El derby del norte de Londres se decidió en el minuto 17. Y no por un gol, sino por un momento de inconsciencia, egoísmo y, en última instancia, estupidez. Emmanuel Adebayor, que había puesto el 0-1 siete minutos antes tras aprovechar un mal despeje de Szczesny, que regresaba al equipo tras su lesión, realizó una dura entrada sobre Santi Cazorla y Howard Webb no dudó en mostrarle la tarjeta roja. El partido cambió irremediablemente.

 

Los Spurs, que habían comenzado bien, se atrincheraron en su campo y el Arsenal se adueñó del balón y lo movió con rapidez e inteligencia bajo la batuta de Cazorla, el mejor fichaje de Wenger en el último lustro. Era patente que la remontada era cuestión de tiempo. Poco.

 

El Arsenal tardó seis minutos en empatar mediante un preciso cabezazo de Per Mertesacker tras un centro de Walcott, que puso en evidencia a Naughton toda la primera parte. El lateral izquierdo de los Spurs ya no salió al campo en la segunda parte.

 

Lukas Podolski dio ventaja a los Gunners a los 42 minutos gracias a un desvío de William Gallas, que volvió a ser el eslabón más débil de la defensa. Olivier Giroud puso el 3-1 tras una gran jugada de Cazorla ya en tiempo de descuento. Es el cuarto gol de Giroud en liga, el tercero en una semana.

 

En el descanso, Villas-Boas retiró a Naughton y Walker, los dos laterales, por Dawson y Dempsey. Los Spurs pasaron a jugar con defensa de tres y Dempsey por detrás de Defoe. Valiente pero insuficiente.

 

El omnipresente Cazorla puso el 4-1 a la hora de juego, disparando al segundo palo un centro raso de Podolski. Lloris se convirtió en el mejor jugador de su equipo. Lo cual, considerando que encajó cinco goles, no habla muy bien de los suyos. Como siempre, el único que pareció revelarse contra la adversidad fue Gareth Bale, que marcó un buen gol para poner el 4-2 tras una galopada marca de la casa. Ya en tiempo de descuento, Walcott, que acabó jugando como delantero centro tras la marcha de Giroud, puso el definitivo 5-2.

 

El resultado puede tener consecuencias desastrosas para los Spurs, que han perdido cuatro de sus cinco últimos partidos de liga. Es cierto que Adebayor, que marcó su décima gol en 12 derbis del norte de Londres, es el gran responsable de la derrota, pero no el único. Naughton convirtió la banda izquierda en una autopista para Walcott, Gallas volvió a demostrar que ya no está en condiciones de ser titular y volvió a quedar demostrado que sin Dembélé, el Tottenham es menos Tottenham.

 

Villas-Boas acertó con su planteamiento inicial, con Defoe y Adebayor juntos en punta, la primera vez que sucede en liga. Considerando la actitud de Adebayor, posiblemente sea la última en un buen tiempo. Fue la cuarta tarjeta roja en Inglaterra y la tercera que le muestra Howard Webb. Su bestia negra.