Alvaro Oleart

10 reflexiones tras el fin de semana

La liga española sigue siendo aburrida. La Premier League sigue siendo entretenida. Luis Suárez y Daniel Sturridge siguen haciendo goles, pero Romelu Lukaku no es menos. Si fuera por Allardicini, los dinosaurios participarían en la Champions League. Mourinho de Calcuta, Dr. Jekyll y Mr. Hyde y mucho más.

 
El tweet de la semana
 

Dice Wenger que su equipo jugó con el freno de mano puesto en Old Trafford. Y con Kolo Touré, Phil Dowd y Micah Richards en el maletero.

— La media inglesa (@LaMediaInglesa) noviembre 22, 2013

 
1.- El circo Mourinho y la responsabilidad social (1)
 
El responsable de conceder un inexistente penalti al Chelsea en el último minuto frente al West Brom (que les dio el definitivo 2-2), Mike Riley, telefoneó al técnico agraviado, Steve Clarke, para pedirle disculpas. Tan simple como un «lo siento». Reconocer un error es el acto más honorable que un hombre puede llevar a cabo. Sobre todo si el oficio de la persona que comete tal acto es árbitro de fútbol. Es mucho más fácil usar la estrategia Mourinho, consistente en escurrir el bulto, esconder la cabeza bajo el ala y culpar a cualquier otra persona de los errores. En un alarde de su ya habitual victimismo, el poco (o nada) honorable entrenador del Chelsea criticó la llamada: «Yo no recibí una llamada por haber señalado una falta inexistente que desembocó en el segundo gol (del West Brom). Nadie se disculpó conmigo por el penalti contra el Everton». Preguntado por si alguna vez recibió una llamada de ese tipo en su carrera, dijo que «si hicieran eso, durante mi carrera, mi teléfono estaría muy, muy ocupado». Para culminar su actuación, Mourinho criticó al defensa de los Baggies, Jonas Olsson, al que supuestamente el portugués comparó con Mickey Mouse en el túnel de vestuarios tras el partido: «Los grandes jugadores, entrenadores y clubes no hablan sobre lo que pasa en el túnel». Finalizado su espectáculo en ese circo conocido como rueda de prensa, Mourinho disfrutó de una cómoda victoria del Chelsea frente a un pobre West Ham. Hazard, Lampard y Oscar estuvieron fantásticos. El mejor jugador del Chelsea, Juan Mata, no jugó un solo minuto.
 
2.- El circo Mourinho y la responsabilidad social (2): ¡Viva Mourinho de Calcuta!
 
Olvidémonos de que se trata de fútbol. Personas que disponen de una audiencia global como la de Mourinho, ¿no deberían tratar de dar ejemplo? ¿No tienen una responsabilidad moral con la sociedad? Se podría simplemente ignorar a Mourinho, pero la falta de valores es tan alarmante que hace falta combatir la actitud de uno de los hombres más famosos del mundo. Claro que por la misma regla de tres habría que combatir a los políticos corruptos, a los presidentes que se embarcan en un guerras sin ton ni son en la otra punta del mundo y a tantos otros. Nos conformaremos con Mourinho, de momento.
 
No podemos cambiar a Mourinho. Pero sí podemos cambiar la perspectiva desde la que lo juzgamos. Mourinho, de hecho, podría ser el perfecto anti-paradigma. El anti-ejemplo. Además, es un anti-ejemplo divertido. María Teresa de Calcuta podría ser un ejemplo de caridad y solidaridad, pero,si hubiéramos tenido que elegir entre ella y Mourinho para tomar una cerveza, ¿a quién hubiéramos elegido? Seguro no a ella. Desgraciadamente, los hombres (y mujeres) más buenos en la Tierra suelen ser al mismo tiempo los más aburridos. Con Mourinho tenemos la oportunidad ideal: un verdadero payaso (en el sentido lúdico del término) y un (anti) ejemplo. ¡Viva Mourinho!
 
