Alvaro Oleart

10 reflexiones tras el fin de semana

En otra apasionante jornada de la Premier League, el gran protagonista ha sido Tom Huddlestone, que anotó el primer gol de su carrera con el Hull City el día de su cumpleaños. Anelka también fue protagonista, pero desgraciadamente no por sus dos goles. Comparten escenario con ellos los dueños de diferentes clubes de la Premier League que toman decisiones sin tener en cuenta las tradiciones y, sobre todo, a sus aficionados. El fútbol inglés sigue siendo el mejor del mundo, pero de seguir así podría comenzar un peligroso declive. 

 

«La Liga española es española, la alemana es alemana, la italiana es italiana, la francesa es francesa. La Premier es mundial».

— La media inglesa (@LaMediaInglesa) diciembre 29, 2013

 
1.- La Premier League toma una dirección delicada…
 
Llevamos seis destituciones en menos de cinco meses de Premier League. Jamás a estas alturas de Premier League habíamos alcanzado esta cifa. Además, hay algunos técnicos, como Chris Hughton o Sam Allardyce, en la cuerda floja. Para sustituir al fantástico Steve Clarke, el West Brom ha considerado como candidatos a José Luis Mendilíbar, Mauricio Pellegrino y Pepe Mel, tres hombres que nunca han tenido contacto alguno con el fútbol inglés y que no dominan el idioma. Esta situación es absurda. El cuarto entrenador de la Premier League que lleva más tiempo en su cargo (después de Arsène Wenger, Alan Pardew y Sam Allardyce) es Brendan Rodgers. El galés no lleva ni siquiera dos temporadas al frente del Liverpool. Destituciones como las de Malky Mackay y Steve Clarke han sido decisiones exclusivas de los propietarios de los clubes, en contra de lo que pensaban los aficionados y sin una base de resultados que las justificara. Hay que parar esto. Si queremos conservar la esencia del fútbol inglés, los aficionados deben hacer algo. De permitir que el dinero sea el único argumento para tomar decisiones, los aficionados perderán su entusiasmo, los estadios se vaciarán, los ingresos bajarán y la Premier League se convertirá en una liga aburrida. Es decir, se convertirá en la liga española. 
 
2.- ¿La solución? Una alianza jugadores-aficionados
 
Visto el total pasotismo e incluso descaro de FA, UEFA y FIFA para imponer un atisbo de moralidad en el mundo del fútbol, deberíamos ser los aficionados los que llevemos la batuta. Parece evidente que ninguna de estas organizaciones tiene el más mínimo interés en evitar la corrupción y el autoritarismo en el mundo del fútbol. Esta postura la demuestran el Mundial de Catar en 2022, las «entradas misteriosas» que vende la UEFA en las finales de la Champions League y el total neoliberalismo que se vive en Inglaterra con respecto a la propiedad de los clubes. Los clubes de fútbol ingleses ya no están formados por un grupo de aficionados al fútbol, sino por un rico propietario y miles de clientes que van a los partidos los fines de semana. 
 
Como si volviéramos al feudalismo como sistema económico, los jugadores y las directivas se han convertido en la clase noble. Los aficionados al fútbol somos la plebe. Vamos a diferentes pubs, a diferentes restaurantes, vivimos en diferentes barrios, tenemos diferentes coches (los que tienen, claro; los demás cogemos el autobús, el metro o la bicicleta) y, obviamente, el poder adquisitivo es radicalmente distinto. Hubo un tiempo en el que el fútbol inglés era propiedad de los aficionados, y la diferencia entre éstos y los jugadores era bien poca. Claro que esto era hace cien años. ¿Queremos evitar un señor malasio cambie los colores que ha lucido el Cardiff desde hace un siglo por mera supersitición? ¿Que un egipcio rebautice al Hull City por motivos comerciales? ¿Que un ruso cambie de entrenador en cada nueva temporada? ¿Que el West Brom destituya al entrenador que la temporada pasada logró la mejor posición de los Baggies en toda su historia en la Premier League? Hay dos formas. La primera es una alianza entre jugadores y aficionados. Vincent Tan no podría superar que todos los jugadores del Cardiff City se negaran a jugar a menos que se marchara del club. La segunda es que todos los aficionados se negaran a ir al estadio durante un par de partidos. Desgraciadamente, siendo realistas, es algo que difícilmente va a ocurrir. El modelo del AFC Wimbledon es exactamente eso, sólo una utopía. Una lástima. 
 
