Alvaro Oleart

5 reflexiones tras el fin de semana

Sir Alex Ferguson ya no está en el banquillo del Manchester United. Desgraciadamente para los Red Devils, se llevó con él el Fergie Time. Moyes tiene problemas. Muchos. Malos tiempos también para Sunderland y Cardiff, que no salen del pozo. En Londres, en cambio, son todo sonrisas y goles para Arsenal, Chelsea y Spurs.

 
El tweet de la semana
 

Distancia del 1º al 7º: Premier: 4 puntos Ligue 1: 9 Bundesliga: 10 Serie A: 12 Liga BBVA: 12

— La media inglesa (@LaMediaInglesa) October 20, 2013

 
1.- El Fergie Time, sólo disponible en La Media Inglesa
 
«Suerte es lo que sucede cuando la preparación y la oportunidad se encuentran y fusionan». Estas palabras de Voltaire coinciden exactamente con lo que ha ocurrido en el Manchester United desde 1986 hasta mayo de este año durante los últimos 15 minutos de muchos partidos. Durante las dos últimas temporadas, el Manchester United ganó más puntos durante los últimos 15 minutos de partido que ningún otro equipo. Se trata del famoso Fergie Time. Sin jugar especialmente bien, el Manchester United de Ferguson solía ganar los partidos apretados, a menudo con uno o varios goles en los últimos minutos. El ejemplo más recordado sigue siendo la final de la Champions League de 1999.
 
Sin embargo, con la marcha de Ferguson, el United también ha perdido el Fergie Time. Éste ahora sólo está disponible en el podcast de La Media Inglesa. El gol de Lallana en el minuto 89 y las circunstancias que lo acompañaron definen lo que ocurre en el vestuario de Moyes. Con 1-0 a favor, Moyes hizo dos cambios extrañísimos: entró Danny Welbeck por Marouane Fellaini en el minuto 76 y Chris Smalling por Wayne Rooney en el 87. Dos minutos más tarde del segundo cambio, llegó el gol del Southampton y la pérdida de dos puntos por parte del equipo local. Está claro que el Fergie Time se lo ha llevado Ferguson consigo. Pero, ¿ha sido reemplazado por el Moyes Time, aquel en el que el United pierde puntos en los últimos 15 minutos de partidos? Por el bien del United, esperemos que no.
 
2.- ¡Houston, tenemos problema(s) en Manchester!
 
Las causas de que el Manchester United esté a 8 puntos van más allá de un cambio «a lo Mourinho».  Los Red Devils son un equipo desequilibrado en todas las líneas. Cada semana cambia la pareja de centrales (frente al Southampton jugaron Phil Jones y Jonny Evans), y todas parecen igual de descoordinadas. Michael Carrick es un fantástico jugador, pero tiene un enemigo a su lado. Fellaini jugó junto a él en el doble pivote. Fue un desastre. La gran apuesta estival de Moyes es por ahora un fracaso. Lo peor es que no hay recambio posible. ¡Cómo se estará arrepintiendo Moyes de no haber fichado a Yohan Cabaye!
 
En las bandas, la cosa no mejora. De repente, un adolescente de 18 años se ha convertido en la estrella del equipo. No sólo es titular indiscutible, sino que es el mejor del equipo en el campo. El hecho de que Adnan Januzaj, después de firmar un contrato para los próximos 5 años, se haya convertido en una pieza clave refleja la mala gestión estival de Moyes. Por la otra banda, Nani sigue alternando actuaciones magistrales con la mediocridad más absoluta.
 
Resumiendo, los únicos que se salvan de la quema esta temporada son David De Gea, Wayne Rooney y Robin Van Persie. El mayor responsable de la situación es Moyes, que ahora tiene un trabajo casi imposible de llevar a cabo. Falta un medio centro que acompañe a Carrick (¿volverá Paul Scholes de nuevo?) y sangre nueva en los extremos. Es inexplicable que Wilfried Zaha todavía no haya debutado en la Premier League y Shinji Kagawa siga condenado al ostracismo. Se avecinan malos tiempos para los de Moyes. 
 
3.- No diga confianza, diga Arsenal
 
La confianza en sí misma es el primer secreto del éxito, como lo demostró el Arsenal frente al Norwich City. Los de Arsène Wenger no sólo confían en su juego, sino que se divierten y provocan diversión. De jugar así siempre, estaría justificado que la entrada en el Emirates fuera la más cara de la Premier League. Todavía estamos en octubre y ya sabemos cuál va a ser el mejor gol de la temporada. Velocidad, desparpajo, talento, calidad, clase… El gol de Jack Wilshere lo tiene todo. La temporada pasada ya sabíamos que Santi Cazorla, Wilshere y Mesut Özil eran unos magníficos jugadores. Lo que no sabíamos hasta ahora es que Olivier Giroud y Aaron Ramsey también. Incluso Thomas Rosicky. El Arsenal es un equipo tan engrasado ahora mismo que todos los jugadores se sienten capaces de todo. Giroud de dar una asistencia a Özil digna del propio Özil. Ramsey de marcar un gol digno de Messi, regateando a dos rivales dentro del área. En ocho partidos esta temporada, Wilshere ha anotado los mismos goles (2) que en toda su carrera en la Premier League con el Arsenal. De seguir así, ¿por qué no pensar en ganar la Premier League? Ningún equipo puede competir con el Arsenal en este estado de forma.
 
