Alvaro Oleart

10 reflexiones tras el fin de semana

La Premier League es una liga fantástica, que sin embargo tiene a algunos bandidos en ella. Todos sabemos su nombre. En la otra cara de la moneda, tiene a personas que proporcionan un placer impagable a los aficionados como Malky Mackay y Ross Barkley. Y luego está Suárez, que uno ya no sabe si es un bandido que se autoexpulsa o un genio que ayuda a sus compañeros. Sólo seis puntos separan al 1º del 7º. ¡Y se viene el Boxing Day!  

 

«¿Es este el deporte de la clase trabajadora?», se pregunta la pancarta. No, les respondo yo. Hace tiempo, además.

— La media inglesa (@LaMediaInglesa) diciembre 21, 2013

 
1.- El Capitán Suárez: ¿las personas cambian?
 
Luis Suárez copa las portadas: 19 goles y cinco asistencias, cero mordiscos y cero insultos racistas en 12 partidos de Premier League. Sin embargo, si bien el uruguayo (el sábado de nuevo capitán del Liverpool ante la ausencia de Steven Gerrard) ha estado soberbio, la clave del momento que vive el Liverpool es la mejora de prácticamente todos los jugadores. Destacan Jordan Henderson y Philippe Coutinho, dos jugadores que simplemente parecen otros respecto a la temporada pasada. Suárez no solo está metiendo miles de goles, sino que está haciendo mejores a sus compañeros. Clara muestra de ello es la asistencia a Raheem Sterling para el 2-0 frente al Cardiff. ¿Será cierto que las personas cambian? 
 
2.- Malky Mackay: listo dentro y fuera del campo
 
Un millonario malasio le cambia los colores tradicionales al Cardiff. Despide al hombre de confianza del entrenador (Ian Moody) y presiona a Malky Mackay para que dimita, después de un trabajo extraordinario al frente de los ex-Blue Birds (ahora son rojos) desde 2011. ¿Seguro que es Mackay quien tiene que dimitir? Afortunadamente para los aficionados y para el fútbol en general, Mackay no cede a presiones. Sea como fuere, ya sabe que una derrota más será utilizada por Tan para destituirle. Sería un drama para el Cardiff, que tendría pie y medio en Championship. Lo saben los aficionados galeses y así se lo hicieron saber en Anfield. Pero no para Mackay. Es un fantástico entrenador y varios equipos de la Premier se pelearán por hacerse con sus servicios. 
 
3.- El fútbol, un deporte de ricos (1)
 
«¿Es éste el deporte de la clase trabajadora?», rezaba una pancarta que mostraron los aficionados del Crystal Palace en el partido frente al Newcastle. Es una reflexión interesante, aunque la respuesta es obvia: no. El fútbol ahora es propiedad de los Glazer, de Roman Abramovich, de Mike Ashley, de Vincent Tan, del jeque Mansour bin Zayed y otros parecidos. Algunos presidentes o propietarios, como Huw Jenkins en el Swansea, tienen sentido común. La mayoría, simplemente no. La prueba más evidente es el Mundial de Catar 2022. La vida en 2013 (y en 2014 no será diferente) tiene como dirigentes a personas elegidas no democráticamente. Es simple: quien tiene la pasta, tiene el poder. Las ideas Keynesianas de un estado poderoso que dirija la economía han sido reemplazadas por las neoliberales de Margaret Thatcher y Ronald Reagan. El fútbol no es una excepción. 
 
4.- El fútbol, un deporte de ricos (2)
 
La temporada pasada, Steve Clarke dejó al West Bromwich Albion en su mejor posición en liga desde 1981: 8º. Su trabajo fue fenomenal. Como primera experiencia en el puesto de primer entrenador, todo un éxito. Unos meses más tarde, con su equipo fuera del descenso, fue destituido. Se trata de una consecuencia del monopolio que los propietarios tienen en el mundo del fútbol. Ni siquiera un 10% de la afición habría apoyado la destitución de Clarke. Contrate a quien contrate el West Brom (suena Pepe Mel), difícilmente hará un mejor trabajo que Clarke. La Premier League debería contraatacar frente a esta situación. Salvo en unos pocos clubes (Arsenal, Swansea, Everton y ya veremos si Manchester United), la inestabilidad de los técnicos es brutal. Los aficionados sólo son vistos por los dueños como clientes. Y como buenos clientes, si no tienen dinero para pagar el valor de mercado de una entrada, no tienen derecho a ver a su equipo. Sabemos que la teoría económica de Milton Friedman de privatizar todo era puramente ideológica: de esta forma, los banqueros y hombres de negocios tendrían (y tienen) poder sobre los estados. Como personas y aficionados al fútbol, no deberíamos permitir que esto siga ocurriendo. El fútbol nació de sus aficionados y deben seguir siendo algo más que clientes.
 
