de la tabla aunque, de reanudarse, no estaría lejos de la lucha por el playoff de ascenso a falta de pocas fechas para el final de la campaña.

Los Green Devils han dejado de ser un equipo copero sin demasiado éxito en torneos del K.O. profesionales. Además, el equipo ha sufrido con las bajas de Christian Doidge, Brown o Reuben Reid provocando la obligación de reinventarse de Mark Cooper en una nueva temporada en The New Lawn. Este campeonato, han brillado con luz propia jugadores como el capitán Winchester o Adams. Un equipo con casi la totalidad de jugadores británicos que quiere seguir creciendo como un árbol.

Existen muchos tipos de proyectos que permiten triunfar a un club de fútbol, pero no hay ninguna que el Forest Green Rovers es uno de los más especiales del mundo. El equipo verde por excelencia: vegano y ecológico. Un equipo con alma de ONG que ha conseguido triunfar en el mundo del fútbol profesional.

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