1. Abramovich se está cansando de invertir
Hubo un tiempo en que el millonario ruso dominaba el fútbol inglés. El Chelsea era el club comprador por excelencia. Esa época terminó. Al pobre (sentido figurado) Roman le obsesionaba ganar, ganar y ganar. Casi lo logró, solo le faltó la Champions League. Y parece que ha tirado la toalla.
Después de gastarse unos 10 millones de libras en Villas-Boas, toda Europa esperaba un nuevo ataque comprador de Abramovich. Nada más lejos de la realidad. Su fichaje más sonado ha sido el de Juan Mata, un español de perfil bajo de 23 años.
Tal vez a última hora se sintió culpable y lanzó un ataque desesperado por Luka Modric. El Chelsea ofreció 40 millones de libras al Tottenham, pero Daniel Levy se mantuvo firme y no vendió. Una clara señal de que el poder se le está escapando de las manos a Abramovich. Ante este fracaso, el Chelsea se lanzó por Raul Meireles. Pero fichar un suplente del Liverpool por 12 millones de libras es poco para Abramovich.
2. Wenger se vuelve loco
Desde 2001, nunca en un período de fichajes había Wenger fichado a más de un jugador. Solo en los últimos dos días fichó cuatro. Primero, reforzó la defensa con Metersacker y Santos. El último cubrirá la baja de Clichy y Metersacker es la alternativa barata a Cahill, a quién el Bolton no dejó marchar.
Respecto a Arteta, es un fichaje que se adapta perfectamente al Arsenal. No por el juego, sino por su fragilidad física. Otro tanto se puede decir de Benayoun, que el año pasado estuvo seis meses de baja. Dos jugadores que tienen lo mejor de sus carreras a sus espaldas. Wenger ha pasado de contratar adolescentes a incorporar jugadores más cerca del retiro que del debut.
3. Si el Arsenal está mal, el Everton está peor
Perder a tu mejor jugador a cinco minutos del cierre del mercado, es una pésima noticia. Pero tiene cosas buenas: ingresas dinero fresco y te ahorras un sueldo alto. Si tienes suerte y aguantas el tipo hasta enero, puede que entonces encuentres alguna ganga y acabes completando una temporada digna.
El auténtico problema del Everton se encuentra en el capítulo de fichajes y tiene nombre y apellidos: Royston Drenthe. El holandés tiene unas condiciones físicas innegables. El año pasado, cedido en el Hércules, fue el mejor del equipo. Hasta que empezó a ser él otra vez. Accidentes de coche, actos de indisciplina y una ausencia total de respeto por la autoridad. En el momento en que el club se atrasó con los pagos, hizo sus maletas y se largó. El club acabó descendiendo. Le auguro un negro futuro en el Everton y al Everton. Además, hasta que descubre que se conduce por la izquierda en Inglaterra, pueden pasar meses.
4. Los clubes de Manchester, tranquilos
United y City hicieron pronto los deberes y se evitaron tener que quedarse despiertos hasta la madrugada este miércoles. Sus fichajes estrella (Young, Jones, Nasri, Agüero) están ya rindiendo en el campo.
Sin embargo, Mancini y su jeque (podría ser un bonito título para una película), conscientes de que esperábamos algún movimiento por su parte, se sacaron de la chistera a…¡Owen Hargreaves! Ya sé que la lógica detrás del fichaje es que Yaya Touré se largará un mes para jugar la Copa de África. Pero si el City quería un mediocentro, existen varios en Europa que no necesitan colgar vídeos en youtube para demostrar que están bien físicamente.
El más feliz es Hargreaves, como es lógico. No tiene que mudarse (jugó en el United hasta la temporada pasada) y ya conoce a todos los médicos y enfermeras de la zona.
5. El Stoke da el salto
Tony Pulis siempre dijo que, tras adaptarse a la Premier League los primeros años, luego el equipo debería dar el salto de calidad. Dicho y hecho. Los fichajes de Peter Crouch y Wilson Palacios son una declaración de intenciones. Si ya costaba llevarse algo positivo del Britannia Stadium, a ver quién es capaz ahora de arrancar los tres puntos.
El Stoke es un equipo rocoso al que la llegada de Wilson Palacios le dará todavía más potencia en la retaguardia. Pero el auténtico bombazo es la llegada de Peter Crouch, que ayudará a suplir la carencia más evidente del equipo, la faceta ofensiva.
El año pasado, en ataque, el Stoke vivió de los saques de banda de Rory Delap y los remates de cabeza de los centrales. Ahora incorporan a un jugador que, además de poder hacer eso, aportará más variantes ofensivas. Los «potters», además, disputan la Europa League, así que necesitaban añadir profundidad a la plantilla.