Thomas Vermaelen y Luis Suárez han ganado más ligas esta tarde que Arsenal y Liverpool juntos en los últimos diez años.
— La media inglesa (@LaMediaInglesa) Mayo 17, 2015
1. Sabiduría popular
Steven Gerrard disputó su último partido en Anfield como jugador del Liverpool. Para celebrar tal efemérides, su equipo le tributó una actuación coherente con el último año en Premier League. Los Reds volvieron a cometer los mismos errores a los que nos tienen acostumbrados. Con Daniel Sturridge permanentemente lesionado y Mario Balotelli en paradero desconocido, Raheem Sterling volvió a jugar en punta. El inglés, que es el mejor jugador del equipo a día de hoy, pierde peso en esa zona. En el centro del campo, Jordan Henderson sigue sin ser capaz de hacerse con el control del juego, como le recordaron los aficionados del Crystal Palace, que le dedicaron un «You are just a shit Steven Gerrard». Al final, el Palace, que a día de hoy es un equipo bastante más en forma que el Liverpool, se impuso por 1-3. Brendan Rodgers seguirá la próxima temporada. Pero como no acierte con los fichajes en verano, no llegará a Navidad.
2. La teoría de la manta
Tim Sherwood es un tipo excéntrico, entretenido y partidario del fútbol ofensivo. Desde su llegada, el Aston Villa ha recuperado la alegría y ha recordado cómo marcar goles, una buena costumbre que había desaparecido bajo las órdenes de Paul Lambert. Pero ya conocemos la teoría de la manta: cuando te cubres la cabeza, dejas los pies al descubierto y viceversa. Sherwood ha puesto el énfasis en el ataque y ha descuidado la defensa. Para beneficio de Sadio Mané, que el sábado marcó el hat-trick más rápido de la historia de la Premier League. Menos de tres minutos tardó el delantero del Southampton en endosarle otros tantos goles al Villa y sentenciar el encuentro de St. Mary’s. A pesar de la abultada derrota, el Villa está salvado y tendrá dos semanas para preparar la final de la FA Cup contra el Arsenal. Esta temporada todavía puede acabar en éxito rotundo para los Villanos, aunque Sherwood deberá prestar algo más de atención a su retaguardia.
3. Bye-bye, David
Los primeros meses de David De Gea en Inglaterra no fueron sencillos. Protagonizó un incidente en un centro comercial, del que se marchó sin pagar un donut (algo que le valió el que sigue siendo su apodo a día de hoy en el Daily Mirror -De Donut-) y sudó la gota gorda para acostumbrarse a la intensidad del fútbol inglés. Durante meses, cada centro lateral y cada balón en largo le hacían temblar como una hoja movida por el viento. Pero a base de trabajo acabó por adueñarse de la portería de Old Trafford y convirtiéndose en un pilar del equipo. Esta temporada ha sido sin duda el mejor jugador del equipo. Y justo cuando está en su mejor momento, se marcha. Así lo admitió Louis van Gaal tras el empate ante el Arsenal (durante el cual salió lesionado, por cierto): «Un gran club le quiere. Él es español y su novia también. Pero no le pondremos las cosas fáciles. Y nunca le darán el cariño que le dan aquí». Traducción: De Gea fichará por el Real Madrid pero intentaremos sacar tajada.
4. ¿El técnico del año?
Llevamos semanas discutiendo sobre quién ha sido el mejor entrenador del año. ¿Garry Monk por conducir al Swansea a la mejor temporada de su historia en Premier? ¿El campeón José Mourinho? ¿Alan Pardew? ¿Ronald Koeman? Kasper Schmeichel tiene otro candidato: «El entrenador ha estado genial. Es el mejor que he tenido. Todo el mundo sabe que el Nigel Pearson que ve la gente y el Nigel Pearson que nosotros vemos son dos personas completamente diferentes. Es una persona carismática, un líder natural. Tiene mucho sentido del humor y una energía que transmite al equipo. Su entusiasmo por el fútbol es contagioso. Para mí, es el entrenador del año. Me enorgullece tenerlo como mi entrenador». Pearson, que ha protagonizado varios incidentes durante la temporada (con sus propios aficionados, con jugadores rivales como James McArthur…) es el único que siempre ha creído en su equipo y su fe le ha dado frutos. El Leicester ha sumado 19 de los últimos 24 puntos (seis victorias, un empate y una derrota ante el Chelsea) y se ha salvado con una semana de antelación. Pocos lo habrían imaginado. Uno de ellos se sienta en el banquillo del King Power.
