Estar invitado a este torneo ya es un motivo de satisfacción para la federación inglesa de fútbol. Sólo las selecciones situadas en los primeros puestos del ranking FIFA tienen su billete para la SheBelieves Cup. Las Lionesses cumplieron las expectativas enfrentándose a las dos favoritas para adjudicarse la Eurocopa femenina de Holanda de este verano, Francia y Alemania, y a las anfitrionas Estados Unidos, presentes poseedoras del cetro mundial. La exigencia para las pupilas de Sampson se multiplicó por el momento de la temporada en que nos encontramos: mientras las ligas germana y gala están encarando el momento decisivo, los equipos de las islas engrasan todavía la maquinaría para encarar el inicio del campeonato. Una diferencia física clave en los encuentros entre equipos del viejo continente.
Sampson aprovechó el exigente test para experimentar. Hasta dieciocho jugadoras han tomado parte de las alineaciones iniciales en los tres partidos. Ha dado titularidad y minutos a jugadoras quizás (o todavía) menos destinadas a ello, como Jodie Taylor. Siobhan Chamberlain ha vestido los guantes en dos de los tres partidos en detrimento de Karen Bardsley, presunta titular el próximo verano en Holanda. Pruebas con las laterales Lucy Bronze y Demi Stokes, a veces con más libertad de ataque y largo recorrido y en otras ocasiones más ancladas en zonas defensivas. También ha habido momentos de presión asfixiante a la salida del balón del rival con buenos resultados, como el premio del gol ante Francia.
Precisamente fue ante las galas el primer encuentro de las inglesas, en el que el físico tuvo un papel decisivo. Francia tuvo más posesión, corrió más y llegó más fuerte al tramo final del partido. Jordan Nobbs, titular y brillante en los tres encuentros, inauguró el marcador con un disparo exterior. No fue hasta el minuto ochenta cuando Marie Laure Delie igualó el marcador, y cinco minutos después de los noventa Wendie Renard desequilibraba el asunto para las del gallo.
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La explosión llegó en el segundo partido. Inglaterra obtuvo una victoria histórica en tierras americanas, en el frío de New Jersey, ante las actuales campeonas del mundo. Un partido igualado, con ocasiones repartidas y que decidió la suplente Ellen White, que saltó desde el banquillo sustituyendo a Toni Duggan. White aprovecho el empeño de las defensoras estadounidenses de despejarse una a la otra y acabó celebrando el gol poniéndose las gafas. Resultado lleno de moral y felicidad.
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En el tercer partido, Alemania demostró el potencial de su gran juego combinativo con el gol de Anja Mittag. Las germanas fueron algo superiores aunque las botas de Duggan, Jodie Taylor y White gozaron de buenas ocasiones para el empate. La jugadora del Birmingham White fue de nuevo un gran revulsivo cuando saltó al terreno de juego, aunque en esta ocasión no se calzó las lentes, sin duda su desparpajo y versatilidad van a dar grandes opciones a las Lionesses en el Europeo.
Con la victoria en el último partido ante las anfitrionas, Francia se adjudicó el torneo con siete puntos. Alemania obtuvo la plata con cinco e Inglaterra y Estados Unidos empataron a puntos con una victoria por bando.
Una victoria y buenas expectativas para continuar con el trabajo: Inglaterra regresa a casa para jugar dos amistosos ante Italia y Austria a principios de abril, un par de semanas antes del pitido inicial para las Spring Series y justo después de la resolución de la eliminatoria de cuartos de final de la Champions League femenina entre el Manchester City y el Fortuna Hjorring. Una primavera cargada de flores y de eventos importantes para el fútbol de Brexitlandia, el de balonazos largos y pastos muy verdes.
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