El Liverpool se centró tanto en protestar contra la que considera una sanción injusta y desmedida que olvidó que tenía un partido que ganar. Kenny Dalglish y sus jugadores dieron muestras de apoyo a Luis Suárez tras el anuncio de su sanción de ocho partidos por insultos racistas contra Patrice Evra, lo cual podría meterles en todavía más problemas. El gran beneficiado fue el Wigan, que rescató un punto ante un equipo superior.

 

Con o sin Suárez, las probabilidades del Liverpool de meterse en la próxima Champions League dependen cada vez más de los posibles fichajes que pueda cerrar en enero. Con Gerrard y Leiva lesionados, y Suárez con una sanción pendiente de ocho partidos, el Liverpool deberá incorporar algún refuerzo de urgencia si quiere pelear por entrar en la máxima competición europea.

 

Los «reds» perdieron una gran ocasión de llevarse la victoria del DW Stadium. Charlie Adam no pudo transformar un penalti en la segunda parte que permite al Wigan lograr un nuevo empate de prestigio en casa, tras el logrado ante el Chelsea.

 

Los jugadores del Liverpool mostraron su solidaridad con Suárez antes del partido. El equipo saltó al campo con camisetas con el nombre de Suárez el número 7 para el calentamiento. Dalglish también llevó uno para su entrevista televisiva previa al partido. Una demostración algo exagerada para un jugador internacional declarado culpable de insultos racistas que todavía está pendiente de apelar.

 

El Liverpool llegaba al DW con cuatro victorias en sus cinco últimos partidos lejos de Anfield. Y desde el inicio se mostraron ambiciosos, abrieron el campo y, como resultado, se pudo gozar de un partido bastante entretenido. Suárez no dio muestras de depresión por su sanción.

 

El Liverpool salió en tromba, como ante el Villa el domingo, cuando ganaban 0-2 antes del cuarto de hora. El Wigan no se sacudió el dominio rival hasta transcurrido ese tiempo. Suárez, inevitablemente silbado por los aficionados locales y aplaudido por los visitantes, lideró los ataques iniciales de los «reds».

 

Ali al-Habsi tuvo que intervenir para detener los intentos del mejorado Jordan Henderson y Dirk Kuyt tras sendos centros de Stewart Downing desde derecha e izquierda respectivamente.

 

La defensa del Wigan resistió las acometidas y, poco a poco, el equipo de Martínez se fue estirando. Jordi Gómez perdió una gran ocasión para aumentar su inflada cuenta goleadora pero disparó directo a José Reina desde cerca. Poco después, Mohamed Diamé disparó fuera por poco.

 

La principal arma ofensiva de este Wigan es el eléctrico Victori Moses. En una de sus clásicas internadas, superó a Adam, Glen Johnson y Daniel Agger pero Reina acabó salvando. Diamé volvió a tener una buena ocasión y Skrtel interceptó providencialmente un pase de Gómez para Conor Sammon.

 

La ocasión más clara del primer acto fue para los visitantes. Johnson hizo la pared con Maxi Rodríguez al borde del área y el lateral inglés, cuando tenía toda la portería a su merced, disparó directo a las manos de Habsi.

 

El portero omaní se convertiría en el mejor en la segunda parte. Suárez disparó una falta desde fuera del área pero Habsi la desvió cuando se colaba por la escuadra. Y luego detendría la ocasión más clara del partido.

 

Gary Caldwell tocó el balón claramente con las manos dentro del área y el colegiado Oliver no dudó en señalar penalti del capitán del Wigan. Adam disparó con potencia a la izquierda del porter pero Habsi leyó las intenciones del escocés y evitó el gol.

 

En los minutos finales, el partido podría haber caído de cualquier lado. Primero, Kuyt envió su volea por encima del larguero cuando estaba solo tras un centro de Adam y luego Hugo Rodallega y Moses perdieron buenas ocasiones para sellar la victoria para los locales.