Si Andy Carroll y Nikica Jelavic intentan el penalti de Messi, acaba en gol en propia puerta.
— La media inglesa (@LaMediaInglesa) febrero 14, 2016
Las victorias de Arsenal y Tottenham el domingo han clarificado la lucha por el título. En primer lugar, han dejado al Manchester City prácticamente fuera de la pelea. Los Citizens se encuentra a la misma distancia del líder Leicester que del quinto clasificado, el Manchester United: seis puntos. La expulsión de Danny Simpson dejó al descubierto todas las vergüenzas del Leicester, a saber, una plantilla muy corta y con un banquillo carente de calidad para competir por la liga. Así las cosas, la liga parece un duelo fratricida entre los dos equipos del norte de Londres. Aunque el Tottenham suma cinco victorias consecutivas y tiene una mejor diferencia de goles (+27) que el Arsenal (+18), los Gunners se antojan como los claros favoritos al título, por calidad y profundidad de plantilla. A excepción de Tomas Rosicky, para cuando la liga retome su curso a finales de mes, Arsène Wenger podría tener ya a todos sus jugadores entrenando con normalidad. Y un Arsenal sin lesiones apunta a un Arsenal campeón.
La victoria in extremis en el minuto 94 provocó el gozo y la algarabía de los aficionados del Arsenal como si de una final se tratara. Pero en la derrota, conviene no olvidar los méritos del Leicester. El equipo que Ranieri costó 22,5 millones de libras, la mitad que Mesut Özil. Y hasta la expulsión de Danny Simpson al comienzo de la segunda parte, los Foxes parecían más cerca del triunfo que sus rivales. La tarjeta roja del lateral derecho inglés obligó a Ranieri a retirar a Riyad Mahrez para dar entrada a Macin Wasilewski, un central polaco de 35 años que acabó cometiendo una falta innecesaria que desembocaría en el gol de Danny Welbeck. La derrota supondrá un duro revés anímico para los Foxes. Pero pueden irse una semana de vacaciones con la cabeza alta.
“Para evitar las especulaciones, consideramos que es mejor anunciar públicamente que Pep Guardiola será el entrenador las próximas tres temporadas”, rezaba el comunicado del Manchester City en el que anunciaba el relevo en el banquillo de este verano. Si el objetivo era permitir a Manuel Pellegrini trabajar con calma en estos cuatro meses de competición restantes, la cosa no ha acabado de salir como el club planificó. Los medios llevan desde entonces especulando sobre los cambios en la plantilla y sobre el futuro del propio Pellegrini. El equipo ganó 0-1 en Sunderland pero ha sumado dos derrotas consecutivas en casa (1-3 ante el Leicester y 1-2 ante los Spurs) que prácticamente le han apeado de la lucha por el título. Los Citizens siguen vivos en cuatro competiciones pero nadie lo recordará si el equipo no acaba conquistando ninguna.
El penalti de Nacho Monreal sobre Jamie Vardy generó cierta controversia en las redes sociales, al igual que sucedió luego (aunque en menor medida, que para eso hay menos aficionados del Leicester) con la expulsión de Danny Simpson. Algunos se apuraron en indicar que la razón era una supuesta inquina de Martin Atkinson contra los Gunners. En el Etihad, Pellegrini se quejó amargamente del penalti que señaló Mark Clattenburg por manos de Raheem Sterling y que supuso el 0-1 para los Spurs. El propósito de estas reflexiones no es añadir polémica o resolver las dudas arbitrales. Pero sí reflexionar, en este caso sobre el arbitraje. Que es una labor muy compleja y más en dos partidos en los que se está dilucidando la liga. La velocidad del juego, la intensidad de los duelos y la presión que rodea al encuentro incrementan exponencialmente la dificultad para los colegiados. Que se equivocan, sí. Pero no por un oscuro complot contra tú equipo. Sino porque son humanos y esta es la liga más difícil de arbitrar del mundo.
Marouane Fellaini no formó parte de la convocatoria del Manchester United que cayó estrepitosamente en Sunderland el sábado por 2-1. Una ausencia sorprendente considerando que Louis van Gaal parecía haber hallado su once y el belga era parte fundamental del mismo. Tras el partido, le preguntaron al técnico holandés los motivos de la ausencia pero su respuesta fue ambigua. A la pregunta de si está lesionado, Van Gaal respondió: “Más o menos, ha jugado muchos partidos y tenía que rotar”. Ese mismo día, The Sun publicaba que el belga se había visto envuelto en un altercado a altas horas de la madrugada en un local nocturno londinense, lo cual explicaría su ausencia. Sea como fuera, Morgan Schneiderlin sustituyó al belga en el único cambio en el once que había estado a punto de llevarse la victoria de Stamford Bridge. El francés fue uno de los mejores de su equipo pero no pudo evitar una derrota que permite a Southampton, West Ham y Liverpool colocarse a tres puntos de los Red Devils.