5.- Wayne «Jeep» Rooney 
 
De haber jugado en el Bayern de Múnich o en el Barcelona, Rooney ya tendría algún Balón de Oro. Es un jugadorazo. Frente al West Ham jugó como medio centro defensivo, ofensivo, extremo y delantero. Y todo en 90 minutos. Es un auténtico todoterreno. Tiene gol, visión de juego, garra, no es egoísta… Danny Welbeck, Ashley Young y Adnan Januzaj fueron los autores de los goles, pero el mejor, con dos asistencias incluidas, sigue siendo Rooney. Sin él, el Manchester United podría estar hoy mucho más lejos de lo que ya está (seis puntos) del 4º clasificado.
 
6.- Afortunadamente para los Citizens, Pellegrini no es Mancini
 
Frente al Fulham, el City pareció encallado a falta de 20 minutos. Con 2-2, parecía que los Citizens iban a perder puntos fuera de casa una vez más. Pero los cambios de Pellegrini funcionaron: Jesús Navas y James Milner, ambos entrando desde el banquillo, fueron los autores de los goles Citizens. El chileno está empezando a enseñar el potencial de un Manchester City, que ya es segundo y probablemente el mayor favorito al título ahora mismo. En partidos como el de Craven Cottage es donde se ve la diferencia entre Pellegrini y Mancini: con 1-2 a favor, Mancini habría sacado a Rodwell. Pellegrini envió a la cancha a Navas por Dzeko. ¿El resultado? Tres puntos.
 
7.- El Southampton hace disfrutar incluso perdiendo
 
Premier League en estado puro es lo que vimos en el Southampton-Tottenham. ¡Qué partido! Adebayor se llevó las portadas tras sus dos goles, pero el recital que dio Adam Lallana será inolvidable. Rápido, hábil, ojos en la nuca, marca goles, da asistencias… Insisto en que este Southampton no es flor de un día. Sí, está cayendo en la clasificación, pero es un equipazo. Hace disfrutar a los espectadores y compite con todos los equipos. Incluso perdiendo, este Southampton da espectáculo. Los Saints deberían sin duda ser la base de la selección inglesa que viaje a Brasil. 
 
8.- Emmanuel Adebayor, ¿la solución?
 
«Pero André, ¡si tenías ahí la solución!», le debe haber dicho por teléfono Tim Sherwood a Villas-Boas tras la victoria del Tottenham. A los Spurs sólo les faltaba un poco de gol para meterse en la pelea por la Premier. ¿Ya lo han encontrado? Quizá. Adebayor en forma es sin duda uno de los mejores delanteros del mundo. Pero Adebayor fuera de forma (mental) es lo contrario: se autoexpulsa, no defiende y pasa a formar parte del equipo rival. Tim Sherwood ha conseguido enderezar al togolés por un partido. ¿Lo conseguirá para toda una temporada? Difícil. 
 
9.- Las risas de Goodison Park 
 
Cómo se deben estar riendo en Goodison Park al pensar que el Manchester United pagó 27 millones de libras por Fellaini. El belga será baja por lesión hasta febrero por una operación de muñeca. Con ese dineral, muy probablemente los Red Devils habrían podido fichar a otro jugador.
 
Ross Barkley puede comerse el mundo. Tiene la fuerza, el cerebro, la técnica y la determinación para ser el mejor jugador del país. También tiene la ingenuidad. En la entrevista tras el partido, le preguntaron si practica mucho los libres directos. Dijo que no. El fantástico Phil Jagielka, a su lado, susurró algo como «suerte que no los practicas». Desde Wayne Rooney, ningún otro jugador en la Premier tiene el potencial de Barkley. Tal y como he descrito a Rooney, describiría a Barkley. Puede jugar en todas las posiciones y tiene la determinación de un grande. Espero por el bien de Inglaterra que viaje a Brasil junto a la mitad del Southampton. Las opciones de Inglaterra serían infinitamente superiores. 
 
10.- Nada mejor que la Premier League. Por ahora.
 
Solo seis puntos separan al 1º del 7º en la Premier League. Hasta 9 equipos podrían entrar en la lucha por los puestos de Champions (no comenté nada del Newcastle, pero el Nouveau Château está con 30 puntos a solo seis del líder). Partidos como el Southampton-Tottenham, entre el séptimo y el octavo, se convierten en auténticos partidazos. Ninguna liga europea puede competir ahora mismo con la Premier. Pero ojo. No es algo eterno. Sobre todo si hombres como los anteriormente mencionados siguen controlando el futuro de los clubes. La Premier debe ser propiedad de los aficionados, no de rusos o malasios que ven en un equipo con más de 100 años de historia su juguete personal.
 

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Alvaro Oleart