5. Mourinho y los jóvenes
José Mourinho afirmó antes del partido ante el West Bromwich que la presencia de Ruben Loftus-Cheek en el primer equipo del Chelsea (con el que entrena desde enero) hará más por los jugadores de la academia del club que las victorias de esta temporada en la FA Youth Cup o la UEFA Youth League. Mourinho argumentó que el club está trabajando en la dirección correcta y afirmó que los fichajes del verano no deberían impedir la irrupción de jóvenes como Loftus-Cheek en el primer equipo. Sin embargo, los datos no respaldan la visión del técnico portugués: el último jugador formado en el club que se hizo un hueco en el primer equipo fue John Terry y el club sigue fichando jóvenes extranjeros, como el brasileño Nathan de Souza, que dificultan todavía más el paso de los equipos sub-18 o sub-21 al primer equipo. Mourinho defiende el proceso implantado en el Chelsea: «Los mejores jóvenes de la academia tienen la oportunidad de entrenar con el primer equipo, luego se marchan cedidos a un buen equipo de una liga potente y finalmente vuelven. Si tienen nivel para el primer equipo, se quedan. En caso contrario, se vuelven a marchar cedidos». El caso es que ninguno logró nunca hacerse un hueco en el primer equipo.
6. Un ¿adiós? agridulce
Tras el gol de la victoria de Lukaku ante el West Ham, hizo acto de presencia una pancarta exigiendo la marcha de Sam Allardyce, que acaba contrato en verano. La mayoría de los aficionados Hammers pareció concordar. La sensación es que el partido en Newcastle de la próxima semana será el último de Big Sam al frente del club tras cuatro años. El club ya está buscando sustitutos: Slaven Bilic, Steve McClaren e incluso Rafael Benítez han sonado para el puesto. Pero no deberíamos olvidar los méritos de Allardyce: devolvió al club a la Premier League a la primera y le ha mantenido sin apuros cada temporada. «Creo que el mundo del fútbol tiene una memoria muy corta», dijo Allardyce. «Solo importa lo que pasó hace dos semanas o lo que sucederá la próxima». Tiene razón pero tampoco debemos olvidar que el West Ham era cuarto en Navidad pero tras la derrota ante el Everton ha caído hasta la undécima posición. Un lento y constante declive que ha sido incapaz de detener, dañando sus posibilidades de renovar contrato. Lo cierto es que los propietarios, David Gold y David Sullivan esperaban un progreso esta temporada. El juego del equipo lo ha hecho pero los resultados no. Una temporada más, el West Ham acabará en mitad de tabla. La pregunta es: ¿es eso lo máximo a lo que puede aspirar?
7. Wenger 1-Van Gaal 0
Suele acusarse a Wenger de rigidez táctica y de carecer de la capacidad para influir sobre el devenir de los partidos. En cambio, Louis van Gaal pasa por ser el adalid de la flexibilidad y la imaginación cuando se trata de disponer sus piezas sobre el tablero. El choque entre Manchester United y Arsenal en Old Trafford demostró más bien lo contrario. El Manchester United dominó la primera parte principalmente porque el Arsenal así lo quiso, replegando y cediendo la iniciativa al rival con la esperanza de hacer daño al contragolpe. El resultado fue que, por primera vez en más de una década, el Arsenal no disparó ni una vez en toda la primera parte en liga. Sin embargo, el Arsenal se recuperó. Wenger introdujo a Jack Wilshere por un raramente desacertado Santi Cazorla y Theo Walcott entró por Héctor Bellerín. Francis Coquelin pasó al lateral derecho y Ramsey, que comenzó en la derecha, regresó a su posición favorita en el centro. El Arsenal empató con fortuna pero estuvo más cerca de ganar el encuentro que su rival en la recta final. Sin embargo, Wenger se dio por satisfecho con el empate y acabó sustituyendo a Alexis Sánchez por Mathieu Flamini. Un enfoque pragmático inusitado en el Wenger de antaño y cada vez más común en el actual que convierte a los Gunners en candidatos a la próxima liga.