3.- Las neuronas no gobiernan el mundo del fútbol
 
Nicolas Anelka celebró de forma poco inteligente sus goles. Hizo un gesto creado por el cómico francés Dieudonné con connotaciones antisemitas. De hecho, el gobierno francés está intentando prohibir los espectáculos de este cómico, que ha sido calificado por Manuel Valls, ministro de interior francés, como «ya no un cómico, sino un antisemita y un racista». Valls no habla por hablar. Dieudonné ha sido declarado culpable en siete ocasiones por comentarios antisemitas e incluso se ha situado cerca del Frente Nacional francés, el partido político de extrema derecha de Jean-Marie Le Pen. Anelka no estuvo muy hábil al ejecutar este gesto, según él, como un mensaje de apoyo al cómico. 
 
Dicho esto, el tremendo revuelo que ha causado es absurdo. Al fin y al cabo, es sólo un gesto. Hay cosas mucho más graves en el mundo del fútbol (y ni que decirlo fuera de él) por las que crear revuelo. Así, a bote pronto: situación de los obreros que están construyendo los estadios para Catar 2022, situación de impotencia de los aficionados frente a los ricos propietarios de los clubes de fútbol, racismo por parte de miles de aficionados en las competiciones europeas. Que sí, que Anelka hace una tontería con ese gesto. Los jugadores de fútbol deberían dar ejemplo y ser modelos para la sociedad. Pero está claro que esto es una utopía. Si vamos a montar revuelo por algo, que sea por algo más que un gesto.
 
4.- Tom Huddlestone, un fenómeno. Levy se tiraría de los pelos… si tuviera
 
El 28 de diciembre (es decir, el sábado) Tom Huddlestone cumplió 27 años. Como regalo, recibió tres puntos en la Premier League, una paliza de su equipo al Fulham (6-0), un gol y un corte de pelo. «He’s cutting his hair, he’s cutting his hair, Tom Huddlestone is cutting his hair» fue el canto que los aficionados del Hull le dedicaron para celebrar el que fue el primer gol como jugador del Hull del fantástico medio centro inglés, mientras él lo festejaba cortándose el pelo. 
 
Pelos, sin duda, tiene demasiados. Si sólo se cortará el pelo cuando marca goles, Huddlestone tendría que marcar muchos o cortarse mucho el pelo con cada gol para perder los tres kilos de peso que lleva de más encima de la cabeza. Pero más allá de su situación capilar, hay poco que reprochar a Tom Huddlestone. Hace un par de meses hablé de él como el que debería ser el medio centro defensivo de la selección inglesa. Lógicamente, también debería ser titular en el Tottenham, que absurdamente se desprendió de él por la irrisoria cantidad de cinco millones de libras. El equipo de Steve Bruce ahora mismo tiene en el cumpleañero del sábado un jugadorazo: roba balones, va bien por arriba, buen pasador, buena lectura del juego y liderazgo. Vaya, todo lo que le falta a su exequipo (más un poco de gol), el Tottenham, lo tiene él. Daniel Levy se estaría tirando de los pelos si los tuviera. Otra cosa que diferencia a Huddlestone de su exjefe. 
 
5.- Boring, boring Manchester United
 
Sí, los de Moyes ganaron al Norwich. Pero jugaron mal. Como siempre. La pareja Michael Carrick-Tom Cleverley como doble pivote no funciona, Ryan Giggs está ya muy mayor, Shinji Kagawa totalmente falto de ritmo, Ashley Young es poco más que un piscinero y Chicharito no es delantero titular para un equipo que aspira a ganar la liga. Sin Wayne Rooney y Robin van Persie, el United es un equipo muy mediocre. Y algo peor que eso: aburrido.
 
6.- Los Citizens, aspirantes a todo
 
Como ya avanzaba la semana pasada, el Manchester City es ahora el gran favorito al título. El Crystal Palace de Tony Pulis hizo un partido elogiable. Sólo completaron 158 pases en todo el partido (Javi García y Nastasic completaron ellos solos 198), pero no estuvieron lejos de rascar algún punto. Sea como fuere, los de Pellegrini están claramente por encima del resto de equipos de la Premier en cuanto a juego y plantilla. Frente al Palace, Jack Rodwell, Yaya Touré, Joleon Lescott, Samir Nasri, Aleksandr Kolarov y Álvaro Negredo empezaron el encuentro en el banquillo (Sergio Agüero, Stevan Jovetic y Pablo Zabaleta, lesionados). Nada comparable con Nicklas Bendtner, el delantero suplente del Arsenal. Que a nadie le sorprenda si el City acaba luchando tanto por la Premier League como por la Champions League. 
 
