lmi_admin

Al Chelsea sólo le queda París

Los Blues se aferran a la Liga de Campeones como única vía para salvar la temporada. Diego Costa llega en racha. El equipo francés, con la Ligue 1 resuelta, llega con problemas en el vestuario. Uno de los grandes duelos de octavos. 

 
Ya está de vuelta la mayor competición a nivel mundial. La Champions League ha regresado. Los niños de Europa se darán la mano con las mayores estrellas de todo el continente, la lona blanca con estrellas negras sitiará como es habitual en el centro del campo a la espera de ese solemne himno de Georg Friedrich Handel adaptado por Tony Britten para el mejor torneo del mundo.
 
Se discute de nuevo sobre la posibilidad de una liga europa. Los equipos ingleses se oponen. Tienen la liga más competitiva del planeta y la que más ingreso reporta a los clubes. Mientras, el todopoderoso Bayern Munich hace la guerra por su cuenta ante la abulia de la Bundesliga. El Real Madrid y el Barcelona no terminan de posicionarse mientras que a los italianos les atrae la idea porque el Calcio no es atractivo. Cada uno tira por su lado. Bajo la interpretación personal de quien escribe, es, a corto plazo, un proyecto inviable. Porque se necesita a los clubes ingleses y no están por la labor. En Francia queda el París Saint Germain que va por el mismo camino que el Bayern Munich en territorio galo.
 
El equipo de la capital francesa, uno de los más potentes nuevos ricos de la última década posee uno de los mejores planteles de todo el continente. Y abre la ronda de octavos de final (junto al Benfica-Zenit de San Petersburgo), midiéndose al Chelsea.
 
Favorito es el París Saint Germain. Por varias razones. Para empezar tiene mejor plantilla que el Chelsea a día de hoy. Línea por línea, exceptuando la portería, el PSG tiene una solvente superioridad en todas las áreas del campo. La defensa compuesta por Marquinhos, David Luiz, Thiago Silva y Maxwell es experimentada y contundente. No tiene grandes fisuras y es fiable. Pasando al mediocampo nos encontramos, quizá, con el mejor mediocampo del mundo en el equilibrio físico-técnico-táctico con el trío formado por Thiago Motta, Marco Verratti y Blaise Matuidi. En la delantera, Ángel Di María sigue intentando recuperar su mejor nivel, Edinson Cavani mirando con recelo desde la banda izquierda y el todopoderoso Zlatan Ibrahimovic hace de nueve en el equipo de Laurent Blanc. Y cuando quiere de diez y de cinco. Un jugador total.
 
Por si fuera poco este formidable once, a día de hoy, el banquillo también parece dominado por el conjunto galo. La entidad francesa, comandada por Blanc, ha caído en varias ediciones en cuartos de final ante el Barcelona. Sin embargo, siempre ha sabido competir y poner en problemas al actual campeón de Europa en todas esas eliminatorias. Y ya de por sí, el precedente del año pasado frente al Chelsea, es un buen atisbo de como gestionar una eliminatoria sin caer en derrotismos y con una estupenda mentalidad. Tras una hora en inferioridad numérica en Stamford Bridge, por detrás en la eliminatoria y sin su puntal (Ibrahimovic), el PSG supo rehacerse y dar un golpetazo en la mesa empatando la eliminatoria y enviándola a la prórroga y después remontando en el tiempo añadido (por el valor doble de los goles fuera de casa) tras estar de nuevo por detrás en el marcador. Una heroicidad.
 
Además el París Saint Germain tiene su liga solventada. Saca una diferencia de más de veinte puntos al segundo clasificado y tiene la liga francesa a tiro de piedra. Este fin de semana ha tenido la posibilidad de dar descanso a Thiago Silva, Maxwell, Motta o Ibrahimovic. Pero, aquí quizá resida también el talón de Aquiles del equipo francés.
 
El PSG tiene una liga muy asequible, con rivales muy inferiores a su nivel. Tiene poca exigencia y  competitividad. Sus partidos, muchos de ellos, se resuelven con solvencia y por amplio margen. Este contexto es similar al que poseen el Bayern de Munich en Alemania o el Celtic de Glasgow en Escocia en primera instancia. O en otros planos inferiores el Porto y el Benfica en Portugal o el Dinamo Kiev y el Shakthar Donetsk en Ucrania. Esta falta de ritmo al más alto nivel conlleva un notorio hándicap al llegar a las competiciones europeas. De pachangas (por denominarlo de alguna forma) los sábados y domingos a enfrentarse a titanes entre semana. Una diferencia abismal. De nivel, de ritmo y de competitividad. Falta hábito de lucha, de encontronazo y de dificultad.
 
Esta es la principal arma a la que debe agarrarse el Chelsea. Debe plantear un partido muy intenso y tenaz a la par que constante para poner en aprietos al PSG y equiparar la diferencia de nivel que tienen a día de hoy ambas plantillas. En una eliminatoria con partidos abiertos y muchas ocasiones, el equipo francés tendrá muchísimas probabilidades de clasificación mientras que si el cruce se decide a pocos tantos y en el fango, los Blues tienen las de ganar. El equipo londinense debe procrastinar lo decisivo de la eliminatoria a Stamford Bridge.
 
Además, los franceses han tenido un problema en el vestuario. Serge Aurier ha sido apartado del equipo tras criticar con una dureza extrema a su entrenador, a su capitán (Ibra) y al portero suplente Salvatore Sirigu. Este tipo de situaciones, ante cruces tan decisivos en el páramo de tranquilidad y comodidad del equipo francés no ayudan en nada.
 
En fin, partido por todo lo alto en el Parque de los Príncipes. Arbitrará Velasco Carballo, colegiado español. El Chelsea, con bajas en defensa. El PSG ante la última oportunidad de su primer gran proyecto millonario. La última oportunidad para Ibrahimovic. También para Guus Hiddink. Que ruede el balón. El de la Champions. 
 

Sobre el autor

lmi_admin
Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit. Sociis commodo vitae in vel at venenatis nulla tortor nulla. Scelerisque diam lacus massa eu. Tortor, lorem eleifend euismod adipiscing commodo a quis morbi mauris. Elit feugiat eros, amet tempor dignissim.