Guus Hiddink solo ha perdido uno de los 22 partidos de Premier League en que ha dirigido al Chelsea. Fue contra los Spurs en su primera etapa. Aparte de esa derrota, el holandés suma 14 victorias y 7 empates, lo cual representa un porcentaje de victorias del 64%. Los Blues están invictos desde que llegó, Diego Costa parece haber recuperado su instinto y el equipo está recuperando la ferocidad de la temporada pasada, cuando se paseó hasta alzarse con la liga. A pesar de la mejoría, el Chelsea no tiene ya objetivos en la liga, tan lejos de Europa como del descenso. Así que Hiddink deberá centrarse en Champions League y FA Cup. Lo cual significa que se encuentra ante una semana crucial: el martes viaja a París para enfrentarse al PSG en la ida de los octavos de final de la competición continental y el domingo recibe al Manchester City en la Copa inglesa. Dos eliminaciones dejarían al equipo sin objetivos por los que luchar en lo que resta de temporada y posiblemente frente a un futuro inmediato sin competiciones europeas.
“Hoy no es día para cantar canciones, el Aston Villa es un club histórico que está atravesando un momento difícil”, dijo un elegante Jürgen Klopp tras vencer por 0-6 en Villa Park. Fue un domingo nefasta para el club de Birmingham: el Liverpool, con un renqueante Sturridge al frente, venció sin despeinarse por 0-6; Kolo Touré marcó su primer gol en liga en más de cinco años; y, para colmo, tras el partido, Joleon Lescott respondió a los insultos de algunos aficionados publicando en Twitter una foto de un coche de lujo. Lo mejor que le puede suceder al Villa es consumar su descenso cuanto antes y comenzar a preparar la próxima temporada en segunda división.
Hace algunas semanas, el Norwich dejó escapar un 3-1 ante el Liverpool y acabó sucumbiendo por 4-5 en el tiempo de descuento. Este fin de semana, desaprovechó un 2-0 ante el West Ham y acabó sumando solo un punto. Un equipo que está luchando por esquivar el descenso no puede cometer esos errores. Los Canaries han sumado solo un punto de los últimos 18 posibles y solo siguen fuera del descenso gracias a su mejor diferencia de goles respecto al Newcastle. Aunque el equipo de Alex Neil se reforzó en enero con los fichajes de jugadores contrastados como Ivo Pinto, Steven Naismith, Matt Jarvis o Patrick Bamford, Newcastle y Sunderland hicieron lo propio y ahora mismo parecen mejor equipados para encarar este tramo final de liga. En las tres próximas jornadas, los Canaries viajarán a Leicester y recibirán al Chelsea antes de desplazarse a Gales para enfrentarse al Swansea en un duelo directo por el descenso donde, para entonces, puede que ya estén sumidos de lleno.
“El fútbol es un estado de ánimo”, solía decir Jorge Valdano. Dos equipos pueden dar fe de ello en la actual Premier League. El primero es el Southampton, que ha sumado 16 de los últimos 18 puntos posibles (incluyendo una victoria en Old Trafford y un empate en el Emirates) que le han aupado al sexto lugar, a solo un punto del Manchester United y siete de los puestos de Champions. La clave de esa racha tiene nombre y apellidos: Fraser Forster. El guardameta suma más de diez horas sin encajar un gol en Premier League y su regreso tras una larga lesión ha supuesto un espaldarazo para el equipo de Ronald Koeman. Forster está haciendo méritos más que suficientes para disputarle el puesto a Joe Hart en la portería inglesa este verano. En el otro extremo se encuentra el Crystal Palace, que lleva nueve partidos sin conocer la victoria. Las bajas de Yohan Cabaye y Yannick Bolasie, y la falta de puntería de sus delanteros han llevado al equipo de Pardew hasta la decimotercera posición, ya sin aspiraciones reales de competir por Europa. Y eso que Emmanuel Adebayor marcó y ya suma tantos goles como todos los demás delanteros del Palace esta temporada.
Si el domingo fue revelador en la parte alta, el fin de semana lo fue en la parte baja. Las victorias de West Brom y Chelsea les alejan del descenso, que se dirimirá entre seis equipos: Bournemouth, Swansea, Norwich, Newcastle, Sunderland y Aston Villa. Los últimos parecen condenados, así que los otros cinco equipos tratarán las otras dos plazas de descenso. El Norwich es el equipo que arrastra una peor racha de los cinco y parece condenado a caer tarde o temprano. La lucha entre el resto podría prolongarse hasta la última jornada o incluso decidirse por la diferencia de goles, donde el Newcastle acumula un salto negativo de -22. El 5-1 de Stamford Bridge y sobre todo la forma en que se produjo no invita al optimismo en St. James’ Park.