Wenger es un entrenador fantástico. Ha resuelto las críticas a su gestión de plantilla a base de genialidades. Aquellos que argumentábamos que faltaban un central, uno o dos medio centros y un delantero nos hemos quedado sin nada que decir. ¡Sobran centrales y medio centros! Thomas Vermaelen está en el banquillo suplicando jugar y Rosicky igual. Hasta Ramsey empezó el partido ante el Norwich en el banquillo. Ahora, lo que seguro no sobran son delanteros. Para convertir a Nicklas Bendtner en un buen jugador no hace falta un buen entrenador. Hace falta un milagro.
 
4.- ¡Gracias, Mourinho!
 
Se pueden argumentar muchas cosas respecto a Mourinho. Se puede decir que tácticamente es un cobarde. Que es un maleducado. Que es un ganador. De todo esto se puede debatir largo y tendido. Lo que es indiscutible es que es una persona que atrae la diversión. 
 
En los 90 minutos frente al Cardiff City, el Chelsea de Mourinho ganó 4-1 e hizo un 4 en 1: hubo controversia, drama, comedia y emoción. El gol inicial es de risa. Y no sólo por el peinado de David Luiz. El gol del empate no se queda atrás. Desgraciadamente para los jugadores del Chelsea, incluso a pesar de la fantástica actuación de Samuel Eto’o, Eden Hazard y Oscar, ninguno de ellos fue el protagonista. Todos los focos se centraron en el entrenador portugués. Expulsado por protestar, Mourinho no se marchó a los vestuarios. Tuvo la ingeniosa idea de sentarse junto a los aficionados Blues, lo cual provocó el canto «Mourinho, he sits where he wants». No contento con ello y la contundente victoria de su equipo, Mourinho decidió no acudir a la rueda de prensa, enviando a su segundo, Steve Holland.
 
En cuanto a fútbol propiamente, el Chelsea hizo un buen partido en general. Sin embargo, sigue dejando muchas dudas. David Luiz cometió un error de preescolar. Juan Mata, el mejor jugador del Chelsea, sigue sin mostrar su mejor nivel y sin gozar de la confianza de Mourinho. Las buenas noticias son las de Hazard, Eto’o y Oscar, los tres goleadores. Pero la mejor noticia de todas es la dirigida a los aficionados. Mientras Mourinho esté alrededor, la diversión está asegurada.
 
5.- Sunderland y Cardiff City, víctimas de una pésima gestión. Swansea, al contrario
 
«Bring Back Di Canio». Esta malévola canción fue cantada por los aficionados del Swansea en la paliza galesa frente al equipo que ahora dirige Gus Poyet. Lógicamente, Poyet es el último culpable de la situación actual del Sunderland. Di Canio es un pésimo entrenador, pero tampoco (toda) la culpa es suya. La gestión del club ha sido horrible desde que Niall Quinn se desentendió del Sunderland y Ellis Short se hizo con el poder del club en 2009. Desde entonces, los managers han sido Steve Bruce, Eric Black, Martin O’Neill, Paolo Di Canio y Gus Poyet. El problema no es que sean malos entrenadores (sí en el caso de Di Canio), sino que son totalmente distintos. No hay ningún tipo de coherencia respecto a su nombramiento. 
 
Algo parecido ocurrirá más pronto que tarde en el Cardiff City, equipo que ha cambiado su color de toda la vida (el azul) por aquel que le place al propietario (el rojo), el malasio Vincent Tan. Para colmo, Tan ha despedido al jefe de ojeadores de Malky Makay, el fantástico entrenador del Cardiff. Éste merece un banquillo mejor que aquel que es propiedad de Tan.
 
Como contrapartida está el Swansea. La sucesión de entrenadores (Roberto Martínez, Paulo Sousa, Brendan Rodgers y Michael Laudrup) no ha podido ser mejor. En el club, todo movimiento parece tener sentido. Fichajes baratos pero muy bien buscados. Todos los jugadores (y el entrenador, evidentemente) comparten la misma filosofía desde hace seis años y medio, cuando Martínez se puso al mando de los galeses. 
 

Sobre el autor

Alvaro Oleart