8. ¿Qué pasa con los jóvenes británicos?
Esta semana conocimos que Jake Livermore (Hull City, Premier League) había sido suspendido cautelarmente tras dar positivo por cocaína. El fin de semana se sumaron los casos de Aaron McCarey (Wolves, Championship) y Jose Baxter (Sheffield United, League One), que también dieron positivo por drogas. El caso de estos tres jóvenes se suma a las fotos de otros como Jack Grealish, Jordon Ibe y Raheem Sterling fumando el tristemente conocido como «gas de la risa» esta temporada. Son ya muchos casos como para considerarlos como casos aislados. El problema radica en la educación y entorno de estos muchachos. Muchos clubes europeos se enorgullecen de la formación que dan a sus jóvenes. La realidad es que esa formación es escasa, pobre e incompleta. La mayoría de esos chicos abandonan a sus familias a edades muy tempranas, así que se quedan sin modelos o referencias que seguir. Además, reciben cantidades muy elevadas comparados con chicos de su edad. Los clubes deberían crear un entorno positivo y seguro para esos chicos y garantizar que se forman en los valores del sacrificio, el trabajo y la honestidad. Es fácil de decir y no tan difícil de hacer. ¿Cómo? Colocándoles en casas de acogida, obligándoles a trabajar en los clubes por las tardes, asignándoles tutores dentro del primer equipo. Y hay muchas más vías. Pero es más fácil dejarles a su suerte. Es el proceso de selección natural del fútbol. Michael Johnson o Ronnie Wallwork saben algo al respecto.
9. La difícil vida del portero o qué fue de Jack Butland
Jack Butland se dio a conocer como portero del Birmingham en segunda división. Sus actuaciones provocaron que el Stoke City le fichara adelantándose al interés de otros clubes de la Premier League. La idea era que se convirtiera en el sustituto de Asmir Begovic, que sonaba entonces para la mitad de las porterías de la liga. Pero Begovic no se marchó y Butland emprendió un periplo de cesiones que le llevaron a Barnsley, Leeds y Derby. Ante el Burnley y con nada en juego, Mark Hughes optó por darle la titularidad por tercera semana consecutiva y Butland fue el mejor de su equipo y el principal responsable de que el Stoke abandonara Burnley con un punto en el zurrón. A sus 22 años, llegó el momento de que Butland compita por la titularidad en un equipo de la Premier o se arriesgue a quedarse estancado. Pero lo cierto es que solo hay 20 porterías en la Premier League y adueñarse de una de ellas es muy complicado. Que se lo digan a Petr Cech, Víctor Valdés o Wojciech Szczęsny.
10. El infierno es cosa de tres
Hull, Sunderland y Newcastle se jugarán el descenso en la última jornada. Las posibilidades del Hull pasan por ganar en casa al Manchester United y esperar que el Sunderland pierda en el Emirates el miércoles y en Stamford Bridge la última jornada o el Newcastle no gane al West Ham en St James’ Park. Desde luego, los Tigers son los favoritos al descenso pero no sería descartable que acabara saltando la sorpresa. Pero, ¿cuál de los tres ha hecho más méritos para descender? Veamos. El Hull fichó en verano a todos los jugadores profesionales que se le pusieron a tiro, incluido Hatem Ben Arfa (sic). Su juego ha sido triste y lleva semanas sin dar signos de vida. Pero al menos se puede argüir que es solo su segunda temporada consecutiva en Premier y es un club pequeño. Sunderland y Newcastle no tienen esa excusa. Son clubes de enorme potencial que han vivido muchas temporadas en la máxima división. Además de eso, comparten varias similitudes: una afición beligerante y exigente, un dueño poco interesado en el devenir del club y una afición desmedida por despedir entrenadores. ¿Sería mucho pedir que descendieran los dos?