3.- ¿Dinosaurios en la Champions? Todo sería posible con Allardicini
 
«Si mi nombre fuera «Allardicini» (en referencia a Roberto Mancini, exentrenador del Manchester City), sería entrenador de uno de los cuatro mejores. Si dirigiera al Inter de Milán o al Real Madrid, ganaría la liga cada año». Estas palabras fueron pronunciadas hace algún tiempo por Sam Allardyce. Visto el partido que jugó su West Ham el sábado, ¿quién lo habría dicho?. De haber estado más acertado el Chelsea, a los Hammers les podrían haber caído media docena de goles. Los de Allardyce sólo han cosechado 10 puntos en 12 partidos, se encuentran empatados con el Fulham (el equipo que marca la zona de descenso) y sólo aventajan en tres puntos al colista de la liga, el dramático Sunderland. Si a los pésimos resultados le sumamos el feo y prehistórico estilo de juego propuesto por Allardyce, me pregunto qué hubiera ocurrido si Allardicini hubiera dirigido a un equipo como el Manchester United. Tal vez habríamos presenciado un hito: ¡ver dinosaurios recorriendo los estadios más prestigiosos de la Champions League! Maldita sea, ¡Allardyce al Manchester United!
 
4.- ¿Inglaterra o España? Yo lo tengo claro (1)
 
FC Barcelona 4-0 Granada. Almería 0-5 Real Madrid. Atlético de Madrid 7-0 Getafe. 23 puntos diferencian al primero, el Barcelona, del 8º, el Valencia. 7 de los 9 máximos goleadores de La Liga pertenecen a 3 equipos (no hace falta ni nombrarlos). A pocos debe extrañar que el entrenador del Getafe, Luis García, dijera que «esta liga (la española) es muy aburrida: 4-0 el Barça, 0-5 el Madrid y 7-0 aquí; hay mucha diferencia entre estos tres y el resto». En la misma línea se pronunció Lucas Alcaraz, entrenador del Granada: «Se hablaba de bajas en un equipo de 590 millones y que alineó a cinco campeones del mundo cuando nuestro presupuesto es de 33. Espero que ahora se hable de las bajas que tendrá el Granada».
 
5.- ¿Inglaterra o España? Yo lo tengo claro (2)
 
Por contra, si bien esta jornada no ha deparado resultados demasiado equitativos, el talento está mucho más repartido. Los mejores jugadores de la Premier no están concentrados en dos o tres equipos. Romelu Lukaku, un delantero que sería titular en prácticamente cualquier equipo de Champions League, juega en el Everton, sexto clasificado. El Tottenham, 9º clasificado y humillado por el Manchester City, ha invertido más de 100 millones de euros este verano (aunque para ello haya tenido que vender a Gareth Bale). La diferencia entre el 1º y el 8º clasificado es de 8 puntos. La diferencia entre el 2º y el 8º es de 4 puntos. Sólo hay dos equipos que repitan en la lista de los 9 máximos goleadores (Liverpool y Arsenal), por la cual cosa encontramos jugadores de 7 equipos diferentes.
 
El Balón de Oro no viajará a Inglaterra este año y quizá tampoco el siguiente. Se podrían mejorar muchas cosas: la escasa participación de los aficionados en las decisiones del club, la falta de oportunidades para los jugadores ingleses, la venta de clubes históricos a millonarios que menosprecian la tradición del club… Pero en la ecuación calidad-competitividad, la Premier League no tiene rival. El Everton-Liverpool fue el perfecto ejemplo: dos equipos que no compiten en Europa disputaron un competidísimo partido lleno de goles en medio de un ambientazo, provocado por una hora bien elegida (las 12.45 locales) y unos aficionados fantásticos. 
 
6.- Este Arsenal va en serio: buen mal partido
 
El Arsenal no fue mejor que el Southampton. O, como mínimo, no fue mucho mejor. ¿La diferencia? La efectividad. Y la suerte. Los Gunners hicieron un buen partido, pero podrían no haber ganado. Rickie Lambert literalmente no dio pie con bola, mientras que Artur Boruc, como ya ocurrió frente al Stoke City, hizo el ridículo. Este tipo de partidos son los que hacen ganar a un equipo la Premier. El nivel de un equipo no se mide cuando juega bien, sino cuando juega mal. Mesut Özil, Santi Cazorla, Jack Wilshere, Mikel Arteta y Aaron Ramsey tuvieron un partido más o menos discreto. Pero estando regular ellos, estando fantásticos Laurent Koscielny y Per Mertesacker, y con un poco de suerte y de perseverancia por parte de Olivier Giroud, ganaron con relativa comodidad al Southampton.
 
