Hace algo menos de un año, un gol de Sergio Agüero en el descuento (en el 90+4, el apodo con el que le bautizó el Daily Mirror desde entonces), le dio al City su primer título de liga en 44 años. De nuevo, un gol del argentino ha permitido a los Citizens derrotar al United. Aunque su gol de esta noche difícilmente tendrá la relevancia de aquel. El United conserva 12 puntos de ventaja a falta de 21 por jugar y podría ser campeón el 28 de abril ante el Arsenal.

 

Pero el City viajará a Wembley el domingo para enfrentarse al Chelsea en las semifinales de la FA Cup con el convencimiento que no tiene nada que envidiar al próximo campeón de Inglaterra. Los Citizens fueron mejores durante extensas fases del encuentro y plasmaron su superioridad con un gol magnífico. Agüero recibió el balón de Yaya Touré, esquivó a tres jugadores del United y acabó enviando su disparo a la parte superior de la red de David De Gea. Por supuesto, como siempre sucede con el equipo de Mancini, también existe una lectura crítica que habrá cruzado la mente de algún aficionado del club. ¿Por qué demonios no podemos jugar así cada semana?

 

El City jugó como lo que es, el todavía vigente campeón inglés. Pero el United colaboró exhibiendo su faceta más mediocre, ejemplarizada en algunos de sus jugadores más determinantes. Robin van Persie suma un gol en liga desde el 20 de enero. La acción más peligrosa de Wayne Rooney fue una dura falta sobre James Milner.

 

Cuando tu jugador más experimentado comete un error de principiante, las cosas no puede ir bien, debió pensar Ferguson. Ryan Giggs propició el gol inicial del City con un pase de tacón en su propio campo sin ningún sentido. Gareth Barry leyó el pensamiento del galés y el balón acabó a los pies de Milner, que disparó a puerta con la zurda y el balón acabó en el fondo de las mallas tras rebotar en Phil Jones. Habían transcurrido seis minutos de la segunda parte. En la primera, el City dominó el encuentro pero fue incapaz de plasmar su superioridad en el marcador.

 

Poco antes de la hora de juego, un gol en propia puerta de Kompany puso las tablas. Hart no calculó correctamente la trayectoria de la falta lateral lanzada por Van Persie y Jones, en el segundo palo, remató tan mal que acabó golpeando el balón con el hombro, rebotó en la espalda de Kompany y acabó en el fondo de las mallas.

 

Luego llegaría el gol de Agüero, que entró en la segunda parte por Samir Nasri. La victoria tal vez no tendrá efectos prácticos en la clasificación final pero sirvió como toque de atención para el Manchester United. Sus vecinos se han instalado en la élite del fútbol inglés y no tienen intención de moverse de ahí.