7.- Giroud es un buen jugador, pero al Arsenal le sigue faltando plantilla
 
La semana pasada elogié a Olivier Giroud. ¿Qué decir ésta? Exactamente lo mismo. Magia, cero. Pero actitud, mucha. Pelear cada balón acaba dando sus frutos. En St. James’ Park dio tres puntos al Arsenal. En un equipo habituado a tener jugadores más técnicos que físicos, la inclusión de Mathieu Flamini y Giroud es una diferencia abismal. En partidos como el de Newcastle, un equipo muy físico, la técnica de Jack Wilshere, Tomas Rosicky y Santi Cazorla lo tiene difícil para aparecer. En esta situación, Giroud es un jugador probablemente más útil que Mesut Özil. 
 
Aunque la plantilla sigue siendo demasiado corta, empezar 2014 como líder da a los Gunners esperanzas. Con tres refuerzos (un delantero, un medio centro defensivo y un lateral que pueda sustituir a Kieran Gibbs y Bacary Sagna con más garantías que Jenkinson), el Arsenal podría competir por todo en 2014. Si no llegan, lo más seguro es que los Gunners ganen los mismos títulos que en los últimos ocho años.
 
8.- Mismos problemas, mismo objetivo: ganar a los vecinos (1)
 
Los dos equipos de Liverpool son fantásticos. Pero siguiendo el hilo de la semana pasada, ambas plantillas son demasiado cortas. Incluso sin jugar en Europa, faltan jugadores. La distancia de 5 y 6 puntos con respecto al Arsenal no es gran cosa, pero la sensación es que Chelsea, Manchester City y Arsenal están mucho mejor equipados que Toffees y Reds. Siendo realistas, el objetivo de ambos debe ser superar a sus vecinos. ¿Por qué? El vencedor del duelo de Liverpool probablemente entrará en Champions League, a menos que el Tottenham y el Manchester United den lo que ahora mismo sería una sorpresa.
 
9.- Mismos problemas, mismo objetivo: ganar a los vecinos (2)
 
La situación de los dos clubes de Liverpool es prácticamente idéntica. Los Reds tienen a Luis Suárez, Philippe Coutinho y Daniel Sturridge, pero el Everton a Romelu Lukaku, Ross Barkley y Kevin Mirallas. Ambos tienen un excelente once inicial pero un banquillo muy flojo, que queda expuesto cada vez que varias jornadas se acumulan en poco tiempo o cuando el equipo va perdiendo. A pesar de la importantísima victoria frente al Southampton, la derrota frente al Sunderland expuso la dependencia que los Toffees sufren ahora mismo de Barkley. Asimismo, con el Liverpool perdiendo frente al Chelsea, Brendan Rodgers sustituyó a Joe Allen y dio entrada a Brad Smith, un lateral izquierdo australiano de 19 años. El segundo cambio fue Iago Aspas por Glen Johnson; y el último, Kolo Touré por Sakho, que se marchó lesionado. El Chelsea tenía en el banquillo a Obi Mikel, Ashley Cole, Fernando Torres, Juan Mata, André Schürrle y Mikael Essien. No hace falta decir nada más.
 
10.- Sherwood: no hace falta ser ingeniero para hacer que un equipo juegue bien a fútbol
 
La táctica del nuevo entrenador del Tottenham es simple: poner a los mejores jugadores y dejarles total libertad. Quizá acabe en desastre, pero hay que reconocer la valentía de la apuesta. Además, hace al Tottenham un equipo más divertido. Como ya ocurrió frente al West Bromwich, contra el Stoke el Tottenham jugó sin medio centro defensivo. Paulinho, Dembélé, Eriksen, Lennon, Soldado y Adebayor jugaron todos juntos. No hay duda de que esta estrategia tiene sus puntos débiles. ¿Quién robará los balones en el centro del campo? Nadie lo sabe. Sin embargo, de momento, los resultados le dan la razón: siete goles en tres partidos de liga es una media infinitamente superior a los 15 goles en 16 que logró Villas-Boas. Dicho esto, las notas a final de curso. Ahora mismo, el Tottenham es todo un misterio. 
 

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