7.- El misterio de Liverpool continúa
 
Se suponía que el derbi de Liverpool iba a darnos pistas sobre qué equipo de Merseyside acabaría más alto en la tabla. Sin embargo, el efecto ha sido el contrario. La calidad de Romelu Lukaku, Kevin Mirallas, Ross Barkley, Leighton Baines y compañía es perfectamente comparable con la de Luis Suárez, Philippe Coutinho, Steven Gerrard y Daniel Sturridge. De hecho, a juzgar por el encuentro del sábado, quizá el Everton mereció más la victoria, aunque quedará en misterio qué hubiera ocurrido si Sturridge hubiera jugado como titular en lugar de Jordan Henderson. Si a ambos equipos les respetan las lesiones, tendremos misterio de Liverpool para rato.
 
8.- No diga Manchester City, diga Dr. Jekyll y Mr.Hyde
 
La diferencia de goles con la que cuenta el equipo más ofensivo de la Premier League es +22. La diferencia de goles del Manchester City como local es +24, tras seis victorias en seis partidos en el Etihad. Se trata de un equipo que ha ganado todos sus partidos en el Etihad por más de un gol, incluyendo goleadas a Newcastle (4-0), Manchester United (4-1), Norwich (7-0) y Tottenham (6-0). Sin embargo, fuera de casa, ha cosechado cuatro tristes puntos (una victoria y un empate en seis partidos). Es difícil explicar el porqué, pero una cosa es segura. Si Álvaro Negredo, Sergio Agüero, Jesús Navas y Yaya Touré siguen jugando juntos, poco tardarán las cosas en enderezarse para los Citizens. 
 
9.- El equilibrio no es siempre un amigo
 
Una diferencia de goles de -3 es muy pobre para un equipo que ha invertido 100 millones de libras este verano. Con la marcha de Gareth Bale, los Spurs no sólo han perdido gol, sino que han perdido a un líder. Este Tottenham es un equipo demasiado equilibrado: nadie se alza y toma la responsabilidad del equipo como lo hacía Bale la temporada pasada. Incluso con un mal partido, no hay culpable. Todos estuvieron fatal. Empezando por Jan Vertonghen y Hugo Lloris, y acabando por Erik Lamela y Roberto Soldado. Andros Townsend dio un paso adelante hace un mes, cuando lideró al equipo frente a Aston Villa y Hull. Ayer vio desde el banquillo cómo humillaban a sus compañeros. A todos los jugadores del Tottenham les quema el balón. Eso sí, por igual. El equipo es equilibrado, demasiado equilibrado. 
 
10.- ¡Esto con Ferguson no pasaba!
 
¿Cuántas veces hemos visto al Manchester United jugar un partido mediocre y ganar? Ese era el sello de Sir Alex Ferguson: un equipo sólido en defensa, sin centro del campo pero con una puntería y efectividad impresionante. El estilo de David Moyes en estos primeros meses al frente del United se parece mucho a los tiempos de Ferguson. Sólo hay una diferencia: con Ferguson, el United ganaba. Jugaba sin la estética de los equipos de Pep Guardiola, pero ganaba. Con Moyes, el United igual de austero, pero más vulnerable. Tom Cleverley y Chris Smalling no sirven para un equipo de Champions, Rio Ferdinand y Jonny Evans cada vez menos, y Marouane Fellaini juega fuera de posición. Y sin Michael Carrick, el único jugador que da un poco de equilibro al equipo, los Red Devils son un buque a la deriva. La realidad es que Robin Van Persie (baja para el partido frente al Cardiff) y Wayne Rooney (que frente al Cardiff debió haber sido expulsado antes de anotar el primer gol del encuentro por una agresión estúpida que se quedó sin sanción) están demasiado solos. El inglés hizo un partido excelso, pero ni así pudo ayudar a su equipo a ganar el encuentro, empatado por Kim en el último minuto en una jugada a balón parado. De seguir así, los de Moyes van a sufrir para quedar entre los cuatro primeros clasificados de la Premier League. Antes, los Red Devils ganaban partidos en los últimos minutos. Ahora ocurre lo contrario. Fergie se ha llevado consigo el Fergie Time. Y quizá también la Champions League. 
 

Sobre el autor

Alvaro Oleart